24. Solo a un paso

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Deje de ver el tren a lo lejos de la vía y me senté en una banca.

"¿Dónde está?"

pensé en Carolina mientras miraba el celular que me acababa de básicamente robar.

- Perdón mamá...

susurré mientras lo apretaba.
Apagué el teléfono y lo formateé el celular en versión fábrica, tenía que eliminar absolutamente todo.
Lo que menos quería ahora era que me encontrarán.

- ¿de dónde sacaste el iPhone?

me asusté por aquella voz quien resultó ser Carolina.

- ¡Caro! -dije alegre mientras me lanzaba a sus brazos.

- ¡Oliver! ¿te hice esper-? -se calló de la nada. ¿que pasaba?-. ¿Por qué hueles a Joy?

había una mirada en sus ojos que jamás había visto, estaba enojada. era demasiado obvio.

- L-le llegó su rut, no hicimos nada, de seguro se me impregnó su olor.

ella no era tonta, lo sabía muy bien. Pero por favor hazte la idiota solo está vez.

- ... ahg.

suspiro y me miró algo sonriente.

- Vamos, tu tren está por salir.

le sonreí y asentí, tomé su mano y fuimos a la boletería donde me preguntó dnnde vivía.

- Yo vivo en la capital.

- ¿¡La capital!?

dijo exaltada y luego se tapó la boca algo avergonzada por las miradas que había atraído con su chillido.

- ¿cómo qué de la capital? eso está a un día de aquí, pensé que vivirás a los alrededores por eso pedí tres horas fuera de mi trabajo.

me explicó mientras sacaba su monedero y revisaba su monedas

- Sabía que debía cobrarle a ese malnacido.

me reí por lo que dijo y baje la mochila y de ella saqué el dinero que me había dado más él que le había sacado a Joy.

- Traje un poco más por si las moscas.

- No eres tan idiota como creí.

la mire algo enojado en son de broma y luego la chica que estaba de vendedora de tickets nos hizo recordar que estábamos deteniendo la fila.
Me fui a sentar en la misma banca de antes mientras Carolina se ocupaba de todo.
Prendí el celular de Joy, o... mejor dicho, mi nuevo celular y puse el nuevo chip recibiendo la señal de mi nueva operadora y puse un nuevo Gmail ya que me había olvidado la contraseña del anterior, oficialmente este celular ya era mío, todo muy bien hasta que WhatsApp me pidió mi número.

- ¿cuál dijo que era mi número?

me quedé en silencio mientras trataba de recordar.

- Oliver.

- ¿Qué ocurre? -le pregunté a Carolina cuando oí su voz llamar mi nombre.

- Buenas y malas noticias.

- Dimelas.

- La única manera de sacarte de aquí es que tomes el próximo tren, no te preocupes la estación está a la espalda del metro. pero, tienes que tomar otros dos trenes y luego un bus de traslado turístico hasta la capital.

- ¿Qué?

no pude entender por qué había hablado demasiado rápido.

- Ahg. ¿tenés un celular? perfecto, pásame tu número pa' pasarte las indicaciones y hacerte un seguimiento.

- No sé cuál es el número de esta porquería.

- caracoles.

Carolina me dijo para seguirla hasta la estación de trenes y cuando llegamos ella saco en boleto del tren que saldría en una hora.
durante toda esa hora nos pusimos a buscar número del chip hasta que lo encontramos gracias a un videotutorial.
La hora se cumplió y sentí miedo.

- Caro...

- Ve a casa Oliver.

Vi como por sus ojos se escapaban unas lágrimas y eso fue el detonante para que mis lágrimas también salieran a la vista, me acerqué más a ella y me aferré fuertemente a ella y ella del mismo modo.

- Adiós Oliv.

- A-adios...

suspire agobiado y ella simplemente aún con una cara de tristeza meneaba su mano de izquierda a derecha mientras yo volvía a subir al tren con todas mis cosas y esperaba a que esté partiera.

- Volveré con mi familia para pagarte todo, lo juro.

- Estaré esperando tu llegada con ansias pequeño.

Sentí como la locomotora de poco a poco iba avanzando y aún mis lágrimas salían sin cesar de mis ojos.

- ¡Cuídate! ¡Prometo escribirte!

- ¡Te llamaré si no lo haces!

me reí por lo que dijo y me seque las lágrimas.

- Ya estoy cerca mamá...

🍒

-Pov. Joy.-

Me levanté algo cansado, al mirar la decoración del cuarto donde me encontraba y al no tener ni una sola prenda entre en razón.

- N-no...

Agarré rápidamente mis prendas y me vestí, busque la llave sobre el ropero pero ya no estaba, intenté abrir la puerta del cuarto que no podía.

- ¡Oliver! ¡Oliver ábreme la puerta!

grité alterado mientras comenzaba a golpear la madera.

- ¡¿Te hice daño?! ¡Perdón! ¡No alcance a tomar mis supresores! ¡Perdón! ¡Por favor abre!

Un abrupto silencio me respondió haciendo que mi preocupación aumentará más.

- Oliver.

Nada, ni una sola palabra. La casa estaba vacía.

Busque en el cuarto algo que pudiera ayudarme a abrir la puerta y afortunadamente divisé una silla donde estaba amontonada ropa.
Gracias estúpido.

Cuando me estaba acercando a tomar la silla para lanzarla contra la puerta con la intención de romperla vi un billete en el piso.

- ¿De dónde-...?

sentí un calor frío pasar mi espalda y agarré la silla la cual estampe contra la puerta repetidas veces haciendo que se rompa un poco cerca del pomo para así meter mi mano y abrirla desde afuera.

- Si ayer lo marque, no puede ir tan lejos...

busque mi celular como loco pero no lo encontré.

-Este maldito.

tomé mi billetera, agarré las llaves que estaba entre mis libros y salí de la casa, pero... ¿a dónde?

en las escaleras que descendían a la vereda me quedé estático.
Este pueblo era grande, pudo ir a cualquier lado.

- ... Suerte Oliver.

susurré y retrocedí mis pasos hasta la puerta de mi casa.

- La mejor de las suertes, pequeño estorbo.

cerré la puerta poniendo seguro sobre está.




















(・-・) \(・◡・)/
literal estuve todo el capítulo así.

y aquí termina la parte de Carolina y el secuestro, no se vayan. que aún está historia tiene para rato.

La historia de un Omega [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora