- ¡Señor! ¡Al fin recuperó la conciencia!-exclamó Bárbara con alivio- Vicent, trae agua tibia.
- No puedo creer que esa mujer llegaría hasta tal punto.
- Logramos llegar a tiempo. Él estaba actuando muy extraño últimamente, creo que desde que esa chica llegó a la casa.
-¿Te refieres a la señorita Emma?-preguntó Vicent con el vaso de agua en sus manos-
- No te pedí un vaso, el agua será para su frente.-rió Bárbara buscando un paño-
Y sí, me refería a Emma. Al parecer la conoce desde hace mucho y no quiere que ella sepa de quién se trata.- Aún antes de su llegada el amo ya se encontraba muy mal de salud. Como estuviste fuera no te diste cuenta.
- ¿Era un resfriado o...?
- Más que eso, no podía dormir y tampoco comía lo necesario.
Se encerraba más que de costumbre en su oficina, incluso vi que él empezó a...- Vicent, es suficiente.-interrumpí intentando levantarme-
- Señor, no debe esforzarse. Se encuentra muy débil.
- Descuida Bárbara, ya me siento mejor.
- Discúlpenos señor...-dijo Vicent acercándose- No debimos dejarlo solo ni permitir ninguna clase de bebida sospechosa dentro de la casa.
- Fue mi descuido, no te culpes. ¿Qué me sucedió? -pregunté aún mareado con la mano en la sien-
- Entramos cuando escuchamos que la botella de vino cayó al suelo y se rompió.
- La señora estaba en mal estado y vimos que usted no podía moverse.
No recuerdo mucho de lo que sucedió luego de que Aishe se me lanzara encima.
Solo recuerdo que me sentía muriendo, y llamaba a Emma con una voz casi inaudible.- Emma... ¿Ya despertó?-pregunté preocupado, sintiendo una punzada en mi pecho-
- Sí, preguntó por usted y le dijimos que no se encontraba.-respondió Bárbara-
- Quiero verla.
- No puede moverse de aquí. Su estado de salud es terrible, si sale ahora tendrá que reposar más tiempo.
-Tengo que verla... quiero hablar con ella.-respondí levantándome con dificultad-
Cogí mi máscara y mi capa, abrí la puerta y salí de mi habitación.
- Esta casa es enorme...-susurró Emma mirando alrededor-
Es tan hermosa cuando se encuentra distraída.
Me miró con sorpresa y saludó.
- ¡Buenos días señor Minerva!-sonrió- Pensé que había salido, por eso quise pasear por los alrededores. Lo lamento.
Algo había cambiado en aquella sonrisa.
No me era familiar.
No era de Emma.- No te preocupes, esta casa es enorme. ¿Te gustaría ver el jardín?-pregunté evitando mirarla a los ojos-
- Sí, ¡Me encantaría!
Pero por cierto... ¿se encuentra bien? Está muy pálido.Me detuve a ver ese anillo en su mano, pero no estaba ahí.
¿Habrá sido una pesadilla?- ¡Señor Minerva...!-gritó acercándose asustada-
Caí al suelo producto de los constantes mareos que tenía casi continuamente.
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Ode to death
Fanfic¿Cuál será el precio a pagar por los seres amados? ¿La muerte, quizá? Tan dulce pero prohibido, tan falso pero también tan bondadoso. Aquellos niños que fueron arrebatados, el maltrato y la crueldad del que son condenados. Una revolución se acerca...