- Vicent, Bárbara quiero hablar con ustedes.
- Díganos, señor.
- Les daré una semana de vacaciones, sé que hace poco no pudieron tomarlas debido al inconveniente ocurrido. ¿Las aceptan?
- Sí... solo que es repentino.-dijo Vicent confundido-
- No se preocupen, Emma y yo nos encargaremos de cuidarnos solos.-dije con una sonrisa-
- Definitivamente él no es nuestro amo...-murmuraron ambos mirándome extraño-
- Entonces pueden descansar, muchas gracias por todo. No se olviden de comer bien.
- Muchas gracias, señor.-respondieron al unísono emocionados, luego se retiraron.
- ¿Hace cuánto no les das vacaciones?-preguntó Emma asomándose por la puerta de fuera de mi oficina-
- No lo creerías...-susurré con una risita forzada-
- Hmm... al parecer fuiste algo duro con ellos.-dijo acercándose-
Abrí mis brazos de par en par esperando a que ella logre abrazarme.
- Eres muy goloso, Norman.-susurró sentándose en mis piernas-
- Y tú eres muy dulce, preciosa.-dije besando su cuello-
- O-Oye... -gimió con suavidad-
- Encontré tu punto débil, excelente.-dije bajando a su clavícula-
- N-Norman... basta...
- Perdón, después de lo de ayer no puedo controlarme.
Me contuve por más tiempo que nadie.
Entiéndeme.-murmuré tocando sus pechos-Aún sonrojada, volteó y puso su frente sobre la mía.
- Entonces no eres el único.-susurró de manera dulce mientras me besaba.
- Lo haces muy bien.-balbuceé con pesadez-
- Ahora tendrás que obedecerme.-dijo mirándome de forma imponente, mientras desabotonaba mi camisa-
- ¿E-Emma...?-susurré confundido, con mi miembro viril palpitando como nunca antes-
Puso su dedo índice en mis labios y luego empezó a desabrochar mi cremallera.
- ¿Qué vas a...?
- No es justo que te lleves toda la diversión.-dijo con una sonrisa- Al parecer me pides a gritos que lo haga.
Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, al igual que su pequeña lengua.
Me sujetaba en los posamanos de la silla, mientras me controlaba y hacía ruidos que jamás habría pensado hacer.
- Qué voz tan obsena.-susurró en mi oído derecho-
Sus manos bajaron a mi punto débil, luego ella empezó a acariciarlo con suavidad mientras yo trataba de no venirme.
- E-Emma...
- ¿Quieres que me detenga?-preguntó con una risita-
- P-Por supuesto que no...-susuré- S-Se siente bien...
- Huh.
Bajó y se arrodilló en el suelo.
- ¿Qué quieres que haga, Norman?-susurró de manera sutil-
- Haz lo que desees, querida.-dije aguantándome los deseos de tocarla-
Ya se imaginarán lo que hizo no es necesario escribirlo. ^^
La cargué en brazos y nos dirigimos a mi habitación.
- Perdóname, pero creo que hoy yo tampoco seré gentil.-dije con la respiración entrecortada, poniéndola debajo mío-
Te saliste con la tuya, pequeña traviesa.-susurré besándola-- Te amo...-respondió con dulzura-
Bajé el cierre de su vestido y lo quité de a poco.
- Eres preciosa, Emma.-dije con una sonrisa-
- ¿Qué harás conmigo?
Abrí sus piernas con suavidad, mientras ella abrazaba mi cuello.
- No tienes remedio.-dijo acariciando mi rostro-
...
Ya por la noche empezamos a revisar los libros que tenía en la biblioteca, limpiamos juntos y reacomodamos toda la pequeña mansión terminando exhaustos.
- Por tu culpa no puedo sentarme bien...-susurró haciendo un puchero-.
- Tú te lo buscaste.-dije abrazándola- Creo que debí haber sido más gentil. Perdóname.
- ¿Quieres que preparemos un pastel juntos?-preguntó emocionada-
- Es una excelente idea. Hace tiempo que no pruebo uno. ¿De qué te gustaría que fuera?
- ¡De chocolate! -dijo mirándome con ternura.
Qué tierna
- Ya limpiamos y ahora iremos a la cocina. ¿Qué te gustaría hacer mañana?
- ¿Arreglar el jardín y jugar ajedrez?-preguntó con su dedo índice en el mentón-
- ¡Buena idea! Así podré demostrarte lo mucho que mejoré en todos estos años.
¿Luego podemos... tocar juntos?-preguntó con timidez-- Por supuesto, me muero por escuchar tu voz de nuevo.-contesté besando su frente-
- Te amo.
- Eres tan tierna, yo te amo más.-dije tomando su mano y balanceándola mientras nos dirigíamos a la cocina-
Deseaba que aquellos momentos juntos jamás terminaran.
Pero nada es duradero, y pronto estaría por cambiar...
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Ode to death
Fiksi Penggemar¿Cuál será el precio a pagar por los seres amados? ¿La muerte, quizá? Tan dulce pero prohibido, tan falso pero también tan bondadoso. Aquellos niños que fueron arrebatados, el maltrato y la crueldad del que son condenados. Una revolución se acerca...