Otra vez, otro lugar

1.2K 109 149
                                    

Adentrándose en aquel lugar desconocido, buscó entre tanta gente aquel rostro que necesitaba. Las indicaciones que recibió de su amiga pelirroja esta vez fueron más claras: encontrar a una adolescente de pelo lila, ojos celestes, grandes y finos aros dorados, gorro con una pequeña calavera enojada de decoración, alta, con marcadas pestañas, remeras con rayas, y avariciosa. No había necesidad de tal descripción, pero Jessie pensó que con decir “pirata” Leon no entendería.

Eso era algo que lo enfadaba, odiaba ser tratado de esa forma. Sí, nunca había ido a la escuela, pero había aprendido escuchando y observando los errores que los mayores cometían, haciéndole sentir que tenía más experiencia que otros jóvenes de su edad. La mecánica tuvo buenas intensiones y aceptó que no se disculpara por ofenderlo. Tenía suerte de que Leon no fuera como su hermana menor y atacara a cualquiera que lo hiriera a él o a ella.

¿A dónde había ido a parar con tantas indicaciones? A un lugar, más modernos que todos lo que ha visitado, donde la peor gente se juntaba. Jessie le advirtió que tuviera muchísimo cuidado hasta en la hora de hablar con cualquiera de allí ya que el lugar había sido ocupado por muchos bandidos y pandillas. Era donde la escoria humana se acumulaba. De alguna forma, lo sentía como su hogar al ser un ladrón desde muy joven.

Por eso, no le importó el riesgo. Cualquier sacrificio que realizara sería por tener a su hermana de un año menor que él de vuelta. Extrañaba tenerla a su lado jugando o cuidando de él. Pasó demasiado tiempo desde que la había perdido y aún creía que podía encontrarla después de haber dejado atrás millones de personas, lugares y objetos de su interés.

Si tenía la suerte, vería a una Nita de dieciocho años de edad. Ese era su objetivo por ahora.

Continuó caminando mientras que en su mente repetía una y otra vez las palabras de su amiga pelirroja. Pero en ningún lado aprecia la chica con aquella descripción hasta que vio más adelante un grupo de tres motociclistas contra la joven pirata y dos pequeños robots. Peleaban por lo que parecía ser un cofre, no podía observar bien la lucha por todas las personas que estaban rodeándolos apoyando al grupo por el que habían apostado.

Escuchó los gritos de la chica de pelo lila insultando a los tres que huían. El más alto y fuerte de ellos llevaba en uno de sus brazos el cofre mientras que sus compañeros apartaban a los demás bandidos que querían arrebatarle el tesoro. Podía hacerle el favor de detenerlos a su nueva compañera para dar una buena impresión.

Viendo que pasarían cerca suyo, corrió velozmente hacia ellos pensando en colocarse en su camino y derribar al que llevaba el cofre. Pero su cuerpo chocó con otra persona que había hecho lo mismo que él, simplemente reaccionó y tomó su brazo antes de que cayera.

Sus mirada heterocromática se encontró con los cansados ojos esmeraldas que le resultaron familiares. Su pelo púrpura y la estrella dorada colocada a uno de los lados del gorro confirmaron que era la persona en la que pensaba.

—¿Sandy? —estaba más confundido que antes, su mano no soltaba el brazo con diferentes pulseras doradas en su muñeca— ¿Por qué estas aquí? —preguntó, aún no creía que fuese el verdadero Sandy al verlo con ropa diferente que pensó que nunca usaría.

El equipo de los motociclistas aún seguían corriendo en dirección a ellos y aún no recibía otra respuesta que la mirada que lo observaba con indiferencia, como si fuera otro desconocido que se cruzó en su vida.

—¡Sandy —gritó la joven del bate ganando enseguida la mirada del mencionado—, usa tu maldita magia de una vez! ¡Van a matarnos! —las pequeñas bombas arrojadas por el pequeño robot que caían delante de ellos dañaban a la bateadora y al enorme hombre a su lado mientras que el más pequeño y antropomórfico esquivaba sin dificultad alguna.

Wish [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora