De Cero

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Tener a la persona que más deseaba y amaba desde joven a su lado hacía que sus latidos fueran más fuertes, no podía creer que hubiera sido tan afortunado para volver a encontrarlo. Mientras caminaban buscando privacidad, intentaba mirarlo de reojo sin que se diera cuenta, pero ya varias veces había sido descubierto por el menor.

Podía notar que Sandy había cambiado demasiado. No recordaba que fuese capar de vestirse de manera provocativa para obtener miradas de desconocidos, siempre lo veía curioso probando todo tipo de ropa sin que su madre lo viera, mas ninguna de ellas era como las que vestía ahora. Era un chico inocente, somnoliento, sensible y amable que llegaba a mostrarse tal como era a otra personas, aunque terminaran lastimándolo, nunca exhibía su cuerpo.

Para Leon, era un ángel, pero en ese momento estaba dudándolo: las miradas cansadas parecían no soportarlo y el brillo de sus esmeraldas no era el mismo, estaban opacos sin permitirle admirar su ser como se lo permitía de más joven; sus pasos ya no eran desconfiados que necesitaban ser guiados por alguien más; su cuerpo andrógino no tenía más aquella poca grasa de más de la que se burlaba con cariño, se asemejaba aún más a un cuerpo femenino por lo fino y delicado que era, pero que hacía desear a otros por sus glúteos y cintura más marcada. Había perdido todo ese tiempo en el que le hubiera gustado estar a su lado y verlo crecer, mas sentía que ya no poseía el derecho a hacerlo.

Por esos pensamientos, deseó que nunca llegaran a un lugar donde pudieran hablar con tranquilidad, pero rápidamente llegaron a la boca de un callejón vacío en el que tenía la suficiente privacidad que buscaba. Los nervios aumentaron al recordar que solamente estaba él con Sandy y era el encargado de convencerlo para tener su apoyo a la hora de hablar con el resto de su equipo.

No tenía a Penny allí, era la pirata la que sabía como manipular de la peor forma de ser necesario con tal de sacar algo que la beneficiara a ella. Él no era el indicado para esa tarea, pero como se trató de Sandy no podía ser él quien se quedara con los motociclistas.

Antes de hablar, frotó sus manos nervioso y dio un largo suspiro sin poder deshacerse completamente de sus nervios. Los ojos verdes que lo observaban no eran de ayuda para calmarlo.

—Genial… —su voz fue escuchada por el menor por más que hubiera susurrado— Ahora, Penny está allá… no salió como planeamos —lentamente, volvió su mirada al de pelo púrpura y sonrió—. Por lo menos algo salió bien y te tengo aquí. Uno menos por salvar —habló, sus nervios notorios en su voz y balanceándose inquieto.

—¿”Uno menos para salvar”? —que hablara con tanta libertad molestó al otro joven— No he pedido que me salvaras de nada, tampoco hay algo de lo que me tengas que salvar —su mirada no rompía contacto con la heterocromática que no dejaba de perder su confianza. Era la primera vez que se sentía intimidado por Sandy.

—Sí, tienes razón, lo siento. No quería decir eso —rápidamente negó con sus manos y su cabeza, reía nerviosamente—. Es que te vi y lo primero que quise hacer fue hablar contigo —su voz temblaba ante la mirada esmeralda que reclamaba sinceridad que no se resistió a darle—. Al fin te vuelvo a ver y eso es algo muy bueno —suspiró avergonzado y desvió la mirada a otro lado, no le salían las palabras como las pensaba—…Te extrañé… —por fin, lo dijo y, si hubiera tenido su atención en el más bajo, hubiera notado que su repentino cariño causó un leve sonrojo.

—No des vueltas, tienes los segundos contados, ¿Qué es lo que quieres? —su voz había perdido un poco su frialdad, aunque seguía molesto.

—Pensé que dirías “Yo también”.

—No tengo razones para decirlo. No te extrañé, no te conozco y no somos amigos. Dime a por que vienes —a los ojos del mayor, parecía no tener ni el más mínimo arrepentimiento por lo que hacía, esto solo lo desanimaba aún más. Estaba por explotar de la rabia, no soportaba ser tratado así.

Wish [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora