Como nuevo

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—¿Solo me buscabas para esto? —sus ojos observaron a la escaramuzadora fijamente, la creyó loca—¿Para una disculpa? —le daba gracia, le parecía inútil la mujer de la que una vez temió— Sí, porque todo el mal que me hiciste todos estos años será olvidado y de la nada seremos una familia feliz —fingió una amable sonrisa a la vez que intentaba no reír—. Deja de ser tan estúpida, no voy a perdonarte, y deja de insistir.

—He intentado-

—No intentes nada mas —la interrumpió. Su voz nunca se alzó o ambos terminaría a los gritos. Él siguió manteniendo su calma aunque estaba al borde de perder su paciencia—. Ya lo arruinaste, lo perdiste y aún no aceptas que se acabó. Así como tú te avergonzabas de tenerme como hijo sin importar que tan bueno intentara ser contigo, yo también te desprecio y no quiero verte otra vez.

Tara no volvió a hablar, no interrumpiría cuando veía al joven aclarando su punto y sus sentimientos. Le daba toda razón sobre cada palabra. Solo se limitó a escuchar.

—Lo único bueno que has hecho por mi ha sido lo de hoy, te lo agradezco, pero sé que nada de lo demás que llegaste a hacer por mi lo hiciste por querer, siempre lo hiciste porque tenías a alguien mirándonos. Lo que en realidad te importaba era tu imagen y que yo fuera como tú querías, nunca te importó como me sentía, te daba asco. No vengas ahora a pedir que te entienda porque no lo haré.

—Si lo único que puedo hacer para dejar de dañarte es alejarme, lo haré —habló una vez que el menor se había desquitado.

—Es todo lo que he pedido cada maldito día. No quiero verte ni en recuerdos, pero siempre vuelves.

Aquella fría noche en el cementerio desapareció de su mente al abrir sus ojos por la aguda y presumida voz de la mujer que actuaba como si fuera su peluquera profesional.

—Ugh, al fin despiertas, vago. Por un momento pensé que te caerías de la silla y yo no pienso levantarte cuando eso suceda.

—No estaba durmiendo, solo descansaba los ojos —bostezó tapando su boca.

—Eso es lo que siempre dices y terminas dormido —Emz sacó la tela que lo cubría para poder admirar su trabajo y deshacerse de los pelos sueltos—. Agh, ponte firme para que pueda verte mejor.

Obligando a la espalda de Sandy a enderezarse, apreció mejor su trabajo aunque no hubiera hecho un gran cambio. Aun sentado, el menor observó el largo del pelo púrpura que había sido reducido hasta la mirad de su cuello. Solo fue un pequeño corte de pelo, pero se sentía mejor al no darse tanto asco al mirarse en el espejo que la zombi tenía. Le recordaba menos a su tiempo en Retrópolis.

—Me gusta —dijo cansado con una sonrisa y observó a la mujer por el espejo—. Gracias por tomarte el tiempo y ayudarme con esto.

—Aw, no hay problema, pero ¿no quieres que haga algunos detallitos más? Quizás podría-

—¡Sandy! ¡Emz! —ambos escucharon la voz del vampiro— ¿Ya están listos? ¡Se nos hace de día!

—¡Ahora vamos! —respondió la zombi gritando al saber lo mucho que el de ojeras odiaba levantar su voz— ¿Estás listo para volver a ver a tu novio? —preguntó burlona mientras buscaba su cartera morada, adoraba verlo sonrojado por pensar en el otro chico.

—Creo que estoy listo… no nos hemos visto en mucho tiempo y tampoco he podido visitarlo a él o a Bibi y a Crow en tanto —contestó animado queriendo estar en ese instante con Leon.

—Deja de exagerar, solo ha pasado un mes desde la última vez que lo viste y cada día has hablado con el por el celular que te regalé yo —presumió—. Espero que no hayas gastado todos tus temas de conversación. Es importante que hables con él, pero no está mal que lo dejes deseando de vez en cuando.

Wish [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora