Seamos un Equipo.

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- ¿a dónde vamos Stark? - quinta vez que pregunta, si, las estoy contando

Hace un año, antes de Thanos, habíamos descubierto mi padre y yo un secreto de Fundaciones Stark, un hombre estaba en el sótano, con mucha tecnología médica.

Y ahora mismo íbamos en camino a Fundaciones Stark, empresa que ahora es mia con todas las de la ley, diezsiocho años cumplidos.
Aparqué el auto me quedé mirando el edificio, tengo que hacer un plan principalmente, no puedo entrar así y ya. Mi identificación ya la traía en mano, Harley entraría por la parte trasera esperando que no le dijeran algo malo claro.

Cuando entre al edificio en recepción estaba una señora de unos cincuenta y tantos años y un muchacho de nose, ¿Veintisiete? ¿treinta y uno?
Mis pasos se escucharon por todo el lugar haciendo que voltearan a verme algo que me incomodo mucho.

- señorita Stark buen día - me sonrió pero después miró al tipo con despreció
- buen día - sonreí a los dos - ¿Todo bien? - pregunté con una sonrisa

Ambos se miraron pero el castaño soltó un suspiro y se quitó su gafete.

- nada señorita Stark - mire al tipo que se aflojó su corbata mientras buscaba algo
- creo que si sucede algo - alce mi ceja y me acerque más a donde el castaño - hola - trate de que me miraba pero el dio una sonrisa forzada - ¿Todo bien? - pregunté de nuevo
- señorita Stark todo est- alce mi mano para que guardara silencio

Sus ojos, sus ojos color verde olivo son tan, tan hermosos, me quedé idiotizada. Pestañeo varias veces y el sonríe de labios cellados pero en sus ojos hay un brillo que me dejó más estúpida.

- ¿Todo está bien? - tartamudeo, eso es nuevo

¿Que carajos Alexandra?

- no señorita Stark - hizo una mueca - pero no hay de que preocuparse - sonrió falso

Alce mi ceja quitándome lo idiota para ponerme sería, este es mi trabajo y soy la jefa.
Mire que ya se iba y que la señora sonrió pero dejó su gafete.

- oye - llame su atención y el paró - tú gafete - lo tome para mostrarlo - lo olvidaste - se dio la vuelta y me miró achicando sus ojos - David - leí su nombre en el gafete

Camino hasta a mí quitándome su gafete sonrió y se dio la vuelta para poder irse.

- te veo mañana - me despedí
- yo ya no trabajo aquí - hizo una mueca acomodando su mochila
- estás contratado nuevamente - le guiñe el ojo

(...)

Firme unos documentos y después entró una llamada de Harley la cual no conteste pero supuse que ya estaba adentro.
Cuando termine fui al elevador ya traía mi gafete en mano y solo era de pasarlo por el código y presionar el botón que me llevaría al sótano, en total eran cinco pisos y yo estaba en el primer piso ahora voy para abajo.
Las puertas se abrieron en el sótano y ahora me quiero regresar, esto parece película de terror, la paredes o más bien el lugar está descuidado. Camine por el largo pasillo hasta llegar a unas puertas rojas. Me siento como en la película del resplandor en cualquier momento se aparecerán las niñas gemelas, mierda.

Saque mi arma...por precaución, no por miedo.

Tome la perilla y di la vuelta además de que cerré mis ojos, perro miedo, agarré valor y abrí la puerta mientras apuntaba a todos lados, la camilla estaba sola no había rastro del hombre.
Había un escritorio, una laptop donde estaba la imagen de mi abuela María y algunos archivos, alcance a leer archivos Stark, Pepper Potts y archivo Vengadores.
Un poco raro, no es raro, da miedo.

— creo que no es de tu incumbencia – pegue un grito pero no deje de apuntar.

Tipo ya grandesito.

— me gustaría saber quién eres – titubeo y no miento
— trato de saberlo – tomo asiento – tengo entendido soy Arno Stark – me pasó una carpeta

Arno Stark el verdadero hijo de Howard y María Stark.

— pues hola tío – sonreí aún apuntándole

Frunció su ceño y no me van a creer pero comenzó a sonar una alarma, el me miró extrañado y con temor.

— toma lo esencial y lo que tengas dudas – el me miró – hazlo confía somos familia – asintió y corrió a su armario

Se escuchó mucho escándalo así que me escondí un poco, ¿me van atacar?
No pueden, soy la dueña de Fundaciones Stark ¿o si pueden?
Tome los archivos del escritorio y me acerque a Arno para que los guardase en su maleta que preparo, no manches entro la doña de recepción.

Mi tío, ya es mi tío en un rato, se iba a salir pero lo tome de los tirantes haciendo que se hiciera hacia atrás.
Saque mi celular para buscar el número de Harley, me tienes que ayudar.

— ¡fuego en el edificio! – esa es la voz del rubio
— carajo – que boquita

La puerta la cerró con seguro, hija de su madre,espere a que se alejara lo más posible y le dispare a la puerta de alguna manera tenemos que salir de aquí.

— ¿No ocupas medicamentos? – pregunté antes
— ya lo guarde – me mostró su maleta – lo esencial dijo – se encogió de hombros
— entonces pronto conocerás a tu familia – le sonreí

El también sonrió un poco, pero ahora hay que correr.

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