Seamos un Equipo.

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Después de la platica en la oficina, fuimos a casa, mi papá no hablo para nada se sentía un ambiente muy malo, entendía su dolor, vivir casí toda tu vida engañado.
Cuando llegamos a casa mi papá fue directamente a su taller con el maletín.
Mi mamá al ver que se fue a encerrar al taller se giró a verme al igual que Jacob y  Happy.

— ¿qué sucedió allá adentro? – pregunto
— una plática de lo menos larga – conteste – pero con una historia demasiado larga – me miró confundida
— ¿Que pasó Alex? – pregunto Happy
— mi papá pidió que fuera al grano y salió lo del apellido Stark – parpadee varias veces y me senté
— ¿Y? – habló Jacob
— dijo que mi papá no es un Stark – mi mamá abrió los ojos sorprendida – lo que significa que biológicamente no somos Stark – solté un suspiro
— pero ese hombre no puede llegar y decir eso sin pruebas – se sentó a mi lado mi mamá
— traía consigo un maletín – la miré
— Dios mío – suspiro mi mamá – por eso se fue a encerrar – asentí

El silencio se hizo presente, me puse de pie y me fui a mi habitación sin decir alguna palabra.
Estaba muy cansada y no tenía ánimos de nada, lo único que quería hacer era dormir.

(…)

Día siguiente

Mi mamá se había ido a trabajar, Happy se fue con ella, mientras Jacob y yo estábamos en la sala almorzando.
Mi papá me comenzó a preocupar no salió en toda la noche y ya eran las once de la mañana y sigue sin salir.
Me puse de pie saque fruta del refrigerador, preparé un café.

— ahora vuelvo – anuncie a Jacob

Asintió y yo me fui al taller para llevarle de almorzar a mi padre, estando frente a la puerta dije el código, entre y lo vi dormido en una silla frente al proyector donde la imagen de mi abuelo estaba hablando.
Dejé el almuerzo en el escritorio para acercarme a mi papá y moverlo suavemente para despertarlo, cuando lo logré se despertó exaltado lo tranquilice. Soltó un suspiro se acomodó en la silla su mirada transmitía demasiada tristeza y me dolía verlo así, la última vez que estuvo así, fue cuando se enteró de quien asesinó a mis abuelos.

Lo abracé sin más, sentí mi hombro mojado y como sus brazos me rodeaban, soltó un sollozó.
Sentí un nudo en la garganta, me duele verlo así. Poco a poco se fue separando y seco sus lágrimas.

— todo es cierto – miró hacia un punto del taller
— ¿De qué hablas? – pregunté
— no soy hijo biológico de Howard Stark – sollozo
— ¿Que tal si todo es una mentira papá? – pregunté sentándome en otra silla
— no lo creo – me miró con los ojos llenos de lágrimas – hay muchas pruebas – trago saliva
— Hay que buscarlas por nuestro lado entonces – comenzó a negar
— no esto no es tu problema hija – me tomo las manos
— lo es – me miró – lo es por qué yo también soy una Stark – le sonreí de labios sellados
— yo buscaré por fuera – rodé los ojos – tú se mis ojos aquí – asentí – cuidas a tu madre – asentí de nuevo – buscaré a un tal 451 – lo mire raro

No me queda de otra más que apoyarlo.