Amanda Hills.
Hermosa. Inteligente. Adinerada.
Simplemente perfecta. O al menos eso pensaban todos.
Después de finalmente aceptar que Aris Baner no era el chico para ella, Amanda se esfuerza por mantener las apariencias y seguir con su perfecta v...
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Subí a mi habitación dando saltitos de la emoción. Sería tía. Estaba demasiado feliz, pero me partía el corazón al ver cómo Ziel lloraba en plena desesperación. Era una nueva etapa para ella. Llamé a Aris para contarle y le dije que quería ir al hospital al ver Amanda.
No éramos las mejores amigas, pero seguía sintiéndome muy preocupada por ella. Aris pasó por mí y me dio un beso en los labios en cuanto subí a su auto. Esto de ser amigos no estaba funcionando.
-Me ha llamado Christian, al parecer Amanda ya despertó- me informó Aris con la mirada al frente.
Así que Amanda y Christian sí estaban juntos. Era una noticia que me agradaba bastante.
Llegamos al hospital y nos dirigimos a su habitación. Estaba despierta, y lucia bastante feliz. Christian estaba sentado a su lado y sostenía su mano entre la suya.
Pensé que Amanda me miraría con odio al verme con Aris, pero para mi sorpresa no borró su sonrisa.
-Cómo te sientes?- le preguntó Aris. Su cabello estaba despeinado, cosa que nunca piense que podría ocurrirle, y sus labios estaban algo hinchados, pero supuse que debía ser la consecuencias de una sección de besos.
-Estoy bien- dijo con una sonrisa. No llevaba tampoco nada de maquillaje, los que la hacia ver más juvenil.
-Podrían dejarnos solas?- solté de golpe. Christian y Aris se sorprendieron por mi petición, pero no dijeron nada y salieron de la sala.
Amanda me miró confundida.
-Hola- dije de repente sintiéndome estupida. Había mucho que queria decir, pero no sabía como empezar.
-Hola- respondió curiosa por mi actitud.
-Quería decirte que estoy feliz de que estés bien.- dije con sinceridad.
-No mientas, sé lo mucho que hubieses preferido que saliera de tu camino para quedarte con Aris.- respondió seriamente. Sus palabras me parecieron crueles, y al ver mis expresión dolida, Amanda estalló en risas.
Estaba burlándose de mí. No pude evitar reír también. Esta chica sí que estaba loca.
-Estoy bromeando. Me alegro que tú y Aris esta juntos- dijo suavemente. Intenté buscar en su mirada rastros de mentira o falsedad, pero no encontre nada. Lo decía enserio. Quién era esta chica y dónde estaba la Amanda de siempre? Misterio.
-Yo también me alegro de que estés tan feliz con Christian- dije con amabilidad. En realidad hacían una muy linda pareja.
Seguimos charlando unos minutos como si fuésemos viejas amigas, dejándole todo al pasado y viviendo el presente.
Quién diría que Amanda y yo terminaríamos siendo amigas?
PUNTO DE VISTA DE
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Cuando cayó la noche, me dirigí a la base como me era costumbre. Se sentía diferente estar allí sabiendo que ahora no estaba sola, pero que éramos dos. Era obvio que no podría continuar manejando la banda, era demasiado peligroso. Sabía que Liam podría manejarla sin problemas, pero también estaría muy ocupado en los próximos meses, por lo que no dude al llamar a Christian a mi oficina. Ya era hora.
-Buenas noches- saludó tomando asiento frente a mí. Lucia feliz, lo que era diferente en él.
-Cómo estás?- pregunté.
-Estoy bien, y usted?- preguntó de vuelta con esa cordialidad de siempre.
-Ya te he dicho que me tutees- le regañé amablemente.
-Si, señora- dijo a modo de broma, a lo que yo sonreí.
-Christian, tengo algo que proponerte- dije deseando ir directo al punto. No me gustaban los rodeos.
-La escucho-
-Estos próximos meses serán algo...complicados, para Liam y para mí. Necesitaré a alguien en quien pueda confiar para que se encargue de la banda un tiempo.- dije suavemente, atenta a todas sus reacciones.
Al principio pareció sorprendido, pero luego solo rió como si fuese un chiste.
-Debe ser una broma. Tiene a su disposición decenas de hombres y mujeres capacitados. Tyler sueña con tener este puesto. Porqué me lo daría a mí?- preguntó como si fuese absurdo.
-Porque sé que no me defraudaras, Christian. Veo mucho en ti y sé que tienes futuro en esto. No somos tan diferentes. Mi decisión está tomada. Solo te queda dar respuesta- le dije seria.
Vi en su mirada que la respuesta tambaleaba, peor luego de unos segundos respondió, tomo una expresión segura y determinada :
