No me olvides #OLVIDADOS#3 (COMPLETA)

CAP 40-Un cuchillo y la negrura

PUNTO DE VISTA DE

Me subí al auto con Ziel a toda velocidad.

-No creo que sea buena idea que vengas- me dijo encendiendo el auto con rapidez.

-No te dejaré ir sola- le respondí ajustándome el cinturón de seguridad. No entendía bien que estaba pasando, después de que Ziel colgó el teléfono, salió disparada y se subió al auto sin siquiera dejarme tiempo de avisarle a Zarah.

-¿Qué esta pasando?- pregunté finalmente mientras la veía arrancar a toda velocidad.

-Han capturado a Liam. Mark es el culpable de todo esto.-

-¿Mark? ¿Mark Williams?- pregunté.- ¿No es ese el primo de Liam?-

-El mismo- respondió doblando en una calle.

Eso solo me confundió más, pero preferí no seguir preguntado. Ziel lucia bastante calmada, era su mirada la que gritaba.

Cuando llegamos, detuvo el auto frenando violentamente y me tendió un arma.

-No la uses a menos que sea necesario.- me advirtió. Asentí escondiéndola dentro de mi chaqueta mientras ella cargaba la suya.

Antes de bajarnos del auto, susurró :

-Cuida de Zarah si algo me pasa.-

Asentí sin dudarlo.

Nos adentramos a la casa que le habían indicado a Ziel, pero no era para nada lo que nos imaginábamos. Era una casa bastante grande y linda. Nada parecido a un lugar donde tendrían secuestradas a varias personas.

-Mark me está esperando, entraré por la puerta principal. Tu intenta entrar sin que te encuentren y búscalos- me dijo.

Asentí y corrí al otro lado de la calle, donde se encontraba el jardín de la propiedad. Un muro era lo que separaba la calle del jardín y me dispuse a escalarlo. Me tomó más de 15 minutos lograrlo.

Caí detrás de unos arbustos y me alivié al ver que nadie había notado mi presencia. En el centro del jardín había tan solo una gran fuente. Avancé y me escondí detrás de ella tratando de idear un plan para llegar a la casa sin ser visto.

Corrí como pude hasta la parte de atrás de la casa esperando con todas mis fuerzas de que hubiese una especie de puerta trasera, pero para mi desgracia, no la había una. Pero había una ventana.

Con mi arma en mano me adentré a una especie de sala familiar. Había un gran sofá y una televisión, todo muy bien decorado. Me quedé detrás del sofá al escuchar unos pasos acercarse. Mi corazón empezó a latir a mil por hora, pero por suerte, los pasos se alejaron.

PUNTO DE VISTA DE

Respiré profundamente antes de pararme frente a la puerta principal donde dos guardias me esperaban.

Sin decir palabra, me dejaron entrar y me guiaron hasta la casa. Era un lugar precioso y agradable, pero en ese momento, era una carcel cruel y silenciosa.

Cuando Mark desapareció totalmente de nuestras vidas, me dije que algún día volvería, pero no me esperaba que fuese de esta manera.

Los guardias se aseguraron de desarmarme antes de dejarme entrar a la sala donde me esperaban, pero no eran tan listos y no pudieron percibir que llevaba en mi pierna un cuchillo escondido entre mis botas.

La sala estaba vacía, o al menos eso creí a primera vista.

-Me alegra que estés aquí- me dijo una voz. Mark estaba allí de pie dándome la espalda, admirando tranquilamente la biblioteca de la sala.

-Dime que es lo que quieres y terminemos con esto- dije ya harta.

Se dió la vuelta tranquilamente y me miró a los ojos. No había cambiado mucho desde la última vez que lo había visto, a excepción de su mirada, que en vez de ser luz, era pura oscuridad.

-Si me hubieses preguntado eso hace unos meses, hubiese respondido que a ti- respondió con una sonrisa frívola.

La puerta se abrió en ese justo instante, dejando entrar a...Sofia Helson.

-Pero ya no es el caso.-

Sofia se acercó a él y le plantó un beso posesivo en los labios.

-Liam y tú nos destrozaron, y nosotros nos reconstruimos.- Dijo Mark.

-Es momento de que sean tú y Liam, quienes sufran ahora.- continuó Sofia.

La puerta se abrió nuevamente dejando aparecer a un hombre que se acercó rápidamente a mí. Sentí el filo de un cuchillo herir mi abdomen, y en tan solo unos segundos, todo se volvió negro.