PUNTO DE VISTA DE
-¡Nunca!- grité de manera dramática mientras Ziel intentaba convencerme de que fuera al cumpleaños de la pequeña Isabella.
-¡Pero si te llevas genial con los Hans!- objetó ella.
Y era cierto, me llevaba muy bien con los Hans y me encantaban los bebes, pero simplemente no podía. Aris y yo nos habíamos estado evitando todo el año anterior cuando cursábamos nuestro último año de escuela, y estaba convencida de que estando en la universidad, una diferente a la suya, podría escapar de su mirada esmeralda.
Había sido dificil, no hablarle, no mirarlo, casi tortura, pero lo había logrado. Había logrado dejarlo atrás y no volver a caer en aquel amor tan complicado. En cambio, sabía que no debía jugar con fuego y cada vez que lo veía, sentía como mi corazón me pedía a gritos que volviese a caer, pero había decidido darle prioridad a la razón. Después de que había terminado con Frederic, no me había involucrado en ninguna relación y lo prefería así.
-¡Vamos Zarah! Nos han invitado a los 3 y no quiero que te quedes aquí sola.- pidió mi hermana.
Sabiendo que no podría negarme, subí las escaleras hasta mi habitación y abrí mi armario con fuerza para buscar que diablos ponerme.
Me decidí rápidamente por unos jeans y una blusa delicada con unos pequeños tacones. Miré mi reflejo en el espejo y salí de mi habitación como un tornado sintiéndome demasiado enojada.
Nos subimos los 3 al auto y cuando estuvimos frente a la casa, juro que casi salgo corriendo.
Decidiendo ser madura y comportarme como una autentica chica de 18 años, caminé hasta la puerta junto a Liam y Ziel hacia el jardín dónde ocurría la fiesta. Estar en aquella casa me era insoportable, como si Aris estuviese en todas partes. Necesitaba quedarme lejos.
Saludé a la señora Hans con una sonrisa y ella me sonrío con cariño. Mi mirada busco instintivamente al innombrable y lo encontré un poco mas lejos con... Amanda.
Su presencia no me sorprendía en lo más mínimo, pero no me agradaba. Todo lo que había pasado en el campamento hacia un año permanecía en mi memoria y no estaba dispuesta a perdonar, ni ella a pedirme disculpas.
Sabía que ella y Aris seguían siendo muy amigos contrariamente a mí, que lo había evitado lo más posible, pero verlos allí juntos me molestaba y no podía evitar pensar en que tal vez fuesen más que amigos.Continuamos saludando a las demás personas que Liam y Ziel ya conocían. Los padres de Amanda también estaban allí y me saludaron con una amabilidad algo forzada. Inmediatamente dejé a mi hermana y a su prometido con aquellas personas, y corrí hacia la señora Hans que tenía ahora a Isabella en brazos. Amaba los bebes.
Empecé entonces a jugar con ella y la señora Hans me permitió cargarla. Era una niña preciosa de hermoso cabello negro, muy parecido al de Aris y con los mismos ojos esmeraldas que te quitaban la respiración. Dirigí entonces mi mirada hacia su hermano que reía con Amanda. Lucian cómodos el uno con el otro, y sabía que no tenía ningún derecho a estar celosa. . Ya lo habíamos arruinado y tenía que pasar a otra cosa, pero algo me seguía deteniendo y me mantenía prisionera.
-Se nota que se te dan muy bien los niños- elogió la señora Hans mientras veía como su hija me sonreía.
-Es preciosa-
-Deberías venir a jugar con ella sí gustas, eres bienvenida a esta casa.- me dijo con una gran amabilidad.
Me sentía tan agradecida por su hospitalidad, pero ¿cómo explicarle qué detestaba ir a aquella casa mientras Aris estuviese allí? ¿Cómo explicarle que su hijo y yo actuábamos como extraños después de que habíamos vivido toda una historia?
-Me encantaría- terminé por responder rendida. No debía dejar que lo que había pasado con Aris afectase mi vida. Él parecía haberme dejado atrás sin ninguna dificultad y yo le mostraría lo mismo.
(...)
Aris ni siquiera me dedicó su mirada una sola vez durante la fiesta, y cuando nos subimos al auto, mi agobio fue ya demasiado obvio.
-Creo que deberían hacer las paces- me aconsejó mi hermana mientras se ponía el cinturón de seguridad y Liam encendía el auto.
-No podemos. No nos hemos hablado en meses y ahora que estamos en universidades diferentes, será más fácil olvidarlo.- expliqué recostando mi espalda del asiento buscando convencerme.
Estaba extrañamente cansada, como si aquella fiesta hubiese agotado todo mi energía. Llegamos a la mansión y me encerré en mi habitación. Estaba enojada por no poder controlar mis sentimientos y me dispuse a olvidar aquella terrible sensación preparando mis clases del día siguiente. Estudiar psicología siempre había sido mi sueño, y ahora que habían empezado las clases me sentía increíblemente feliz, pero ni siquiera eso lograba quitar de mi mente a Aris.
Entonces sonó mi teléfono y vi que se trataba de un número desconocido, pero aún así contesté diciéndome que debía ser algún compañero de la universidad. Sorprendentemente, fue la voz de la señora Hans que se escuchó a través de la linea.
-¡Zarah! Lamento llamarte tan de repente y más sabiendo que acabas de marcharte, pero mañana en la noche tendremos que ir a un evento y las niñeras de Isabella tienen el día libre. Me preguntaba si tal vez podrías...-
-¡Claro!- me exclamé sin siquiera dejarla terminar. Cuidar a Isabella me emocionaba y no es como si tuviese nada más que hacer. Igual pensé que seguramente, Aris se iría con su madre y su padrastro y no estaría en casa, por lo que no tendría que cruzármelo.
Pero qué equivocada estaba.
Helloooo!
¿Cómo están?
¡Nuevo cap!
Espero que les guste<3Empiezan los problemassssss.
No olviden votar-comentar y seguirme<3
Los quiero un mundo Diamantes
DD
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No me olvides #OLVIDADOS#3 (COMPLETA)
Teen FictionAmanda Hills. Hermosa. Inteligente. Adinerada. Simplemente perfecta. O al menos eso pensaban todos. Después de finalmente aceptar que Aris Baner no era el chico para ella, Amanda se esfuerza por mantener las apariencias y seguir con su perfecta v...