PUNTO DE VISTA DE
Dejé a Zarah y a Aris en la sala principal y me dirigí al jardín con Leia Isabelle en brazos. Me senté en el banco, el calor del verano acariciando mi rostro. La miré por un largo tiempo. Aquel ser tan pequeño que había cambiado tanto. Que me había cambiado.
Nunca imaginé que llegaría un día en el que sentiría aquella paz que sentía en aquel momento. Sentía que todo el dolor, el sufrimiento, todo, había simplemente valido la pena. Acaricié su hermoso cabello rubio, se había quedado dormida en mis brazos. Este pequeño ser dependía de mí, y me aseguraría de ser la madre que nunca tuve. Era como si la vida me estuviese dando una nueva oportunidad.
Dejé que en mi mente desfilaran todos aquellos viejos recuerdos. Aquellos momentos que habían marcado y cambiado mi vida. Recordaba aún a la perfección cuando había despertado en el hospital, cuando era policía y había visto por primera vez a Liam Alexander Williams. Le había odiado inmediatamente. Y decir que ahora, era mi esposo y padre de mi hija.
La vida da vueltas.
-Aquí están- dijo alguien detrás de mí. Volteé, y era él.
Se sentó a mi lado y cargó a la bebe. La miraba como si estuviese perdido en ella, y yo los miraba como si fuesen mi mundo entero, porque lo eran.
Cuando sintió mi mirada en él, me miró de vuelta.
-Todo bien cariño?- me preguntó suavemente.
Fue cuando me di cuenta que un par de lágrimas empezaban a derramarse de mis ojos.
Estaba llorando.
-No podría estar mejor- contesté.
Lloraba, pero no porque me sintiera triste.
Lloraba porque no podía estar más feliz.
Lloraba porque al final, tenía todo lo que siempre había soñado y ya nadie podría arrebatármelo.
O al menos eso pensé.
Zarah apareció frente a nosotros mostrando extrema preocupación.
-Arde...- gritó-La mansión se quema!-
Miré las ventanas del segundo piso alarmada, Zarah tenía razón.
La mansión estaba en llamas.
-Pero qué ha pasado?-
Liam se puso de pie.
-Salgan de aquí, las veo afuera.- dijo saliendo disparado hacia el interior de la casa.
Pero yo no podía irme.
Había algo que debía buscar. Le deje mi bebe a Zarah y corrí todo lo que pude al segundo piso.
Dónde diablos estaba toda la seguridad? Dónde estaba todo el personal de la mansión?
Corrí hasta mi oficina, el humo invadiendo cada partícula del aire, el calor quemando mi piel, pero no podía. Tenía que tomar mi anillo. Era el primer anillo que me habia dado liam cuando nuestra boda era solo un contrato.
Una vez lo encontré, salí de allí como pude. No podía ver nada y sentía como lentamente me asfixiaba. Había caído en el mismo infierno.
Cuando logré salir de la mansión, los bomberos acababan de llegar, al igual que Charlotte y Tyler.
-Dónde está Zarah?- pregunte sin verla. Los paramédicos se acercaron a mí, pero rechacé su ayuda.
-No la han visto salir- me respondió mi amiga.
-No puede ser, ha salido antes que yo. Tiene a Leia- dije quedándome sin aire.
Luego de eso, solo fue oscuridad.
PUNTO DE VISTA DE
En cuanto vi a Ziel marcharse al interior de la mansión en fuego, decidí salir lo más rápido posible de allí, y siendo la puerta trasera la que me quedaba más cerca, salí por allí.
La calle estaba desierta, a excepción de tres autos negros, todos iguales, que esperaban.
En cuanto vi a los hombres bajarse de él, supe que estaba perdida.
Intenté correr lo más rápido al frente principal de la casa, de donde escuchaba las sirenas de los bomberos, pero me detuvieron con fuerza, y me hicieron caer al piso.
-No por favor!- grité cuando me arrebataron a la niña. Me sujetaron y recibí un golpe en el rostro.
-Ayuda!- grité reuniendo las pocas fuerzas que me quedaban mientras sentía la sangre deslizarse por mi rostro.
Lo último que vi, fue cómo aquellos hombres se subían a sus autos con Leia en brazos.
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No me olvides #OLVIDADOS#3 (COMPLETA)
Teen FictionAmanda Hills. Hermosa. Inteligente. Adinerada. Simplemente perfecta. O al menos eso pensaban todos. Después de finalmente aceptar que Aris Baner no era el chico para ella, Amanda se esfuerza por mantener las apariencias y seguir con su perfecta v...