Salí del salón de clases dejando a Hannah tan sorprendida como yo lo estaba. Mi cabeza daba vueltas. Cómo había sido posible? Será que el amor por Amanda me había segado tanto como para no darme cuenta de que me engañaba? Subí a mi auto, y aunque tenía ganas de ir al hospital a cuestionarla, me dije que no sería buena idea tratar la situación en el estado de enojo que me encontraba. Tenía que calmarme y pensar las cosas. La impulsión no era lo mío.
Abrí la puerta de la casa y me adentré en ella para subir a mi habitación, pero una presencia me detuvo antes de que pudiese dar el primer paso. Aunque no lo había visto en años, lo reconocí inmediatamente. No había cambiado mucho. Estaba sentado en el sofá con mi madre y se puso de pie al verme.
Definitivamente la vida estaba probando mi autocontrol. Dos tiros en un día.
Caminé tranquilamente hacia dónde estaban. Veía en la mirada cerúlea mi madre la palabra "perdón" tatuada, pero no me importaba.
-Lárgate- le dije amenazando a aquel extraño. El desconocido que me había dado la vida.
-Tenemos que hablar, yo...- intentó justificarse.
Cómo diablos se atrevía siquiera a dar la cara?
-Que te largues!- grité una vez más dispuesto a sacarlo yo mismo si era necesario.
-Espera, Christian...- intervino mi madre.
-Cómo puedes siquiera dejarlo estar aquí como si nada?- le reproché a ella.
Su falta de orgullo y amor propio me asqueaba.
-Tan solo escucha, hijo...-
-Hijo?- repetí sin creerlo.- No te atrevas a llamarme así.-
Respiré profundamente tratando de controlar la frustración que crecía en mí, peligrosa y cruel como la noche. No entendía. Simplemente no entendía.
Me senté en el sofá de golpe, vencido. Los escucharía, pero solo porque deseaba más que nada una explicación. Mi madre empezó primero.
-Sé como te sientes, Christian, y tienes muchas razones para estar enojado, pero te pido que nos escuches hasta el final. Tu padre se fue, es cierto, pero ahora está aquí con nosotros y eso es todo lo que importa. Volveremos a ser una familia.- dijo con brillo en los ojos.
-Cómo puedes decir eso? Después de todo lo que sufrimos. A caso olvidas que te abandonó cuando estuviste al borde de la muerte? Qué nos dejó con una deuda que casi nos deja en la calle?- dije aturdido. Cómo es que podía ser tan ingenua?
-Sé que he cometido errores, pero puedo enmendarlos, solo dame la oportunidad de...- continuó él, pero yo lo corté.
-La oportunidad de qué? De arruinarnos la vida otra vez? Pero qué tan imbecil crees que soy?-
Sentía como la ira de toda una vida corría por mis venas y mi respiración se volvía cada vez más rápida. Salí de aquella casa azotando la puerta y me subí a mi auto sin saber a dónde ir.
Las dos únicas mujeres que me importaban en la vida, me habían traicionado.
Fui entonces al único lugar donde sabía que encontraría algo de paz : La mansión Williams/Castellan.
PUNTO DE VISTA DE
Acababa de llegar del banco cuando Christian entró agitado a la mansión. Nunca lo había visto así.
Se sentó en el sofá sin decirme una sola palabra y enterró su rostro en un cojín. Me senté a su lado sin hacer mucho ruido y acaricié su cabello lentamente. A pesar de que Christian era mucho más joven que yo, siempre lo había visto como un hombre, pero en aquel momento, lo vi como un niño.
-Qué pasó?- pregunté suavemente.
Se reincorporó en el sofá al sentir mi tacto y aunque no lloraba, podía ver en sus ojos una tormenta de confusión y dolor.
Empezó entonces a hablar muy rápido: a decirme que su padre había vuelto y que Amanda lo engañaba.
Nunca me había sentido tan triste por alguien. Yo más que nadie sabia lo que se sentía estar sola.
-Creo que deberías hablar con Amanda. No es que quiera defenderla, pero conozco a aquella chica y no la imagino un solo segundo haciendo algo así. Habla con ella, las palabras siempre calman a los corazones rotos.-
-A veces las palabras solo los rompen más.- me respondió.
-Que sea el tiempo, entonces, el que cure-
Christian asintió lentamente con la mirada perdida.
-Me siento como un imbecil- dijo negando con la cabeza.
-No tienes por qué. No eres un imbecil, Christian. Es todo lo contrario. Crees que le hubiese dejado la banda a un tonto?-
-No- me respondió sonriendo.
-Me recuerdas mucho a mí- le dije finalmente, lo que pareció sorprenderle.
-Porqué?-
-Porque eres una mezcla de fuego y hielo.-
-Es eso algo bueno?-
-Es algo único- respondí tanto para él, como para mí.
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No me olvides #OLVIDADOS#3 (COMPLETA)
Novela JuvenilAmanda Hills. Hermosa. Inteligente. Adinerada. Simplemente perfecta. O al menos eso pensaban todos. Después de finalmente aceptar que Aris Baner no era el chico para ella, Amanda se esfuerza por mantener las apariencias y seguir con su perfecta v...