Con cada día que pasa, mi corazón parece ponerse más frío y vacío. Mi mente se vuelve ruidosa y oscura, un lugar carente de paz y silencio. Pido ayuda, auxilio, doy llamados de atención, pero nadie parece escucharme. Siento que me ahogo, y no creo que nadie esté dispuesto a salvarme.
