Hoy es tu cumpleaños, te he dejado un mensaje con los mejores deseos que se pueden dar. Un mensaje que no leerás. Un mensaje que aunque me esfuerce arduamente en hacer con todo el amor del mundo, no lo verás. ¿Cuánto tiempo más voy a mensajearte a la espera de una respuesta tuya que ya debería saber que no llegará? ¿Cuánto tiempo más voy a aguantar aguardando un regreso que no sucederá? ¿Cuánto tiempo más me hará falta para darme cuenta de que no vas a volver jamás? ¿Cuánto tiempo más necesitaré para tomar el valor suficiente para lograr dejarte ir? ¿Cuánto tiempo más tendré que gastar para que llegue el día en el que pueda decirte adiós? ¿Cuánto tiempo más?
