Detrás de esa sonrisa, ocultaba una gran tristeza, unos pensamientos sombríos, un estado deprimente. Reía, como si nada sucediera, pero por dentro tenía ganas de llorar, de desaparecer, de ahogarse en su propio mar de lágrimas. Pero un día, la carga pesada que llevaba, simplemente, se le derrumbó encima, y no pudo soportar más.