El suicidio a veces es la única salvación, el escape. No es un acto de cobardía. Quien lo comete solo demuestra su estado de lasitud, de no poder más. Es fácil decirle a alguien que siga adelante, pues en realidad no comprendes que esa persona ha llegado a su límite porque tú no has sobrepasado el tuyo aún.
