Sentir mariposas es el inicio del castigo. Los latidos acelerados, la guillotina. Y el amor no es más que el verdugo esperando el día de tu condena. Pero, aún así estamos dispuestos a sufrir la pena de muerte.
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Sentir mariposas es el inicio del castigo. Los latidos acelerados, la guillotina. Y el amor no es más que el verdugo esperando el día de tu condena. Pero, aún así estamos dispuestos a sufrir la pena de muerte.