Capítulo 13 🌕 (Parte 3)

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CAPÍTULO 13

VIENE UNA TORMENTA Y SÓLO UNO SE MANTENDRÁ DE PIE AL FINAL DE TODO

Primavera de 998.

Nueve meses para la luna oscura.

REINO PETRA

BOSQUE ASHBANE

Mayra se transformó en una belleza de loba con pelaje dorado.

Hela también lo logró, cambiando a su nueva forma lobuna tan negra como una noche sin estrellas.

Y Otto sigue en proceso.

Con el veneno proveniente de los colmillos de un licántropo sumergidos en donde la sangre fluye más, las venas son más notorias, dejando que debajo que el manto blanco de Luna los arrope y los transforme en lo que eligieron convertirse...

En un cambiante.

—Otto, no te resistas. Deja entrar el dolor, no te dejes vencer por el impulso de no querer sentirlo. Al final pasará —repite Blaze Bennet, pero es como si el efímero no lo comprendiera mientras el pelaje color caoba emprende el acto de cubrir su piel.

—¡No puedo! —exclama, en medio de su martirio y del llanto—. ¡Duele bastante!

—No te rindas, chico. Yo sé que es insoportable, pero te lo pido, por favor, recibe al dolor como si fuera parte de ti. Tu bestia interna trata de acoplarse con tu alma, no la rechaces o las consecuencias serán terribles —suplica, pero el chico en medio del cambio niega repetidas veces, llorando, murmurando incoherencias—. ¡Otto!

Blaze está desesperado, pero no puede hacer nada, sólo el mismo Otto tiene que superar esta prueba de fuego para seguir viviendo, pero el destino tiene otros planes; es inevitable cuando sus huesos se viran hacia atrás de un tirón, estirando su cuerpo, traqueando ruidosa y macabramente, matándolo de inmediato.

Su cuerpo casi desnudo queda inerte, inmóvil, desfigurado y con una contextura que lo hace parecer como si no tuviera huesos, dejando estupefactos a todos los presentes. A los niños los mandaron a dentro de las tiendas para durmieran, eludiendo así que pierdan la inocencia más temprano, ya que cuando un efímero se vuelve cambiante es más probable que fallezca durante la transformación.

Blaze se lleva los dedos a la frente, masajeando su entrecejo, tratando de ignorar la peste de la sangre derramada y la imagen del tieso Otto.

Alguien en el fondo reacciona con un grito de horror; una chica, su amiga, novia o familiar, Marie no está segura, pero siente pena por ella y los que la acompañan porque eran muy cercanos a Otto.

—Perdóname, Otto —masculla el Beta, arrodillándose para pasar la mano izquierda sobre los apagados ojos negros del difunto, cerrándolos.

Los aullidos lamentosos no tardan en hacerse presentes, largos y en sintonía, armónicamente, despidiendo a un hermano.

Estaba advertido. Ha visto durante muchas lunas el proceso de primera mutación de un licano, por el martirio que atraviesa para lograr sobrevivir al aceptar su lado salvaje y clavarlo en su alma como uno. Sabía en lo que se estaba metiendo, y aun así tomó el riesgo. Marie no lo juzga, pero cuatro de cada diez efímeros consiguen pasar con éxito su primera transformación.

Era desvanecerse en pocas décadas o morir en el intento.

Empero al costo de su vida.

El Recuerdo del Mal © | 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora