Capítulo 04 🌕

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CAPÍTULO 04.

Cruel - The Everlove

Invierno de 990.

Doce meses para la luna oscura.

REINO PÉTRA

WESTERS

<<Ya vienen...>>

Los vientos cambian radicalmente de dirección al oeste, avisando sobre un inminente vendaval. El hielo se inyecta en los huesos de Marianela como hierro que quema.

La joven licántropo escala con todo lo que puede los muros de la torre más alta desde afuera. A esta hora, este mirador está cerrado y a Marie le ha extrañado, porque siempre está abierto. Ya se cansó de tanto secretismo. Cada vez que el líder, Lukas Leader, regresa se oculta en esta torre con el resto de educadores, los tres a cargo de la guardia; el segundo al mando, Blaze, y la encargada de las chicas, Larisa.

Está más que claro que usan la magia para insonorizar esta área, porque nadie puede siquiera oír lo que dicen. Ni un murmullo. Y es lo que ella utilizará también.

Termina al inicio de la cápsula redonda de cristal, en donde puede ver el salón mirador a través de los vidrios.

Patea tres veces la parte baja de una ventana para que se abra, corriendo el riesgo de que se rompa, pero termina por girar desde la mitad hasta quedar en forma horizontal, con dos huecos en cada lado (arriba y abajo). Escoge ir por el inferior, ya que es el más seguro. Cuándo cruza al otro lado se sujeta de los bordes de madera oscura, su intención es cerrar la ventana, pero oye y presiente que alguien se aproxima. No está cerca, pero tampoco lejos.

Marianela salta y termina en la baranda de madera marrón oscura. Con gran equilibrio, corre sobre la reducida superficie y salta una vez más, aterrizando detrás de unas enormes estanterías de libros de astronomía. Se esconde tras el primero más cerca del gigantesco telescopio dorado, que, contiguo a él, está la mesa ovalada en donde ella sospecha que es en donde todos se reunirán.

De su bota derecha, saca la daga de plata que carga consigo desde hace años. Lo bueno de no estar convertida es que este material no le afecta. Luego, se quita los guantes y muerde su labio para aguantar el ardor del corte de la filosa hoja en la palma de su mano.

Hay otras cicatrices en sus palmas, símbolo de que lo había hecho antes; usar esta magia peligrosa para su propio beneficio, y ha pagado cada consecuencia que vino con ella. Han sido leves; uno que otros hechos que le otorgaron mala fortuna por ser hechizos menores.

Pero esta magia no es cualquiera. Este poder no viene de ella, sólo de la tierra y algunas cualidades oscuras, para que no puedan sentir su aroma, presencia o escucharla. Incluyendo su rastro desde el techo transparente hasta el estante, así como el aroma de su sangre y la fuerte fragancia del muérdago.

Presiona el tallo hecho tres nudos contra la herida fresca. Para que la magia funcione, necesita su sangre. En algunas ocasiones no es necesario, pero en esta sí que lo es.

Es magia impredecible. Está indiscutiblemente prohibida en Pétra y en Versteck, y quienquiera que maneje este arte oculto deberá ser castigado severamente. Pero a Marie West se le ha dado muy bien solapar que realiza práctica de tal taumaturgia, así como desarrollar su habilidad para darle uso.

Estos tres nudos representan a la audición, el aroma y las sensaciones. Para que el resto no pueda ser capaz de sentir al portador del conjuro; se necesita de mucha concentración y nada de distracciones mientras elabora la receta. No puede soltar el muérdago en ningún momento. Sino, el encantamiento se verá afectado.

El Recuerdo del Mal © | 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora