Batalla final

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Mayura aterrizó en el tejado sacudiendo su abanico contra su costado mientras veía como a la lejanía CatMan y LadyBug llegaban al mismo punto que ella.

—¿Ni rastro? —Dijo la peliazul haciendo negar a sus acompañantes.

—Hemos recorrido todo París y ni una señal de Adrien hemos encontrado. —El platinado llevó sus dedos al puente de su nariz, cerrando los ojos y sintiendo como una lágrima recorría su mejilla.

Mayura se dio cuenta de ello y sonrió, acercándose a él y extendiendo un dedo, retiró la pequeña lágrima de su rostro.

—Lo encontraremos, ya lo verás. Él va a estar bien... 

—¿Y si llegamos tarde Mayura? No quiero perderle... 

—Y no lo vamos a perder... Encontraremos a Adrien... Aunque sea lo último que hagamos. —CatMan sonrió apoyándose en el toque de su compañera.

—Mayura... ¿Un sentimonstruo no podría rastrearle? Convierte la frustración que tenemos en algo que nos lleve hasta Adrien... —Ambos adultos se miraron, ninguno había caído en esa opción.

—Puedo intentarlo... Pero... ¿A quién le lanzó el amok? —Mayura miró a ambos, todos en estos momentos tenían los sentimientos de preocupación al mismo nivel prácticamente. 

—Lánzamelo a mí, Mayura... —Dijo LadyBug dando un paso hacia delante sorprendiendo a los antiguos villanos —. Si Adrien está frustrado y lleno de rabia necesitará a su padre en esos momentos para tranquilizarle, más que yo seguro. Gabriel es el único que puede hacer calmarle. 

—Gracias LadyBug... —La heroína sonrió para después asentir a Mayura.

—Bien... —Susurró la peliazul dando un paso hacia atrás sacando de nuevo su abanico y cogiendo una de las plumas en sus manos la cual encerró en su puño, cargándola de la magia negra del prodigio del pavo real —. Vuela mi pequeña amok y convierte su desesperación en encontrar a Adrien en su mayor poder... —La amok voló hacia LadyBug, metiéndose en su yoyó y fue entonces cuando una mascara apareció delante de la heroína. 

Una luz la invadió por completo y al segundo un sentimonstruo en forma de perro apareció delante de ellos. 

—Busca a Adrien Agreste ahora transformado en Papinox... —Dijo LadyBug y enseguida el animal hizo caso a sus órdenes.

—¡Funciona!

—¡Venga vamos! 

De nuevo los tres empezaron a saltar por los tejados de las casas de París con la luna iluminando sus pasos mientras seguían al sabueso que los conduciría hasta Adrien. 

—¿Cómo no se nos ha ocurrido antes? —Susurró Mayura al ver que el sentimonstruo los había conducido hasta el cementerio donde Emilie descansaba desde hacia varias semanas ya.

De repente una voz los sorprendió de nuevo: Adrien.

—Es él, esa canción... —Susurró CatMan al reconocer esa melodía de la boca de su hijo.

—Vamos pequeño, llévanos hasta él. —Dijo LadyBug pero el rubio negó.

—No hará falta. Mayura mantén el sentimonstruo por si acaso nos hace falta aún pero creo que ambos sabemos donde está Adrien. —Ambas mujeres se miraron y asintieron.

Se adentraron en el cementerio, llegando directamente al panteón de la familia Agreste. CatMan tragó saliva mientras se acercaba al joven sentado sobre sus piernas en el suelo. Mayura detuvo los pasos de LadyBug, ambas se miraron y sonrieron quedándose atrás y dejando que el hombre llegara hasta su hijo.

7 Días para ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora