FOREVER YOUNG ♡ BLARIO

1. Nochevieja 2022

BLANCA POV

Los rayos de sol entran a la habitación por el pequeño hueco de la ventana que separa una cortina de otra. Amanece soleado el último dia del año 2022 en Andorra, o mejor dicho, amanezco yo, porque ya son las 10.
Un año más, desde pequeñita, los nervios del cambio de año no fallan y no me permiten dormir tanto como a mi me gusta cuando estoy de vacaciones. Aunque esta vez existe un motivo de peso que todavia nadie sabe y me mantiene muy inquieta por las noches, cuando ya todo está en silencio, no estoy estresada con el trabajo del dia a dia y doy rienda suelta a mis preocupaciones.

Cuando salgo de mis pensamientos miro hacia mi derecha y ahí está él, Mario, con el torso descubierto, aunque tapado con el edredón hasta las orejas y durmiendo como un angelito. Cuanto me gustaria ser él ahora mismo. Ni yéndonos de casa rural al culo del mundo consigo desconectar del todo. Pero ya lo tengo decidido, esta noche sin falta, se lo cuento todo a Mario. Él tiene mucho que ver en esto y necesito soltarlo de una vez.

Para dejar mis rayadas aparte y despejar la mente, decido levantarme de la cama, intentando no despertar a Mario y me dirijo hacia la cocina a preparar algo de desayuno para ambos. Tras mis pasos, mi guardaespaldas más fiel, mi perro Pistacho, es nuestro inseparable y el pobre también merecia unas buenas vacaciones y por tanto, un buen banquete, asique todo lo que me va sobrando mientras preparo el desayuno se lo pongo en el cuenco de su comida.

Como me he despertado con el estómago completamente vacio, empiezo a preparar platos como si no hubiera un mañana.
- Hay que reponer todas las fuerzas gastadas esta última noche del año para poder inagurar la primera por todo lo alto. - pienso en voz alta mientras esbozo una pequeña sonrisa automaticamente.

5 minutos después, sigo en mis pensamientos cuando unas manos me agarran por la cintura y me llevo un susto de muerte.

- OSTIA - grito mientras intento controlar que los huevos revueltos no salgan volando por los aires - Mario, que susto me has dado, joder.

- Buenos dias a ti también, mi amor - contesta irónico, a lo que yo reacciono con una carcajada y le doy un buen beso de "buenos dias" en los labios.

- ¿Me perdonas? - pregunto poniendo pucheritos y ojitos de cordero. - Estaba pensando en mis cosas y no te he oido levantarte. Mira que desayuno más completo te he preparado para reponer fuerzas y acabar el año por todo lo alto. ¿Te gusta? Iba a p... - digo rápido hasta que me corta con un pequeño beso.

- No te preocupes, amor. Me encanta todo. Venga, vamos a poner la mesa, que estoy hambriento. Anoche me dejaste seco, fiera. - me responde riendose y me da una palmada al culo, a lo que yo respondo con una mirada pícara.

En cuanto acabamos de desayunar entre risas y besos, nos cambiamos, nos ponemos ropa cómoda y nos vamos a andar por el salvaje campo que nos rodea en estos momentos. Es increíble la paz que se siente cuando respiras aire puro y el sonido más fuerte que puedes percibir por el camino es el de los pájaros cantando. Mario y yo vamos agarrados de la mano mientras Pistacho juega por delante de nosotros con cada rama de árbol que se encuentra por el camino. Pequeños momentos que provocan una felicidad plena e inpagable.

Cuando volvemos a casa, como hemos desayunado mucho, comemos cualquier cosa lijera y enseguida nos echamos a descansar un rato al sofá. Tenemos que estar preparados para la intensa noche que nos espera para darle la bienvenida al año 2023 como Dios manda; y justamente yo habiendo dormido 4 horas durante toda la noche, no me veo capacitada para ello si no duermo un rato.

No se cuanto tiempo ha pasado desde que he cerrado los ojos hasta que Mario ha empezado a despertarme dandome besitos por toda la cara.

- Blanca, cariño, despierta que son las siete de la tarde. Tenemos que empezar a hacer la cena, que nos van a dar las uvas literalmente. - dice mientras se rie de las caras de indignación que estoy poniendo.