FOREVER YOUNG ♡ BLARIO

4. Las fallas más ardientes

- ¡CORTEN! Ha sido buena, chicos. Un descanso de 40 minutos y continuamos con la siguiente secuencia. - grita Laura, la directora, desde detrás de las cámaras.

Ella es la directora de la serie para Antena 3 que estoy rodando desde Enero pero que tuve que interrumpir por mi viaje a Argentina y que retomé nada más volví.
Es un tipo de proyecto muy curioso y al que estaba muy interesada e ilusionada por formar parte. Una serie diferente al resto que he hecho hasta ahora, ya que pertenece a un género que todavia no habia tocado, policias y acción, y en este caso yo soy la Inspectora de la comisaría, la Inspectora Romero.
Además tengo el placer de volver a trabajar con actores y amigos como Amaia Salamanca o Arturo Valls, con los que me estoy yendo a un bar de cañas y a almorzar durante el descanso del rodaje.

Hoy estoy feliz a la par que ansiosa. Hoy, por fín, después de 15 dias vuelve Mario de Argentina. De hecho, ya está en el avión cruzando el charco de vuelta a casa.
No puedo parar de pensar en eso y en las ganas que tengo de verle, hasta que mis amigos me sacan de mis pensamientos.

- ¿Blanca? ¡Blanca! ¿Estás bien? Llevas todo el dia en otro mundo, tia - pregunta Amaia.

- Sí, sí perdón estaba sumergida en mis pensamientos, ¿qué deciais? - cojo mi cerveza y bebo un trago.

- Os he propuesto venir a Valencia, mi ciudad, el fin de semana de dentro de dos semanas. Son fallas, así os puedo enseñar la fiesta y la conoceis un poco mejor. Os va a gustar mucho - añade Arturo.

- ¡Vale! Hablaré con Mario esta noche cuando llegue para intentar cuadrar agendas, ¿tu te apuntas, Amaia?

- ¡Sí¡ ¡Nosotros nos apuntamos a un bombardeo! Espero que los niños tampoco pongan mucho problema, son de alma aventurera, como sus padres. - añade Amaia.

Tras una intensa jornada de trabajo, a las 7 de la tarde estoy en el coche de vuelta a casa. Mario llega sobre las 10 y me encantaria poder ir a recibirle al aeropuerto, pero la prensa también está al tanto de ello y nos impedirian tener un reencuentro íntimo sin molestarnos, por tanto ambos creemos que es mejor que le espere en casa. Va a ser duro. De hecho seguramente acabe con todas y cada una de las uñas que tengo en ambas manos. Pero por desgracia, es lo mejor.

Cuando abro la puerta, mi compañero de vida más fiel ya está esperandome con un gran recibimiento.

- ¡Hola Pistacho! ¡Hola ratón! ¿Que tal estás? ¿Me has echado de menos? - le acaricio mientras él no para de saltar y mover la cola.

- Vamos, venga, vamos al salón a descansar mientrás esperamos a Papá. - ¿Papá? Dios, lo he dicho sin pensar pero ¡qué bien suena!

Pistacho me obedece y me sigue hasta el salón, se sube al sofá conmigo y cuando ya estamos los dos bien acomodados con la manta y té caliente que me acabo de preparar, cojo el mando de la tele para buscar alguna película en Netflix.

Finalmente pongo la típica película estadounidense del domingo al mediodia, aunque no se ni para qué, porque 20 minutos después me acabo quedando dormida en el sofá.

No se realmente cuánto tiempo pasa, aunque yo diria que bastante, desde que caigo dormida hasta que empiezo a notar besos por toda mi cara que empiezan a despertarme. Primero pienso que es Pistacho, pero pensandolo mejor, Pistacho no da besos sino que más bien da lametazos, asique decido abrir los ojos para comprobarlo por mi misma. Y cuando lo veo, el sueño se esfuma de golpe.

- ¡MARIO! - le cojo del cuello acercándole más a mí de lo que ya estaba para abrazarle. - Perdón Mario, se me ha ido el santo al cielo, me he dormido y no se ni qué hora es.