Capitulo 17

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Ahora Sookie pudo deslizarle los pantalones hacia abajo y sus pequeñas manos recorrieron el miembro en toda su longitud, que era mucha. Uno de sus pulgares, acarició con mucha suavidad y dibujando círculos, la piel finísima del glande que estaba totalmente expuesto. Unas gotitas de líquido pre-seminal se escaparon del diminuto orificio que había allí y Sookie extendió el fluido con el dedo lubricando toda la cabeza del pene. Eric lanzó un hondo gemido.

- Más abajo, Sookie- le dijo con voz ronca. A Sookie su tono le pareció tremendamente sexy- Acaríciame más abajo.

Ella deslizó la manos hasta la base del pene y le acarició los testículos, suponiendo que se refería a esa zona en particular. El aullido de gozo de Eric le indicó que había acertado..

- ¡Oh sí!¡Así!. Sigue tocándome ahí.

Él, por su parte, se había vuelto a incorporar y le sujetaba los pechos con las manos apretando los pezones rosados entre los dedos pulgar e índice. Primero suave, luego un poco más fuerte, y después, mucho, mucho más fuerte. Hasta el punto de hacerla gritar. Pero, aunque a Sookie le dolía, su carne desnuda respondía al contacto entusiasmada y su coño volvía a estar mojado. Eric pudo olerlo y sonrió

La diferencia de altura le estaba resultando incómoda al Vikingo, y tenía ganas de probar algo que se había imaginado muchas veces, así que decidió arrastrarla consigo hasta el sofá. La cogió de la mano, y volvió a subirse los pantalones para poder caminar con comodidad. Después se sentó en el sofá para quitarse las botas, los calcetines y los pantalones. Aquella noche no llevaba ropa interior.

Cuando estuvo completamente desnudo atrajo a Sookie hacia él y volvió a besarla en la boca mientras deslizaba los dedos entre sus piernas para ver lo excitada que estaba. Le encantó comprobar que su coño se había convertido de nuevo en gelatina.

Pero antes que nada, pretendía que Sookie le hiciera un trabajito muy satisfactorio para él. No estaba seguro de que ella tuviera demasiada práctica con esa técnica, porque le parecía que Compton no se había molestado en entrenarla demasiado bien, pero a Eric eso le importaba muy poco. Ya se encargaría él de ayudarla a mejorar.

Colocó las manos sobre los hombros de Sookie y la instó a que se arrodillase entre sus piernas abiertas. Ella abrió mucho sus grandes ojos marrones, y pareció algo avergonzada.

Obedeció a regañadientes quedando de rodillas frente a él, pero no parecía demasiado bien qué hacer a continuación. Eric se rió en su fuero interno, ¡por favor! ¿acaso nunca lo había hecho con Compton? Aquello era mejor de lo que pensaba.

Eric deslizó una mano tras la nuca de Sookie y la empujó hacia delante. Con la otra mano, balanceó la polla delante de su cara, de forma que le azotó la mejilla. Primero suavemente, después, otra vez, con más fuerza...

- Venga Sookie. Seguramente ya sabes lo que quiero que hagas ¿no?- le dijo mientras volvía a sacudir la polla contra su cara.

Sookie contempló su verga enorme, preguntándose cómo diablos suponía él que iba a meterse todo eso en la boca. ¡Era imposible! Ella no tenía experiencia con eso. Bill había intentado que se la chupase alguna vez, pero ella siempre se había negado porque le parecía más propio de prostitutas que de señoritas decentes.

Naturalmente, Bill era un caballero sureño y no había insistido, así que se habían limitado a practicar el sexo de manera más conservadora.

Ahora estaba con Eric, y claro...el Vikingo no aceptaría un no por respuesta. Durante su amnesia, ni siquiera se lo había insinuado, pero ahora...parecía muy capaz de metérsela a la fuerza en la boca...

- Sookie, estoy esperando- le dijo él con tono impaciente. Ella lo miró y notó que se estaba empezando a enfadar. Tenía el ceño fruncido y los labios se encogían en una mueca amenazadora mostrando apenas un esbozo de sus brillantes caninos.

- Pero Eric- le contestó- yo no...no sé si podré. Nunca he hecho ésto.

-No te preocupes cariño- murmuró él no sin cierta sorna- No espero que lo hagas como una profesional, pero llevo mucho, mucho tiempo soñando con tener esos dulces labios tuyos alrededor de mi polla; así que, abre tu linda boquita, y yo te diré lo que tienes que hacer.

- Pero es muy grande...no cabrá- replicó Sookie con inocencia.

- Eso ya lo sé- respondió Eric haciendo una mueca- Pero ya aprenderás a tomarla entera con la práctica. Hoy me conformo con que la saborees un poco, y con que te tragues todo lo que tengo que darte- La expresión de su cara era sumamente clara. Eric era tozudo.

Sookie hizo una mueca de asco. No sólo quería que le chupara la polla sino ¿también pretendía que se tragara su esperma? ¡Ni hablar!

Intentó levantarse, pero él la tenía bien sujeta por la nuca, así que no pudo moverse ni un milímetro.

- ¡Ya está bien Sookie!- gruñó él amenazador, perdida definitivamente la paciencia- He dicho que me chupes la polla ¡y lo vas a hacer, ya! ¡Abre la boca!

Finalmente, ella cedió y Eric le deslizó el glande entre los labios. Era tan grueso que le ocupaba casi todo el espacio dentro de la boca. Centímetro a centímetro fue metiéndole la polla muy despacio, obligándola a forzar la garganta para él. Ella gimoteó un poco, pero no le sirvió de nada. Eric era implacable.

Cuando Sookie se había tragado la polla casi hasta la mitad de su longitud, él siguió dándole instrucciones.

- Muy bien Sookie. Hoy no te voy a obligar a pasar de aquí, pero, con la práctica, tendrás que llegar a metértela casi entera en la garganta- Ella lo miró con ojos asustados- Ahora, quiero que sujetes con una mano todo lo que no has podido tragar, y la muevas arriba y abajo. Con la otra, acaríciame los huevos cómo hacías antes.

Cuando Sookie le obedeció de mala gana, él sonrió complacido, y después, le sujetó la cabeza entre las manos enredando sus dedos en los cabellos rubios de la chica, y la obligó a mover la cabeza marcándole el ritmo que quería que siguiera.

- Eso es Sookie. Retrocede otra vez hasta la punta y desliza la lengua por el glande. Así, así...tal y cómo lo estás haciendo ahora. Muy bien. Vuelve a tragártela lo más profundo que puedas ¡oh sí! No dejes de tocarme. Tienes que mover la cabeza así, primero muy despacio, y luego, cuando yo te diga, cada vez más rápido...Y sobre todo, mírame. En ningún momento pierdas el contacto visual conmigo.

Eric siguió sujetando a la chica para evitar que pudiera detenerse, pero muy pronto aflojó su presa y se dejó llevar por la oleada de sensaciones que la inexperta boca de Sookie estaba despertando en su polla. Echó la cabeza hacia atrás y gimió, luchando contra el impulso de dar un fuerte empujón y metérsela entera de un sólo golpe.

- Abre más la boca Sookie, y chúpame. Chúpame la polla hasta el fondo. Aahh.

El verdadero peligro / True BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora