RECUERDOS

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Un momento de silencio pide mi corazón para recordar al que una vez fue el amor de mi vida.
Él sabe que lo recordaremos para toda la eternidad.

Como en todas las ocasiones la defensora de Fabricio me acompaña en todos los recuerdos referentes a él. Llamemosla simplemente: ARCANGEL.

Memorias llegan y se escabullen por mi cabello como el viento veloz y apresurado. La sonrisa de Fabricio, sus ojos casi negros sinceros y a la vez maliciosos, su voz transparente e incoherente, su cabello negro y rizado donde se cruzaban mis dedos casi blancos, su piel morena que estremecía a cada contacto la mía. Se podría ver tan indefenso e incomprensible, siempre buscando lo imposible en lo imaginario, siempre queriendo encontrar a alguien que lo ayude a salir de su desesperación...después de todo Luna, encontró la manera de estar libre de la desesperación. Eso es muy cierto, pero no esa era la manera para ser libre. Él esta en un mundo mejor, lejos de todo aquel que le han hecho daño. Sí Arcangel tienes razón, lejos de mí.

Recuerdo en una ocasión cuando volvimos a la secundaria, queríamos recordar viejos tiempos, cuando él era el cazador y yo la presa a la que ignoraba. Donde la que sufría de la obsesión era yo y él tan sólo era un espectador que disfrutaba de mi sufrimiento, pero era obvio que al querer regresar a esa vieja escuela los personajes habían sido cambiados.

Entramos a la secundaria que seguía siendo la misma, sin embargo algunos maestros ya no estaban y supongo que otros habían muerto (sin exagerar), podía imaginar lo que pasaría por la mente de Fabricio; su salón de clases (que casualmente también fue el mio), los pasillos por los que solía correr y la pared de unos de los salones de taller donde se solía sentar a sentir a fondo su estresante depresión.

Yo en cambio miraba por todos lados, todo me traía malos recuerdos y eso incluía a Fabricio y a varios de los que fueron mis 'amigos': para empezar la entrada me recuerda la foto que le tomé a Fabricio y a Mariana (que aun conservo en el celular y no ha pasado por mi mente eliminarla); el pasillo principal, cerca de prefectura me recuerda la primera vez que vi a Fabricio; al mirar por los talleres recuerdo las veces que veía a Fabricio con su novia y también recuerdo cuando Mario solía ir a verme a mi taller y se quedaba a mi lado, cuando no había dejado de ser mi lindo pequeño; la plaza cívica me recuerda las veces en la que Fabricio bailaba con varios de sus amigos, pero no crean que eran bailes jodidos como los estúpidos que se hacen llamar "animadores" NO! Fabricio tenía talento y hasta su baile le daba un aire de frescura y de superioridad, con aquella sudadera color negro que siempre usaba; las bancas que se encuentran enfrente del baño me recuerda la vez en la que le dije a Mario que lo odiaba y que me daba demasiado asco...

Al cruzar aquel recuerdo por mi mente mi estómago se contrae y sin darme cuenta bajo la mirada con algo de culpa. Sigo caminando con Fabricio a mi lado y su típica sonrisa de felicidad falsa; llegamos a la cooperativa, el lugar donde vendían comida horriblemente asquerosa (gracias al cielo que en ese tiempo no comía nada de aquí, ya que con tan solo su apariencia provocaba arcadas en mí), ese lugar me recordaba cuando solía ir con Chio y con Mario, cuando...eramos amigos; enfrente de aquella cooperativa estaba una de las canchas y  había lugares donde sentarse, en una de esas gradas fue donde los tres nos prometimos amistad eterna, algo que sólo dos hemos cumplido, ustedes se imaginaran de quién estoy hablando, cerramos aquel pacto con un salto hacia el otro lado, como eramos, como estábamos, 'entre amigos'; levantó mi vista hacia la parte de arriba de aquel edificio, donde se encontraba el ultimo piso, en el que más de una vez me tentaba para apreciar en carne propia el dolor del abismo tan proporcional debajo de mis pies.

Abro los ojos, supongo que sin darme cuenta los cerré, al mirar a mi lado donde se encontraba Fabricio pude notar sus ojos casi negros y profundos que trataban de entenderme, permanecimos mirándonos como por unos cuantos segundos cuando me sonrió:

-Yo también quise sentir el viento al saltar del ultimo piso-

Aquellas palabras me permitieron sonreír casi como una tonta, estaba consciente que de alguna u otra forma Fabricio y yo estábamos juntos, que aquel dolor que ambos sentíamos era solo para unirnos más y más. Yo lo amaba, lo amaba demasiado, no me importa si dije antes que era obsesión porque algo dentro de mi me dice que eso era amor. Tantas noches llorando, tantas mañanas anhelando que al menos me mirara no puede ser por obsesión. Por él era capaz de todo, de pelear contra cualquier cosa, de irme con él a vivir en un basurero, nada de aquello importaba si tan sólo él se encontrará a mi lado, y amandome de la misma manera en la que yo lo amaba.

...

Vuelvo a abrir los ojos pero en esta ocasión me encuentro en la orilla de mi cama, el piso frío inunde mis ambos pies y roza parte de mis muslos, tan sólo logro escuchar del otro lado de la puerta cristales rompiéndose, ignoro quién podría ser, según yo mis padres se encuentran trabajando y Ambi esta en el colegio. Si son ladrones de seguro saldrán con las manos vacías ya que en ningún lado hay dinero guardado, no se preocupen yo ya busque en todos lados, no hay nada. Y cosas de valor? Jeje eso es otra cosa.

Ruidos, cristales estrellándose contra...paredes? Puertas abriéndose, sollozos... Claro! La defensora de Char odia que recuerde a Fabricio y las demás sólo se divierten haciéndome daño mental. Sus voces se oyen más fuertes y aquellos sollozos se convirtieron en gritos ahogados, en un llanto profundo y desgarrador.

Mi cabello cae tapando parte de mi rostro, de seguro mi delineador negro mancha la mitad de mi cara, lo único que llama mi atención en ese momento es el celular vibrando a un lado de mi, lo tomo entre mis manos...

*MENSAJE DE CHAR*

APOCALIPSIS Libro #2: "TODO EN BOCA DE LUNA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora