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Unos días habían pasado. ¡Fin de semana! ¡Por fin! Mis ojeras y cara de muerto se notaba a leguas, me había estado quedando en la escuela hasta un poco tarde ensayando con la profesora de literatura, HyeJin ayudándome con la pronunciación de ambas canciones y YoonGi sólo juzgando si lo hago bien. Él tocaría el piano, ya se sabía todas las partituras mientras yo a duras penas le seguía el ritmo a la canción. NamJoon no terminaba de arreglar mi celular por todos los demás arreglos que salían de la presentación, como por ejemplo, uno de los altavoces dejó de funcionar y lo reparó.

JungKook no regresaba a la universidad, me estaba preocupando hasta el límite. YoonGi parecía saber algo, pero no me quería contar. Estaba acostado en mi cama cuando de repente me sentí algo... No sé cómo explicarlo, ¿dormido? Como, desorientado. Caí dormido sin siquiera darme cuenta.

Estaba en el campus de la universidad, todo estaba absolutamente desierto, entré a un salón y tenía una chimenea, ahí estaba ¿mi profesora de sexto grado?

La señora me miró con decepción, de pies a cabeza, se sacó los lentes y se levantó de su asiento para acercarse a mi. Abrió su mano, supongo que para tocar mi hombro, pero esta se alargó y sus dedos parecían espaguetis, salí de aquél salón, me encontraba ahora por los pasillos de la escuela primaria. Miré el salón otra vez y tenía sus pupitres normales, me pareció raro y me alejé.

Pasé muchas veces por la misma sala. ¿Ese pasillo era un círculo? Me detuve ya harto, me paré frente a la puerta y la abrí. Ahí estaba mi celular sobre el escritorio junto a la pizarra, me apresuré a tomarlo y lo revisé. Ahi estaba el mensaje que me había llegado antes de entregárselo a NamJoon. Pero...

Había uno nuevo.

A ambos los ví en la bandeja de entrada, pero justo en el momento de abrir uno de ellos, apareció la profesora de sexto grado en la puerta.

— ¡No puedes estar aquí!—jactó molesta, otra vez subió su mano supongo que para tomarme del hombro, esta volvió a verse como hace un rato, sólo que... Puntiaguda.

Se abalanzó sobre mi, pero fui más ágil pasando por entre sus piernas y salí del salón, encerrándola dentro. No me sentía asustado hasta el momento, caminé hacia el segundo piso sin apuros y tarareando una canción, me sentía ligero pero algo tenso. Uno de los bombillos del pasillo se apagó, no daba miedo pero si fue lo suficientemente repentino como para sobresaltarme. Se escucharon unos tacones detrás mío y me metí en un casillero como si mi mente no hubiese mandado en mi cuerpo en ese momento. Pero lo más importante, la primaria no tenía casilleros, y mucho menos un segundo piso.

Miré por la rejilla y pude divisar a la profesora buscando a alguien, pero ahora tenía a un niño de la mano, el niño de cabello negro y labios rojizos que me hizo soltar suspiros desde...

Desde siempre.

Quería salir, comencé a golpear la puerta de metal, la profesora parecía no caer en cuenta de mi presencia. Pero JungKook me miraba, sabía que yo estaba ahí. Levantó su mirada dejando ver sus ojos, pero estos ya no tenían brillo, estaban apagados y podría decirse que desmotivados. Golpeé más fuerte, esa puerta era más resistente de lo que creí. Comencé a golpear los bordes tratando de atinarle a la cerradura, la profesora se fue dejándolo ahí parado viéndome. Traté de hablarle, literalmente estaba gritando, me sentía desesperado y necesitaba salir. El casillero se comenzó a cerrar sobre mi, volviéndose cada segundo más estrecho, el sentimiento de asfixia llegó a mi y muy pronto inundó mi ser por completo.

Dí una patada certera rompiendo la cerradura y salí de aquella pequeña caja de metal. Me acerqué a JungKook, él me miró pero su cabello no me dejaba ver su ceño fruncido. Cuando acerqué mi mano a él, inmediatamente tiró a morderme, obviamente mis reflejos fueron más rápidos que él. Comenzó a gruñirme como un perro, comencé a retroceder y él a acercarse, se me acabó el espacio y terminé cayendo dentro del casillero pero este ahora estaba hueco y...

Caí.

Desperté de golpe y agitado, YeonTan estaba a mi lado ladrando y gruñendo; al parecer me estaba moviendo mucho mientras dormía y trató de despertarme, lo cual tiene bastante sentido si lo pienso, porque parezco una roca cuando duermo. Pasé mis manos por mi cabello, no tenía nada que reflexionar al respecto, pero sabía que debía acordarme de esto luego, tenía un presentimiento raro que después iba a entender, sólo tenía que esperar un poco.

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De aquí en adelante, los capítulos serán cortos. El siguiente capítulo me gusta, ihhh! Esto es un maratón de Navidad, ¡disfruten!

Sé que parece simple relleno, pero no lo es, aunque podrían saltarlo si quieren, no habría ninguna dificiltad hasta que pase lo que tengo planeado, ñaka ñaka ñaka *Inserte risa malévola con tono de gatito bebé*

Sanie~

Hacerte Feliz (Yaoi VKook) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora