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— ¿SeokJin? ¿Kim SeokJin?—pregunté incrédulo volteándome para verlo.

— Ese mismo—respondió con un aire de soberbia.

Kim SeokJin era reconocido en toda la universidad por ser de una de las familias mejor ubicadas económicamente, también es bastante engreído y tiene un ego muy alto, un coeficiente intelectual de envidiar y una habilidad inigualable de destacar en cualquier deporte en el que lo pongan a competir. Nunca llegué a conocerlo bien, no más allá de intercambiar algunas palabras con él cuando debíamos hacer algún trabajo en equipo y eso me bastó y sobró para entender que era de personalidad narcisista, su mente estaba cerrada a las ideas de los demás, soberbio a morir, TERCO, necesito mayúsculas más grandes para lo que viene.

— ¡¿Y por qué él?!—grité, muy fuerte haciendo que mi voz se pusiera algo aguda por el berrinche. Para esto necesito mayúsculas gigantes. No captaba, por un momento sentí que sólo quería a NamJoon para lucírsela, o que NamJoon se metió con él por interés. Sea lo que fuere, me daba muy mala espina la razón.

— Porque me gusta—respondió acercándose a mi, de una manera muy amenazante, mucho más resaltando altura de 1'82.

— Suficiente. ¿Y si se van calmando?—el muchacho se interpuso entre nosotros, alejándonos uno del otro. Ahora que lo pienso, la razón de mi enfado fue muy ridícula, sólo porque mi mejor amigo salía con alguien que me caía gordo. Pero era joven, éramos unos imbéciles al casi pelearnos por algo así.

Ya había terminado mi quehacer por el día, ya podía irme. Apenas salí del auditorio, JiMin apareció frente a mi como si llevara horas esperándome. Tenía una sonrisa tierna pero a la vez bastante fingida, mi momento había llegado. ¡No quería llevarlo a esa Sex Shop! Sería muy raro hacer eso justamente con ÉL.

Si fuera con JungKook no me quejaría, ¿si entienden? Verlo en lencería, mhg~ Digo-

Aunque no me quejo, JiMin no está nada mal, lo único es que, de manera personal, no me atrae ni sentimental ni sexualmente.

Nos dirigimos juntos hasta el auto; mientras yo caminaba a un ritmo normal, él parecía estar corriendo para seguirme el paso, a lo que tuve que reducir la velocidad para que el pobrecito no tuviera que hacer tanto esfuerzo y no se quede atrás.

#LoQueCallanLosEnanos.

Sin yo verlo venir, él se fue al auto de YoonGi como si fuese un refrigerador y él un pequeño imán. Me quedé callado, con tal de no ir, por mí estaba bien.

Para mi mala suerte, se dió cuenta al instante de no sentir mi presencia a su lado y se devolvió pidiéndome disculpas con su característica voz de bebé y el Hyungal final de la oración porque ya se le metió la costumbre de llamarme así (aunque no me molestaba).

Subí al auto sin más y el se sentó en el asiento del copiloto, colocándose el cinturón, a lo que imité su acción. Encendí el vehículo y en menos de cinco minutos me encontraba dando vueltas por las calles tratando de despistar a JiMin para no llegar a esa sex shop. Pero obviamente él no es idiota, y me dijo que habíamos pasado por el mismo lugar varias veces y que me deje de juegos. Finalmente estacioné a la esquina de la tienda, algo alejado por si, en una hipotética situación, JungKook pasase por ahí de casualidad.

— ¡Me tienes que ayudar a elegir, hyung!—abrí los ojos sorprendido ante eso. No, no quería verle en ropa interior. Cada fibra de mi cuerpo me pedía que saliera corriendo pero mi cerebro no estaba de acuerdo y me mantuve estático.

Caminamos esa cuadra y me hizo pasar a la fuerza, la verdad no estaba tan feo el lugar: luces de colores rosas, los artículos estaban bien ordenados y casualmente no se veían vulgares ni nada por el estilo. Lo que se me hizo tan extraño: no estaba incómodo ahí. Fue como que mi mente le bajó importancia y me convencí de que estaba en una tienda común y corriente. Un hombre alto de traje se nos acercó, estrechamos las manos y guió a JiMin por un pasillo.

Yo, como debía esperar a que se cambie, me senté como pendejo en uno de los sillones mirando la estructura interna y las decoraciones. Miré a los lados cuando sentí unos pasos rápidos, nadie estaba, entonces le bajé toda importancia, sea quien sea, no me importaba.

Escuché el chillido de JiMin detrás de la cortina negra al final del pasillo, creí que algo malo había pasado entonces me apresuré a entrar. Fue lo peor que pude haber hecho.

Se me olvidó taparme los ojos, es decir, creí que él ya estaba vestido.

Me lo conseguí medio desnudo tirado en el piso con la tanga a la mitad de sus muslos y sus rosadas partes nobles al aire.

No sé si dije que mi tendencia introvertida salía de vez en cuando, me di vuelta y salí de ahí. Sentía el rostro caliente como si mil infiernos ardieran en él. Volví a sentarme en donde estaba antes y me puse a ver a el borde del universo. No sé qué expresión tenía en ese momento, pero creo que era neutral o de impresión.

— ¡¿HYUNG?!

No le respondí, de hecho ni le presté atención.

— Hyung, ¡por favor!—lo ignoré otra vez, luego de unos segundos de silencio me gritó—: ¡Mira, perra asquerosa!

Aguanté la risa.

Mentira, estallé en risas.

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Este capítulo lo tenía hecho desde mitades de marzo! Tengo otros más, pero falta editarlos. Con este, que ya está listo, me despido por unas semanas más hasta escribir los capítulos que faltan. Espero que les guste! <3

~Sanie

Hacerte Feliz (Yaoi VKook) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora