[06]

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- Unamos nuestras mentes en una sola y pensemos en cómo hacer para limpiar la mierda pegada en la alfombra de la señora Jung-dijo YoonGi con voz de hippie fumador de hierba.

Con cada segundo que pasaba, mis problemas se multiplicaban por mil, miré a JungKook quién no despegaba la vista de ese problema en la alfombra con una expresión de asco pero a la vez de frustración. YoonGi no paraba de hablar como si estuviese drogado y la señora Jung sólo nos miraba dándole cariños en el pelaje a YeonTan.

- Háganoslo simple, que el dueño lo haga-dijo WheeIn, la hija de la señora Jung, viendo todo desde la parte de arriba de la escalera, con un peluche de tigre en sus brazos. La miré con mi ceño fruncido; si no estuviese nadie, subo y la dejo sin cabello.

- Les dije que estén tranquilos-intervino la señora Jung-, no hace falta. Yo me ofrecí a cuidarlo y me hago responsable de lo que haga.

- ¿Está segura?-por fin hablé, con un poco de pena por lo que mi mascota había hecho. La señora Jung sólo asintió y me devolvió a mi mascota como si nada hubiese pasado. Nos despedimos dando las gracias y salimos del lugar. Ahora un poco incómodo, me senté en el asiento del copiloto con YeonTan sobre mi regazo, YoonGi junto a mí y JungKook atrás. El de canas empezó a conducir hacia nuestra casa, sumergiéndonos en un viaje silencioso y con un ambiente pesado, tan pesado que si respirabas su aire podrías ahogarte. No quería ni siquiera ver hacia atrás, no captaba lo que pasaba, de un momento a otro mi novio pasaba de ser súper dulce y cariñoso a ser distante y frío, como si ya no me amara, y todo esto me lleva a una duda...

- ¿Saben?-preguntó JungKook viéndonos por el espejo-Hoy se me antoja comer afuera, tengo flojera de cocinar.

- Yo no puedo, hermanito-intervino YoonGi sin dejar de ver el camino-. Tengo que terminar un trabajo importante.

- Entiendo...-contestó el pelinegro recostándose sobre los asientos traseros, presionando su labio inferior con su dedo índice tomando un aire pensativo, supongo que no quería ir sólo conmigo. Bajé la mirada posando mis ojos sobre mi mascota, quien se había quedado dormido boca arriba y las patitas estiradas, sonreí rascando suavemente su barriga con un dedo hasta que sentí un frenazo que casi me hace dar la frente contra la guantera.

- Hasta aquí-YoonGi rompió el silencio haciendo que YeonTan se fuera a los asientos de atrás a refugiarse en los brazos de mi novio-, yo me voy. TaeHyung, conduce. JungKook, al copiloto. Ustedes tienen cosas que hablar.

El canoso tomó su mochila y salió del auto caminando a una dirección al azar, dejándonos a mi novio y a mí en un silencio sepulcral. Volví a bajar la mirada pasándome al asiento del conductor para que luego JungKook se pasara al copiloto con el perro en sus brazos, dejando su bolso atrás. Ambos con la mirada baja; yo sobre el volante y él sobre la bolita de pelos en sus brazos. No pronunciamos ninguna palabra durante el tiempo que estuvimos ahí solos, mas el silencio no fue incómodo ni sofocante, fue ligero y pacífico, notando como nuestras auras no mostraban intención de repelerse.

Le miré de reojo, tan gentil y dulce, sus ojos ocultos tras su cabello, el cual ya algo largo pero aún con su tono oscuro caía sobre su cara, su piel suave y pálida que un algodón egipcio sería como una lija junto a ella. Sus labios rosados y carnosos, tan besables, me daban ganas de tomarlo por las mejillas y gozarme su boca como nunca antes. Las palabras no tendrían valor acá cuando nuestros cuerpos y mentes sean uno sólo.

Sentí su mano sobre la mía y luego unos brillantes ojos posados sobre mí. No quería verlo, me lo tragaría entero si lo hacía. Pronto su mano libre tomó mi mentón con fuerza haciéndome girar la cabeza para que nuestros labios se encontrasen en un beso que obviamente correspondí.

Hacerte Feliz (Yaoi VKook) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora