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Los últimos días no habíamos estado haciendo nada en la universidad, los profesores estaban faltando mucho y los que venían sólo se sentaban en su escritorio y hablaban con nosotros sobre todo menos su materia. Todo iba tranquilo, JiMin y YoonGi se veían más juntos que nunca, al parecer la lencería le funcionó, entienden de lo que hablo, obvio.

En fin, como se convirtió en costumbre, NamJoon y yo fuimos al auditorio en los cambios de clase a terminar de preparar la obra. Yo no iba a actuar, por suerte. Quise ayudar con los cambios de luces, pues JiSoo escribió un guión muy dramático y lo peor fue que a la profesora le gustó. Yo ya no iba a cantar, eso me tenía algo preocupado pues ¿y si JungKook viene a ver la obra? No podría decirle lo que quería, me puso algo triste a decir verdad.

— ¡Oye, TaeHyung!—JiSoo me llamó mientras yo acomodaba una lámpara en su lugar, estaba parado en un pequeño corredor de metal suspendido a unos cuatro o cinco metros sobre el piso del escenario, ella estaba abajo, viéndome— ¿Qué tal esa luz?—Encendí la lámpara a modo de respuesta, brillaba bastante. Tomé unas láminas de un papel translúcido de colores y las fui poniendo frente a la luz, dejando que ella vea cada uno de los colores. Se veían muy bonitos desde arriba y me imagino que también se veían así desde los asientos del público. Si no podía cantar, al menos le daría un espectáculo de luces.

Volví a lo que estaba haciendo, si no la fijaba bien al barandal, se podían caer y eso sí sería un problema. Levanté la mirada unos instantes de mi trabajo; estaba ahí, HoSeok estaba entrando al auditorio con unos papeles y un lapicero, bajé la cabeza logrando que mi cabello cubra mi cara, él ni se percató de mi presencia, sólo cambió unas pocas palabras con JiSoo y volvió a salir acomodando los papeles en sus manos.

— ¡Kim!—me habló una voz que al instante reconocí, Han. Estaba junto a JiSoo y me miró saludándome con la mano, a lo que repetí su acción, por suerte hay muchos Kim y HoSeok ni se inmutó en voltear. Han se sentó en una silla del público en primera fila viéndonos, al parecer íbamos a ensayar— ¡Acción!

/////[∆🌟∆]/////

— SeokJin me contó que te vió con JiMin en un restaurante el otro día.

Qué fastidio, sabía que le iba a salir con el chisme a NamJoon.

— Si. ¿Y?

— ¿Qué hacían?

— Pues comer, pedazo de imbécil—dije dando una mordida a mi manzana.

— No me consta.

— Hi, guys!—la voz tierna de JiMin apareció, junto a él estaba YoonGi. Ambos se sentaron junto a nosotros en el pasto, al parecer no tenían nada que hacer.

— ¿Fuiste a un restaurante con TaeHyung?—me di un facepalm mental, NamJoon no sabía cerrar la boca.

— Espera, espera, espera—YoonGi interrumpió—. ¡¿Qué mierda, JiMin?! ¡TaeHyung!—obvio la gente es mal pensada por instinto.

Estuve a punto de devolverme a dentro de la universidad a buscar un profesor que me protegiera de la reacción de YoonGi, sabía que estaba más que emperrado. ¡Pero yo no tenía la culpa!

— ¿Qué?—respondió JiMin muy calmado— ¿Es que acaso no puedo salir con mis amigos?

— ¿Y desde cuándo ustedes son amigos?—me miró, yo sólo me encogí de hombros.

— Desde que no vemos a JungKook, lo extrañamos—hizo un puchero muy notorio.

— No te creas, yo también lo extraño.

— Dime algo que no sepa.

— Te puse aceite de cocina en el culo porque no tenía lubricante.

— Qué.

— Qué.

/////[∆🌟∆]/////

Estaba tirado en la cama dándome tremendo viaje astral viendo por la ventana el cielo azul, no tenía nada que hacer y no había nada interesante que ver en la televisión. A esta hora nunca estaba en casa, pero cancelaron las clases el resto de la tarde por una emergencia en los baños de la universidad.

Un sonido de la bocina de un auto me sacó de mis pensamientos, igualmente ni me moví, no pensé que fuese para mí hasta que me sorprendió el golpe de una pequeña piedra en la ventana.

No dije que no quería hacer nada, pero la verdad no tenía ganas. Suspiré y me senté viendo por la ventana, estaba un auto negro estacionado frente a mi casa y una chica de cabello corto y rubio estaba junto a Jackson.

— ¡Baja, perra!—me gritó ella.

— ¡Deja de joder, WheeIn!—al oír ese nombre, YeonTan enloqueció y comenzó a llorar para que le abra la puerta.

— ¡Que bajes, coño!

No iban a dejar de fastidiarme, lo sabía. Giré los ojos y me levanté para caminar descalzo hasta la planta de abajo, YeonTan chillaba y rasguñaba la puerta desesperado. Abrí y este fue como loco hasta WheeIn, la cual lo recibió con los brazos abiertos y acarició su pelaje, para luego cargarlo.

— Pero ponte zapatos, asquerosa.—Esta vez Jackson me habló.

Pero tenía una señora paja de salir.

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Ajá. AJÁ. Los subo todos hoy.

Sanie~

Hacerte Feliz (Yaoi VKook) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora