➽ Capítulo 23: El beso

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Narrador omnisciente

Joaquín y Emilio estaban en el departamento legal, firmando documentos para su contrato. El productor les había dicho que tenían que crear una canción juntos, para poder lanzarlos a la fama. Así que se fueron rápidamente en taxi al departamento A&R, y pensar en ideas para su canción.

-Tengo una idea... Pues como yo tengo novio, mi chico, sé me ocurrió en una letra bien chidoris- decía Emilio presumiendo su relación.

-Oh, está bien. Y-yo, no sé que haré.- dijo Joaquín algo tímido.

El productor se había ido y ambos estaban en una oficina chica en la que el silencio reinaba.

-Si río es por ti.- tarareó Emilio mientras movía sus dedos.

-¿Eh?- dijo Joaquín confundido.

-Si sueño es por ti-siguió, ignorando a Joaquín.

-¿Qué?-dijo Joaquín, pues pensaba que le hablaba a él.

-¿Podrías callarte por favor? Estoy intentado hacer una buena canción basada en mi novio y tienes que abrir tu maldito hocico.- gritó Emilio, enojado. Estaba enojado porque odiaba aún sentir algo, aunque sea pequeño, por Joaquín, se suponía que lo iba a superar y nunca iba a volver a sus brazos.

-L-lo siento, no pensé que te incomodara.- dijo nervioso mientras tomaba un poco de su gaseosa.

-Fíjate que si, cállate y déjame trabajar. Desde ahora solo somos socios. -sentenció Emilio.

Joaquín trabajó e hizo su parte, después que Emilio le pasó su parte para que "hiciera una continuación"

Después de tan duro trabajar, llegó el productor y ambos les mostraron lo que avanzaron, Emilio basándose en su novio y Joaquín lo hizo pensando en Emilio, pero no en el de ahora, sino en el de antes.

-Muy bien, me gustó. Pegajosa y movediza, así me la imagino yo. Escribieron muy poco, para ser honesto... Pero, haré que la canción sea repetitiva. Ah, antes la pasaré por los escritores y ellos la revisarán, luego los llamo. Adiós.-los echó.

Ambos quedaron muy confundidos porque habían escrito casi nada y el productor aún los felicitó, por decirlo de alguna manera. Estaban en el ascensor y parecía que se habían quedado atrapados, pues dejó de funcionar.

-¡Qué! ¡No jodas, hoy tengo una cita con mi Pat!- gritó Emilio, enojado.

-¿Y? Yo tengo muchos asuntos pendientes y no me enojo como tú.-Joaquín no quería quedarse más callado.

-Idiota. De seguro sólo tienes que ir a hacerte la manicura, como el marica que eres.- gritó Emilio, perdiendo la cabeza.

-A ver, imbécil. ¿A quién le dices marica?- se acercó a la cara de Emilio, mientras gritaba.

-A ti, idiota. Eres una marica, ¿no te has visto?- se acercó mas a Joaquín.

-Y tú muy macho, ¿no? Tratándome mal sin razón alguna- se acercó más quedando un centimetro a Emilio. Ambos podian sentir su respiración.

-Te huele a ajo- dijo Joaquín, mintiendo.

-¿Ah sí? Pues mira, huele con tu lengua.-dijo y luego tomo la barbilla de Joaquín, para después saborear los dulces labios de este mismo. Movían ambos sus labios al mismo ritmo, haciendo una danza tranquila y lenta. Emilio mordió el labio inferior de Joaquín y él gimió. Después metió su lengua lentamente y sus lenguas danzaron al igual que sus labios.

Se separaron y sentían miles de fuegos artificiales dentro de ellos. Luego en la mirada de Emilio se veía culpa, con amor y en los de Joaquín deseo y el mismo sentimiento que Emilio.

-Y-yo... No debí hacer eso, adiós- mágicamente el ascensor se abrió y Emilio salió arrancando.

Joaquín saboreó sus labios y después puso sus dedos en ellos. Aún sentía a Emilio. Tanto que quiso un beso de él y por fin lo obtuvo.

Apareció un viejo de unos cincuenta años y miró a Joaquín de arriba para abajo.

-Los vi, muchachos calenturientos. Fíjense en la cámara antes de besarse. Ah, y muy buena esa de "Te huele a ajo"- dijo el viejo y Joaquín sonrió. Ambos rieron y el más joven se despidió del más viejo.

Sin entenderte ; EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora