➽ Capítulo 16: La cena

581 61 13
                                    

JOAQUÍN'S POV:

Estaba listo para la cena de la noche. Hablé con mis padres acerca de todo, menos de quién era el chico que venía. Ellos prepararon la cena porque yo me ofrecí con el productor a que fuese en mi casa, aunque ni siquiera él iba a venir. Estaba en mi cama pensando en lo tonto que fui con Emilio y cómo me iba a disculpar. También pensé en que él me dijo que era pobre; y hoy lo vi con ropa de marca, además el sello discográfico es bastante caro. Pero igual he de decir que se veía bien precioso con esa ropa.

-Joaquín, baja, ya llegó el chiquillo.- me gritó mi madre y yo bajé rápidamente las escaleras llegando hasta el primer piso. Vi a la familia de Emilio y era, un señor moreno, una señorita rubia, un niño pequeño de unos once años que sólo centraba su mirada en sus juguetes y mi ex-novio, que venía con un guante negro y un traje que tenía rayas negras y blancas.

-Buenas noches. Oh. ¿Son la familia Bondoni Gress? Un gusto, un placer coincidir otra vez- dijo el "papá" de Emilio. No es por nada pero nuestros apellidos son conocidos a nivel internacional.

-Sí. ¿Ustedes son la familia O. Marcos? Dios, hace tiempo que no los veíamos. - se saludaron todos, menos Emilio y yo. Él pasó de largo y sólo miro hacia la mesa. Me quedé triste y pensativo.

Tocaron el timbre y fui a ver quién era. Era Víctor, mierda. Obligadamente tuve que abrirle y dejarlo pasar. No quiero que Emilio piense que lo olvidé tan rápido. Fui a la mesa acompañado de mi asqueroso novio y todas las miradas cayeron a nuestras manos entrelazadas. Estaban todos sentados, la familia Osorio Marcos del lado izquierdo y mi familia del lado derecho.

-Hola, bueno... Familia, este es Emilio, sí, Emilio. - Mis padres ya conocían a Emilio por todo lo que les relaté sobre mi tontería con Renata, la cual justo no estaba hoy. Pusieron una cara rara, después sonrieron y le dieron la mano.-Y... este es mi novio Víctor.- bajé la cabeza y sentí la mirada penetrante de Emilio en mi cuerpo. Me vestí con un crop-top dorado y un jean blanco, así que me sentí incómodo, por su mirada, y traté de taparme mi trabajado abdomen. El desubicado de Víctor saludó a todos con beso y mano, hasta a Emilio, quién sólo le dió la mano y lo quedó mirando pensativo. ¿Estará celoso? Mierda, soy un tonto. Pensando en eso cuando fui una mierda con él.

-Bueno... hablemos de negocios- dijo mi padre rompiendo la tensión.

La noche se pasó hablando de la disquera y Emilio estaba muy metido en el tema, al contrario de mí, también soltaba carcajadas con mi familia y a veces me lanzaba miradas, pero vacías.

Él revisaba su celular y sonreía, eso me dio un poco de celos, hasta que recordé que yo le envié muchísimos mensajes y él no leyó ninguno. Eso me puso triste pero tal vez cambió de número, porque vi que tenía un celular nuevo.

Mi novio me regañaba porque no le hacía caso y sólo miraba a Emilio, según él. Empecé a cariciarle los brazos para que se dejara de molestar y... Mierda justo Emilio me pilló haciéndolo, puso cara de enojo pero después lo ignoró y siguió normal.

-Osorio- mi padre llamó al de Emilio.

-¿Sí?- dijo el padre de Emilio. Acaparando la atención de todos, incluso de Víctor.

-La otra vez salió la historia en el periódico de un tal Emilio. ¿Se trataba del mismo chiquillo que está en esta mesa con nosotros?-preguntó mi papá mientras inclinaba una ceja.

-Oh, claro. Emilio cuentales tú.- dijo Juan, el padre del rizado, apoyando su mano en su hombro.

-Bueno, empezó todo cuando- todos rieron excepto yo y el pequeño que estaba al lado de Emilio.- Me escapé de mis padres y luego me mandaron no sé quiénes a un según "hogar de menores" en el que a mí y a Toño nos maltrataban, solo nos pegaban y no nos daban de comer- dijo abrazando a el chico pequeño, que miraba su plato y se dejaba abrazar. Miró directa y profundamente a Victor y él hizo lo mismo. Victor se retiró diciendo que ya tenía que irse, todos se despidieron excepto Emilio, así que prosiguió con su historia.-Bueno, me escapé de allí con Toño, hice muchos trabajos que no eran para nada profesionales. Conocí a mi amiga Francisca que siempre me ayudaba con la comida y con mi hermano... Y después trabajé de profesor para este chiquillo- me apuntó con la mirada y yo me sonrojé. Diablos. ¿No me tiene rencor?- luego por problemas personales dejé de trabajar aquí y mis amigas me convencieron de ir con la policía para buscar a mis padres. Lo hice y aquí estoy, trabajo de mesero y tal vez haga una banda con este mocoso lindo de aquí-me mira y yo nuevamente me sonrojo. Que bueno que Víctor se fue. Mis padres me miran con el ceño fruncido y después me tiran una mirada de "luego hablamos".

-Entonces ¿aceptan que nuestros hijos hagan una banda? Imagínense, nosotros dos somos grandes amigos, y nuestros hijos viajando juntos por el mundo-dice Osorio, sonriendole a la nada.

-¿Qué piensas Joaquín?-me miran mis padres. Los odio.

-E-está bien, si así lo quieren ustedes. Yo acepto.- dije nervioso, aunque en verdad si tengo ganas de hacer conciertos, que disfruten mi música y mejor aún con la persona que amo. Aunque él no me ame...

Después de que los grandes brindaran, Emilio fue a mi antejardín y yo lo seguí con mi vaso lleno de alcohol. Yo no tomo pero esta noche lo necesitaba.

-Emi-intenté pronunciar su nombre pero él no me dejó.

-Me gusta más aquí, desde que te dejé de necesitar.- dijo triste mientras tomaba un poco de su bebida.

-Emilio perdóname- dije sincero. Ahora iba a venir lo que siempre quise decir cuando me sentí una mierda. Y cuando me puse en los zapatos de él.

-Jodete Joaquín. Ya no me importa. Sólo trabajaremos juntos, y haré como si no pasó nada para que te sientas tranquilo.- dijo y mire sus ojos, estaban rojos y se notaba que querían botar lágrimas.

-Gracias...-dije dejándolo ir por unos segundos. Él se levantó de donde estaba apoyada su espalda y se fue.

Lo detuve, pensando en todo lo que tenía que decirle, para que nuestras almas ya estuvieran en paz.

-Lo siento mucho Emilio, de verdad. Yo nunca pensé en todo lo que hacía. Fui un niño tonto e inmaduro que sólo buscaba lo mejor para llenar mi soledad. Yo si te quise. Te quise mucho, pero ahora creo que más. No creas que es porque tienes dinero. Yo fui a tu casa y te mandé muchos mensajes, mis padres saben de lo que sucedió entre nosotros. Ellos me ayudaron a llenar ese vacío y aún asi quedaba espacio para ti. Para amarte. Ahora sé lo que es el amor. Perdóname. -dije siendo demasiado sincero, mientras una lágrima caía de mi ojo y muchas caían de los ojos de Emilio. Me miraba triste y avergonzado. Tiró el vaso a las plantas y me abrazó muy fuerte. Yo hice lo mismo y lo abracé devuelta demasiado fuerte. Nada nos importó, solo eramos nosotros en un antejardín, recuperandonos de el daño que nos habiamos hecho. Que yo había hecho.

Cuando nos separamos me acerqué a su boca y él comenzó a acercarse a mí. Se separó bruscamente y se secó las lágrimas, con la manga de su traje.

-Te perdono. Pero ahora tu tienes un novio. Y yo estoy en proceso de tener uno también.-me dijo mientras miraba hacia el suelo.

-No. Él es mi novio porque me amenazó con hacerle daño a mi familia. Aunque no me creas.- dije la verdad y agarré a Emilio de su barbilla. Aún así me entristeció que ya está "en proceso" de tener novio.

-Te creo. De hecho, puedo meterlo a la cárcel. Pero eso mañana o tal vez otro día te lo cuente.- me dijo retrocediendo para quitar mis manos de su barbilla. Me quedé en shock, este niño siempre sorprende.

-Mañana. Te doy mi número si quieres, para que nos juntemos en la comisaría. Digo, si esto va enserio, no creo que sea una broma tuya. Porque necesito deshacerme de él. Ya me tiene harto.- dije sincero y él me miró con una ceja elevada. Le di mi número y me habló mientras lo anotaba.

-Aquí está, el Joaquín que yo conocí.-me dijo y ambos reímos, aunque yo de vergüenza porque me arrepiento aún de lo tonto que fui.

-Nos vemos, compañero de banda.- dijo y se fue ya que su familia venía saliendo de la casa.

-Adiós...- quedé con la mano en el aire, mientras él abrazaba a su hermano, Antonio.

-Tú. Tenemos mucho que hablar.- dijo mi padre mientras me apuntaba y entraba a la casa. Miré mi celular y eran las doce de la madrugada, observé el cielo y pensé que este fue un día malo que se convirtió en uno genial. Hasta que recordé que él dentro de poco estará de novio con otro chico que no soy yo.

Sin entenderte ; EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora