Estoy rojo. Todo está explotando. Estoy mareandome. Estoy cayendo. Diablos, hago demasiado drama. Pero enserio estoy muriendo, todo brilla, todo es oro.
-Sí... me gustas.
-¿Somos algo ahora?- preguntó.
-No...
-Aún no es el tiempo, ¿entonces?- dijo con su sonrisa curiosa.
-Quería algo mejor.
-Sígueme. - entrecerró sus ojos.
Fuimos de aquí para allá en un auto, que según era de él, es chiquito, pero sirve. Olía rico. Lamentablemente repito lo mismo que él, me encanta su perfume. Recorrimos media ciudad hasta que llegamos al lugar perfecto. Vista al mar y no había nadie, era de atardecer. Esperen... ¿les dije que Emilio salió en boxers? Casi desnudo de la casa. Es tan raro.
-Guapo, ponte cómodo.
Sacó su guitarra y comenzó a cantar. Su voz era angelical, rizos cayendo otra vez, su mirada era dulce, pero no tan dulce como el sentimiento que me provoca pensar en el futuro con él, imaginándome acompañado por él. Todo ese cosquilleo de emociones. Yo aceptaba que era amor, aún sin sentirlo realmente ¿no es así el dulce amor? O no sé, tal vez solo vivir la emoción del momento e imaginar los recuerdos es amar, y que tu corazón salte de alegría, que te deje el hambre de lado y que tengas solo ganas de estar junto a esa persona. Tal vez estoy mal y lo que siento es solo miedo a estar solo. Y necesito presumir algo que no siento, algo que no nos amarra a estar juntos.
-Ha pasado tanto tiempo
Finalmente descubrí tus besos
Me enredaste en tu mirada
Me abrazaste con todos mis defectosTú sí sabes quererme,
Tú sí sabes adorarme mi amor
No te vayas, quédate por siempre
para siempre
para siempre amarteCorazón, tú sí sabes
quererme como a mí me gusta
Soy la flor encendida que da
color al jardín de tu vida
Corazón, tú sí sabes quererme
como a mí me gusta
Por favor no me dejes que
soy valiente en corresponderteHa pasado tanto tiempo
Finalmente sé que estoy
dispuesto
Es tan difícil encontrar
un amor
Que aquí me quedo
con heridas bien abiertasYa no me importa lo que piensan
los demás
Aquí me quedo para
ser testigo siempre de la vida
Aquí por siempre, para siempre
Para siempre amarlosCorazón, tú sí sabes quererme
como a mí me gusta
Soy la flor encendida que
da color al jardín de tu vida
Corazón, tú sí sabes quererme
como a mí me gusta
Por favor no me dejes que
soy valiente en corresponderte- las lágrimas corrían, nunca me habían cantado. Lo mejor fue que preste atención a toda la letra.Sacó dos sándwiches y comimos mientras sentíamos el aire en nuestras cabezas, las juntamos y entrelazamos las manos, miramos el sol e intenté sentir algo más que paz y felicidad, por lograr algo que tenía como capricho, pero no. No fue así.
-Te quiero mucho, ¿ahora si somos algo?-sonrió.
-Eres un tonto como para no saberlo- sonreí.
Estuvimos así dos horas hasta que nos dormimos, cuando desperté estaba en los brazos de Emilio, me estaba acariciando el rostro con delicadeza y admiraba las estrellas, estabamos tapados con algo, una manta, no tenía frío y me sentía desnudo de alma. Me sentía puro y completo. Me miró y subimos al auto. Sabía que era tiempo de irnos, Renata y Diego nos estarían esperando. Todo eso fue en silencio y con caricias y miradas nos decíamos todo. No fue necesario compartir saliva o abrir la boca para utilizar las cuerdas vocales. Siento que todo esto estaba pasando muy rápido y se me salía de las manos.
Llegamos a la casa y, efectivamente estaba Diego, era demasiado hermoso, con sus ojos de chino y su cabello claro, teñido. Renata estaba fascinada y por primera vez, el chico que la acompañaba la miraba de la misma manera.
-Gracias.
-Como qué gracias, me obligaste casi. Aunque te lo prometí ayer, así que ganas.- hizo un puchero y yo solo lo quedé mirando como idiota.
-¿Algo que contar?-preguntó Diego.
-Aún no. Esperemos que estemos todo reunidos-dijo Renata y yo no entendí. Hablé con Renata y me avisó que vendrian todos nuestros amigos, compartíamos los mismos, tal vez era hora de presentar a Emilio.
Renata me contó que con Diego tenían muchas cosas en común y que ya se había enamorado apenas lo conoció.-Amor vamos a mi habitación-susurré y Emilio me sonrió.
Subimos las escaleras y llegamos a mi cuarto rosa, no hay necesidad de describirlo otra vez puesto que ya lo hice. Lancé mi mochila hacia la cama y me senté en la orilla. Después tiré a Emilio junto a mí y él me miraba coqueto. Nos ibamos acercando y yo sólo veia sus labios, se veían tan apetecibles. Sentí su respiración y me acerqué más. Nos...
-Hey Joaco, ¿onstán las bebidas?-preguntó el teñido.
-Chinga tu madre, Valdés.- dijo Emilio todo enojado.
Nos interrumpieron y nos tuvimos que separar al segundo que se abrió la puerta. Diego tenía una cara de confusión y después puso cara de pensativo, se quedó rojo al imaginar cosas.
-Vaya... -susurra y lo escuchamos.
-Vete tú.
Y no seguimos en lo nuestro, ya que Renata nos avisó que llegaron todos los que estaban invitados a la fiesta. O sea, no nos besamos, agh, odio esto. Otra vez me dejan con las ganas de todo.
Luego de que llegaron todos los amigos, o mejor dicho, nuestros amigos, bajamos de mi habitación, con cautela, con las manos entrelazadas, tanto como había soñado yo, pero con cualquier chico, no sé si me entiendan; cuando deseas tener una relación pero te da igual con quién, solo quieres tener los simples clichés, los besos, los abrazos, y las caricias, para presumir y decir que tienes algo que te llene por dentro, pero en estos momentos se sentia vacío de la manera que yo pensaba. Olvidenlo.
-Vaya, hasta que bajan-dice Renata sonriendo y luego baja su mirada a nuestras manos, yo me quedo rojo, qué vergüenza.
-Qué chidoris está todo por aquí, hace tiempo no veía tanto dinero en un solo lugar-emilio agarra papitas y nos mira a nosotros con cara de confusión -lo digo de ahuevo. Dinero, dinero, emilio y el dinero, esto no es cliché, o tal vez sí, el pobre con el millonario. Pero sus palabras son muy poco prometedoras y aferradoras a algo, ¿acaso solo admira mi dinero? Renata ríe por compromiso y terminamos hablando de los chicos que vendrán, puros chicos millonarios y bobos.
-Ah, ¿te acuerdas del chico guapo y pobre del parque?-dice Renata, es que no es por ser malos, literalmente se veía super pobre, tenía la ropa rota y traía comida encontrada en el basurero.
-Cállate, y pues si, me acuerdo, pero nada qué ver...o sea ¿qué tiene que ver?- dije nervioso y Emilio se había alejado lo suficiente para no escucharnos, parecía un cachorro con su nariz metida oliendo toda la comida.
-Nada, sólo me acordé de él, de ahí te gustan los de clase baja ¿no es así?
-Renata te estás pasando, él es mi novio y punto y agradecele que te presentó a ese guapo.- dije enojado, con una postura de esta misma.
-Cálmate, él comenzó a hablar de dinero y pues se nota que él no tiene, además me cae bien ese chico para ti, y...sí, agradezco que me haya hecho conocer a un príncipe-no-gay. - dice mirando sus uñas.
-Igual se ve cholisimo así que no te me pongas tan fina, ámonos' que creo que estan golpeando la puerta.-dije y la agarré del brazo.
Llegaron... como dije; puros muchachos con dinero y ropa cara, ah y algunas chicas. Mierda. Mierda. Mierda y más mierda. ¡Necesito ropa para Emilio!
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N/A: Muchas gracias por leer, enserio, no me imaginaba que llegaría a tanto. Y lo siento por lo corto de los capítulos, no quiero que termine tan pronto puesto que soy burra y me gusta resumir todo, sin tantos pretextos, y así se me acorta la historia jsjsjs. Que tengan buenos días, noches, semanas, años, y aunque estés pasando por una tormenta recuerda que siempre viene el arcoíris.
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Sin entenderte ; Emiliaco
FanfictionDonde la pobreza, el dinero, la soledad y la simplicidad se junta, derrotando el amor de tan sólo dos chicos confundidos, con ganas de aprender cosas nuevas.