➽ Capítulo 9: Personas sin amor

881 77 19
                                    

Siempre comienzo relatando el clima, así que hoy también; era un día caluroso, por esta razón con Toño, mi amiga y su novia, nos preparamos para irnos a la playa. Yo tenía algo de ahorros del dinero que me habían pagado antes de haber trabajado para los padres de Joaquín, y con eso iba a pagar mi cuota. Me dirán ¿qué cuota? Bueno; todos teniamos que poner una cuota, la cuota la necesitabamos para la comida, entre otras cosas más. Obviamente todos pero excluyendo a Antonio, él era un pequeñín como para pagar por si mismo. Y dormíriamos en una carpa que tenía guardada Jennifer hace bastante tiempo, de verdad tengo mucho que agradecerle a ambas. Pero antes del viaje a la playa, planeé la ida a la casa de mi novio, o no sé si aún lo seamos, pero eso tampoco lograra que afecte demasiado a mi día. Tampoco voy a maldecir el día que puse ese anuncio en Instagram donde me ofrecía a ser profesor. Volviendo a la tierra, recordé que tenía que levantarme para despertar a Antonio, y él fue lo primero que vi al levantarme, me encanta porque me hace seguir teniendo esperanzas de vida.

-Vamos Toñito, hoy será un día hermoso porque iremos a la playa, prepárate mi chulo- lo levante con ánimos y él solo miraba hacia el suelo.

-Mi chulo, mi chulo, pasta, mi chulo-decía mientras se levantaba y comenzaba a dar saltitos.

-Mi chulo es un apodo, peque. Andale vístete que ya viene Francis por ti.-dije recordando que ella vendría a ayudarme con él mientras yo hablaba con el dueño de mi dolor.

-Voy, Francisca viene! Mi chulo y pasta.- Decía mientras corría a vestirse. Diablos, ahora por mí lo hice aprender otra palabra que repetira por meses hasta cansarme.

-Así es peque, ponte bonito.- le sonreí y lo acompañé hacia donde estaba una canasta con su ropa.

-Tú voy a estar muy guapo ¡yo viene a casa!-gritaba con emoción, otra vez mezclando los pronombres mi chiquitito.

-Yo voy a estar muy guapo, ella viene a casa-le corregí y el seguía serio pero buscando su ropa.

-Joaquín, profesor novio son-repitió al seguramente haber oído algo que yo le decia a Francisca el día de ayer. Mi propio hermano humillandome, esto si que es doloroso.

-Te voy a matar cuando vuelvas, enano-dije enojado pero obviamente bromeando. Mientras preparaba un vaso de leche para él.

-Está bien. ¿Tú viene luego?-dice como si yo no hubiese dicho nada malo. Este niño es tan... tierno. Aunque gracias a su trastorno no se entiende lo que habla o no se nota su edad.

-Sí, o tal vez me tarde un poquito, pero no te quiero hacer esperar, toma chiqui, bebelo, esperemos a Francis-dije impaciente imaginando todo lo que pasaría con Joaquín.

▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓

La calle estaba vacía y habían pocos transeúntes. Yo iba vestido con mi chaleca azul y un sombrero gris, me veía más guapetón hoy que otros días, lo tengo que admitir. Recordando hacia donde iba, no sabía que decir aún, y no quería que mis tontas palabras arruinasen algo tan lindo que se había formado, o que arruinaran mi día, no quería y no sabía como controlarlo. Dejando atrás mis pensamientos, olvidé contarles que iba en bicicleta, asi que me iré a tirar mi bici debajo de un árbol grande, donde siempre la pongo, y luego ir a la casa de Joaquín.

Golpeé con fuerza la puerta marrón de la gran casa de color blanco, y esperé que abriesen, he de decir que se están tardando demasiado, y la persona que más esperaba no aparecía. Diablos, como odio esperar, pero todo sea para mi futuro incierto y para que luego acabe el día sin problemas. Después de unos tres minutos más, me mensajeé con Francisca hablando sobre Toño y sobre la salida de hoy en la tarde. Luego de tanto tiempo, abrieron la gran puerta y lo que vi fue lo más hermoso después de Antonio; un humano casi perfecto con unos ojos que se veían soñolientos, con unas pestañas hermosas, sus labios rojizos y una piel pálida que daban ganas de marcar.

-¿Qué te pasó ayer?-fue lo primero que salió de su boca, confundido mientras intentaba abrigar su cuerpo con sus brazos.

Yo le expliqué todo con lujo de detalles, siendo honesto y abriendo el pecho. Había llegado finalmente a la conclusión que podíamos ser amigos y si después aún conociéndonos completamente, nos seguíamos gustando, podiamos intentarlo. No lo había pensado con anterioridad pero en el transcurso que mi voz decía una palabra, mi mente demandaba nuevas ideas que realmente no me disgustaban. Finalicé mis razones invitándolo a la playa, como yo ya había conocido a sus amigos y para ser justos él tendría que conocer a los míos, claro que si él quisiera.

-Mira, entonces, ¿ya no somos novios? Pero olvídate que trabajarás aquí, no podría verte. Yo nunca intenté cambiarte. O bueno sí, mírate ¡eres una porquería! Me diste vergüenza, yo siempre quise una relación pero solamente para presumirla, y tú solo me dabas vergüenza, nada era cliché como en las películas, largate tú y con tus tontas cosas. ¡No quiero ir a una basura de playa! A mi me gusta ir a Miami o a New York y tú ni para ir Latinoamérica tienes dinero.-me gritó con furia y las palabras salían como pequeñas balas que se incrustaban en mi corazón, aunque yo ya había presentido que Joaquín iba a ser así.

-Está bien, yo hubiera querido salir adelante contigo, ser feliz contigo, conocernos, pero igual mi corazón decía que algo malo sucedería. Ah, dame mi teclado y devuelveme a mi amigo, no querrás quedarte con él porque tiene dinero ¿o si?-dije triste, siendo demasiado sincero. Pero al final intenté ser igual de brusco e hiriente que él, no me salió ya que yo si tengo buen corazón y no sería capaz de tratar así a alguien que llegué a querer.

-Tonto, aquí tienes tu basura de teclado todo puerco y sucio. Diego es es tu problema, pasa a buscarlo.-me tiró el teclado a las manos y yo por suerte lo logré agarrar. Después entré a la casa de ese niño solamente por Diego. Niño inmaduro.

-¡Diego! ¡Diego! ¡Ven!- grité entrando por los pasillos. La verdad lo hacía a propósito para que se molestasen. Apareció Renata delante de Diego y él tenía una cara de preocupación y culpa, tenía los ojos llorosos y se veía que también se había metido algo de drogas.

-Lo siento, no puedo, imbécil no debiste confiar en mí.- dijo fingiendo tener rabia. Yo lo sujeté de los brazos y lo miré fijamente a los ojos. A él le comenzó a dar picazón en el puente de la nariz, era obvio que mentía.

-Así es, ahora vete pobretón de cuarta, no te queremos aquí, nadie te quiere, gracias por dejarme a tu amigo.-dijo Renata empujandome hacia la salida. Yo tenía el teclado en mis manos y gracias a que lo agarré con fuerza no se me cayó. No sé que haría sin él.

-Ustedes son los peores que he conocido, sólo están asi porque sus padres los abandonaron, ni siquiera saben que es tener un poquito de amor, enserio están muertos por dentro. Menos tú, Diego, sé que te amenazaron o algo. Pero igual estás mal, mira que traicionar a un amigo. Yo nunca lo hubiera hecho.-dije soltando las palabras con rabia. Renata murmuraba con Diego "¿le dijiste que te amenacé?" Pero yo igual lograba oír.

-Lárgate y no nos vuelvas a buscar, ni porque estuvieras muriendote.- finalizó Joaquín. Admito que eso si me dolió, pero yo nunca volveré a los brazos de unos niños estúpidos.

Sin entenderte ; EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora