Pasamos varias horas en viaje, decidimos que era mas rápido por avión, sin embargo, nos decidimos ya cuando habíamos pasado varias penumbras en el auto alquilado.
Al llegar a Bariloche mire el lugar, era muy rustico y hermoso a la vez, me recordaba a algunas aldeas de mi antigua Rusia, y ame el hecho de que ella pensara en eso.
Mientras caminábamos por algunos lugares de la zona decidimos primeramente – como era de esperarse con una mujer – ir primero a comprar recuerdos. Mis favoritos claro, - si es que llegarían a recuerdo – los chocolates.
Bariloche estaba impregnada de ellos, grandes pequeños, blancos, cremosos, suaves, pesados, pero todos, absolutamente todos, una delicia. Este lugar me gustaba. Varias veces ojee a Lucia encantada probando chocolates más de una vez me dieron ganas de probar esos chocolates desde la comisura de sus labios donde quedaban restos de él.
- ¿Qué? – dijo infraganti.
- Nada… - sonreí y retire con el índice el chocolate pegado a la orilla de su labio.
- Oh…
- No es nada. – solo nos miramos un largo rato cuando finalmente el vendedor nos entregó las cargas.
- Gracias… - respondió ella y camino hacia delante.
No pude evitar mirar el contoneo de sus caderas, ella inconscientemente era una llama, oh si… una llama inextinguible. Varios hombres la miraban y ella solo sonreía sabiendo que la deseaban sin embargo se mantenía al margen.
- Un dia de estos no estare para cuidarte… - dije suavemente.
- No necesito cuidador… - me miro – esta chica sabe sus trucos.
- Supongo… o debes estar loca para provocarlos asi.
- Suelen decirlo a menudo.
Volvimos al lugar donde habíamos reservado cuartos y un completo milagro al parecer en esta fecha los enamorados solian acurrucarse aquí.
Decidimos descansar y esperar la noche, el dia fue “tranquilo” en vista de que todos hacían preparativos para el gran dia de los enamorados, vendedores, fotógrafos, pintores. Todos, Lucia, esperaba mi cumpleaños.
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Saga Delucios 2: La Maldición del Copero (Completada)
ParanormalDurante años Nickolas a guardado un odio irracional hacia su inolvidable servicio real como Copero, las mujeres suelen ser la tentación principal de los peores venenos, detectarlos habia sido su trabajo. Contar con una vida "normal" actualmente hace...