¡Malditos Park!

Los Celos de Jiminie

Jimin observaba de brazos cruzados y con sus ojos entrecerrados aquella escena que tenía la mala suerte de ver muy seguido. Odiaba eso, y le había comentado muchas veces a Yoongi que no le gusta para nada.

El peli-rosa despreciaba la constante cercanía innecesaria que tenía Hoseok con SU novio.

El pequeño Park desvió su vista, cuando por accidente compartió miradas con el peli-naranja, quien al darse cuenta del porqué el menor actuaba así, sonrió malicioso.

-Como te decía, Yoonie. Mi hermana el otro día me arrojó un trapeador por decirle que su bias de su banda favorita era feo. Por sólo eso, me arrojó un trapeador y me correteó por toda la casa con un cuchillo en la mano. Si no hubiese sido por mamá, de seguro ya te encontrarías llorando en mi funeral. -Yoongi rio ante la confesión de su mejor amigo, el cual mantenía mucha cercanía con él, sólo porque disfrutaba de ver a Jimin celoso.

Jung sonrió ampliamente y en un disimulado movimiento intentó tomar la mano del pálido, la cual estaba sobre la mesa. Y digo "intentó" porque un tenedor clavado sobre la mesa (muy, muy cerca de su extremidad) fue el obstáculo que le impidió continuar con su acción.

-¡Ni siquiera lo pienses, cabeza de zanahoria rancia! ¡Te arrancaré la mano antes de que puedas hacerlo! -Se escuchó el grito de Jimin por toda la cafetería. Nadie comprendía lo que sucedía, ya que sólo el peli-naranja y el peli-rosa, fueron testigos de las intensiones.

Todos estaban sorprendidos, principalmente porque Jimin, el pequeño y angelical Jimin, había amenazado a alguien, por (aparentemente) motivos inexplicables.

Yoongi miraba boquiabierto a su novio, era la primera vez que lo veía actuar de aquella manera, y él, en su eterna ignorancia, desconocía el motivo.

-Calma, Jiminie. Sólo estaba bromeando, no debes porque tomarlo de esa manera. -Trató de tranquilizarlo Hoseok, quien había escondido sus manos debajo de la mesa.

No se arriesgaría a perderlas.

-Pues te advierto algo, Jung. Si sigues "bromeando" de esa manera, yo mismo te arrancaré la cabeza y se la enviaré por correo a tu madre. Y como explicación le dejaré una carta que diga: "Sólo estaba bromeando". ¡A mí no me van las bromas! -Vociferó el menor hecho una completa furia.

En menos de un parpadeo, la mesa quedó vacía, a excepción del pequeño Park, y su novio, el cual no se creía capaz de moverse.

Todos los amigos de Min se tomaron aquella advertencia muy general, por el simple hecho, de que después de todo, Jimin seguía siendo un "Park". Por ende, seguía siendo una persona peligrosa, sin importar aquella apariencia tierna que mostraba.

-Jimin, ¿Q-qué te pasa, pequeño? -Se atrevió a preguntar Yoongi, mientras lo tomaba de la mano.

El peli-rosa estaba rojo de la furia, y su respiración era errática. Cuando sintió el toque de su novio sobre su mano, no dudo en darle un manotazo, consiguiendo que el peli-menta apartara su extremidad y la sobara con un puchero.

-No me toques, traidor asqueroso. No puedo creer que me haya enamorado de alguien que se deja toquetear por cualquiera. -Gruñó Jimin mientras apuntaba a su novio con otro tenedor, consiguiendo que este se pusiera nervioso.

-Jiminie, por favor, relájate. Dame eso, vamos, entrégale el tenedor a Hyung. -Pidió el mayor, mientras arrancaba como pudo el cubierto de las pequeñas (pero letales) manitas de su pareja.