Reconciliación

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-¿Crees que Jacksonie los regañe mucho? Es decir, yo no quiero que acaben metidos en problemas por mi culpa

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-¿Crees que Jacksonie los regañe mucho? Es decir, yo no quiero que acaben metidos en problemas por mi culpa. -Comentó Jimin con un puchero, mientras comía tranquilamente del helado de fresa que Taehyung había conseguido para él.

-Claro que no. Jackson es muy tranquilo, al menos lo es cuando no está enojado. Cuando lo enojan ya es otra versión. -Dijo Kim sonriente, mirando sobre su hombro para ver el rostro de Jimin embarrado de helado. -Además, se supone que esos tarados debían hacerte reír por unos minutos, mientras los chicos y yo preparábamos todo. Pero al contrario de eso, sólo te hicieron llorar. -Frunció su ceño con disgusto, negando ligeramente.

Jimin afianzó el agarre que mantenía con su brazo alrededor del cuello de Taehyung, parando de ingerir el helado para hablar cerca del oído contrario con total intriga.

-¿Qué era eso que debías preparar con los chicos? -Su sonrisa se volvió enorme, y sus ojitos se iluminaron con emoción.

Kim rio nerviosamente, acomodando al contrario sobre su espalda, y desviando su mirada a un lado para que no se notara la monumental cagada que había cometido.

-¿Preparar algo? ¿Yo dije eso? ¡Pues olvídalo! Sólo estaba balbuceando cosas sin sentido. Ya me conoces, no se le tiene que dar total relevancia a mis palabras. -Explicó torpemente el de hebras azuladas, a lo que Jimin sonrió de forma traviesa, casi como un pequeño demonio que colgaba en la espalda de Kim.

-¿Así que no sabes nada, eh? -Tae negó. -¡No me mientas, dímelo! -Chilló agudamente, aturdiendo al contrario, quien escuchó su oído derecho pitar. -¡Sabes lo que dijiste! ¡Confiesa! -Incitó con una risilla malvada.

-¡No te diré nada! ¡Soy una tumba! -Exclamó Taehyung con una sonrisa.

-¿Así que no hablarás? -Otra negativa. -De acuerdo, que conste. Tú te lo buscaste. -Y dicho esto, el peli-rosa tiró con fuerza del cabello ajeno, su mano libre jalaba casi de forma despiadada del cuero cabelludo del contrario.

El peli-azul gritó de dolor, y más cuando las pequeñas uñas de Park también empezaron a enterrarse en su cráneo cual dagas.

-¡Detente, lunático! -Ordenó dolorosamente.

-¡No hasta que me digas! -Alegó en protesta.

-¡No diré nada! 

-¡Pues yo tampoco soltaré nada!

Jimin embarró lo poco que quedaba de su helado en el rostro de Taehyung, embadurnándolo desde su pómulo hasta su cuello y parte de su uniforme.

-¡AH! ¡Esa mierda está fría! -Bramó Kim, intentando bajarse a Park de su espalda.

-¡Pronto también sentirás frío en el cráneo cuando te dejé calvo! -Vociferó el pequeño, tirando con ambas manos de la cabellera azulada.

¡Malditos Park!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora