Por fin parecía que todo había vuelto a la normalidad en la vida de los Smith.Maddie había superado la operación con éxito y no había sufrido ninguna complicación, sus padres respiraban tranquilos y Zac había muerto.
—Mery —la llamé—.
—¿Sí? —respondió esbozando una gran sonrisa.
—Gracias por el gran trabajo que has hecho. Una vez más has demostrado que estás a la altura.
—Solo hago mi trabajo, señor.
—Bueno, nunca me defraudas —respondí sonriente—. Espero que podamos celebrarlo luego.
—¿Señor? —preguntó mientras sus mejillas empezaban a sonrojarse.
—Espero que no me llames señor toda la vida, Mery. —Agarré su mano con suavidad—. Solo John.
Me quedé mirándola durante unos segundos antes de soltarla y darme la vuelta.
Recorrí varios pasillos del hospital hasta que por fin encontré el ascensor. Entré en él y pulsé el botón para que me llevara hasta la planta -1.
Segundos después, salí del ascensor y recorrí el largo pasillo hasta llegar a la zona forense.
—Hola, Marcus —saludé al inspector que me esperaba en la puerta.
—Ya era hora, Carter. Pensé que no ibas a aparecer.
Marcus era el inspector que se encargaba de la parte forense.
—Siempre tan impaciente.
Abrió la puerta y le seguí al interior de la sala.
—Hola inspectores —nos saludó el médico forense—. ¿Qué caso les trae por aquí?
—El de Zac Thompson, doctor —respondió Marcus—. ¿Ya han hecho la autopsia?
—Han terminado hace diez minutos —contestó—. Supongo que ya sabrán la causa de la muerte.
—Venimos a confirmar el cuerpo, doctor —intervine—. Solo para asegurarnos.
—Dudo que pudiera sobrevivir a esos tres disparos, inspector. Además, si lo hubiera hecho, después de realizarle la autopsia ya sería imposible.
—No lo pongo en duda, doctor. Solo será un momento.
El doctor me miró y luego desvió su mirada hacia Marcus.
—Seguidme.
El doctor nos guió hasta las cámaras y se puso a mirar las etiquetas. El ambiente era frío y desprendía un olor a alcohol mezclado con formol.
—A ver.. —murmuró el doctor—. Esta es —dijo parándose delante de una de las cámaras—. Le advierto que no es muy agradable, inspector. Marcus ya está más que acostumbrado, pero usted no parece que pase mucho por aquí.
—No se preocupe por mí.
Apoyó la mano en la manilla y la giró tres veces antes de tirar de ella. El rostro del doctor palideció.
—¡No es posible —exclamó horrorizado—. ¿Dónde narices está? ¡Michael! —Un chico apareció de la nada y se acercó al doctor—. ¿Dónde está el maldito cuerpo?
— Tendría que estar, doctor. Desde que usted lo dejó, nadie más ha entrado.
—¡No creo que se haya levantado y se haya ido andando, Michael! ¡No tiene órganos! ¡Buscadlo ahora mismo!
No podía estar pasando esto. No podía ser cierto.
Me apoyé en la pared y respiré profundamente. ¿Cómo narices había desaparecido un cuerpo? Estaba claro que no podía haberse ido andando ya que estaba muerto pero, ¿quién querría el cuerpo de Zac Thompson?
—¡Quiero ese maldito cuerpo! —grité enfurecido mientras recuperaba la postura—. ¡Quiero ver a ese malnacido YA!
—¡Cerrad todas las entradas y salidas! —gritó Marcus—. Nadie saldrá de aquí hasta que todos sean interrogados y quiero ver todas las cintas de seguridad ahora mismo.
Marcus me miró, pero yo había dejado de verle hace un buen rato. La ira había invadido todo mi cuerpo y la pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza.
¿Dónde narices estaba Zac Thompson?
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En algún lugar de la ciudad...
—De verdad, te encanta llamar mi atención, Zacarías. Siempre has sido tan callado y precavido con tu vida privada que hasta llegué a pensar que no volverías por aquí —habló—. Estaba empezando a enfadarme eso de que te pusieras a ligar con otras mujeres, pero no pasa nada, sabes que siempre te perdono. —dijo y acarició su mejilla fría—. Tranquilo, mi amor. No tienes que preocuparte por nada. Yo me encargaré y terminaré lo que empezaste. Yo mataré a Maddie.
Una risa maléfica invadió toda la habitación y retumbó por todo el edificio haciéndolo temblar.
CONTINUARÁ...
La segunda temporada es SALVANDO A MADDIE.
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Salir con vida (EDICIÓN 2022)
Fiksi Remaja- ¿Dónde estoy?¿ Por qué me tienes encerrada?- pregunté con las pocas fuerzas que me quedaban. - Porque quiero que seas solo mía. - ¡Nunca seré tuya! Se empezó a acercar lentamente a mi rostro con una sonrisa diabólica. Pude comprobar que haci...