Exactamente la hora en que todos se despertaban para trabaja.
Joey salió disparado por su impulso de la cama.
Estaba completamente furioso, trato de cambiarse lo más rápido posible, corrió por toda su casa y salió dando un portazo.
Al parecer no tuvo para nada un buen sueño, estaba enfurecido de a madre tanto que su blanco, era Sammy.
Entro al estudio de una patada y quienes se encontraban ahí saludaron a Joey y algunos comenzaron a asustarse por la expresión de su cara, sabían que nada saldría bien así que salieron corriendo.
- Joey, hasta .. Oh - Henry habló solo para que Joey lo estampara directo en la pared, obviamente esto lo asustó mientras este lo tomaba del cuello de la camisa.
- ¿Samuel? - Fue lo único que dijo Joey
Y Henry señaló donde estaba el mencionado sin poder evitar temblar como gelatina, solo le ha tocado pocas veces ver a Joey completamente enfurecido y vaya que a nadie le gusta, parece que tiene al diablo mismo enfrente.
Joey lo soltó y se dirigió hasta donde se encontraba el director de música. Al mirarlo ahí paradote este solo se llenaba de ira segundo por segundo queriendo romper cada uno de sus huesos.
Sammy se dio la vuelta para saludar, (como siempre de mala gana) y de la nada ya estaba tirado sobre el piso con Joey encima suyo
Quienes se encontraban ahí trataron de quitar a Joey de encima entre Norman y Bertrum antes de que pudiera matarlo, este se aferraba como sanguijuela a Sammy mientras el solo gritaba que se lo quitaran de encima.
Por fin lo quitaron de encima pero Joey ahora era el problema, gritaba y soltaba patadas
- SUELTENME CON UN CARAJO, SAMMY!!- Trataba de alcanzarlo pero lo tenían bien agarrado.
Sammy se levantó hecho un desastre y sacudió su ropa agitado como si hubiese corrido un maratón
- Maldita sea Drew!! Fue solo un jodido sueño!! - Grito Sammy en su cara
Joey se pudo soltar pero Sammy salió corriendo como marica a esconderse a su oficina - Es un maldito loco!- Gritó finalmente y nuevamente tuvueron que agarrar a Joey
Parecía una gata; rasguño, se retorcía, pateaba, golpeaba, gritaba y Bertrum tuvo que encerrarlo en un armario hasta que se calmara, obviamente estuvo ahí todo el día y nadie quería o se atrevía a sacarlo.
Los sueños se hacen realidad.
