El recuerdo del Amor

Capitulo 25.-

Dylan

Hoy tengo una comida con Sofía y sus padres para ver la nueva fecha de la boda pero no estoy de buen humor desde que hable con la mamá de Dani

Flashback

—Hola señora Sara, gracias por venir—

—Hola hijo, no te preocupes, pero dime... ¿para qué me querías ver con tanta urgencia?—

Empiezo a jugar con la taza de café que está en frente de mí, no la volteo a ver, no sé ni como empezar

—Señora... Yo... —  cierro los ojos con fuerza y lo digo sin más —Ya no puedo seguir con esto—

Subo la mirada y veo como la señora da un suspiro y toma un sorbo de su café

—Está bien, sabía que esto pasaría tardes temprano. Ya no podemos seguir ocultandole la verdad a Dani—

—Lo siento mucho señora pero aún que quisiera seguir con esto no puedo, tengo a mi prometida y pronto seré padre— la señora abre más los ojos

—Felicidades hijo, no tenía ni la más mínima idea de que serías padre, te entiendo quieres estar con tu mujer disfrutando de está hermosa etapa— sus ojos se cristalizan y mi pecho empieza a dolor

—Yo le contaré la verdad a Dani, solo te pido un favor— baja la mirada —Alejate de mi hija, no le mandes mensajes, no le tomes las llamadas y si la vez... No te detengas, tratarla como una desconocida— Observo a la Sra Sara estupefacto

— Señora yo...—  se levanta de la mesa

—No te preocupes por nada hijo, en menos de un mes Dani ya no será un impedimento para tu felicidad— una lágrima rueda por mis mejillas — la mandaré al extranjero, así será más fácil para ella olvidarte— sin decir más se va de la cafetería

Bajo la mirada y las lágrimas empieza la  salir, siento como algo dentro de mí me oprime y me cuesta respirar.

Fin flashback

Sacudo la cabeza para apartar ese terrible recuerdo, subo a mi coche y me dirijo al restaurante.

En media hora llego. Salgo del coche pero antes de entrar al restaurante respiro ondo y trato de sonreir.

Al entrar, veo a Sofía platicando amenamente con sus papás

–No puedo lastimarla, ella se merece lo mejor, ha estado en los momentos difíciles y pronto me dará un hijo — pienso

Sofía se da cuenta de mi presencia y me sonríe, camino hasta ella y la abrazo

—Hola Sr. y Sra. González— los saludo de mano y ellos sonríen

—Dylan, llámanos por nuestros nombre, ya pronto seremos familia, no hay necesidad de tanto formalismo—dice la señora Ema sonriente y el señor Julio asiente , sonrío un poco  y èl me hace un aleman con la mano que me siente.

— Bien, hablemos de lo importante, ¿Cuándo se casarán? Espero que sea pronto porque no quiero que mi hija se case cuando el embarazo este muy avanzado— el sr. Julio me mira esperando una respuesta

Sofía toma mi mano y me sonríe — Papá, ya lo hablamos y será en un mes— me quedo impacto por lo que acaba de decir Sofía y ella solo aprieta mi mano

—Es perfecto, mi niña— dice la sra. Ema con una sonrisa, Sofía solo asiente feliz

—Muy bien, esto lo tenemos que celebrar— habla muy animado el sr. Julio

Levanta la mano y en seguida se acerca un mesero

—¿Qué necesita?—

—Traenos el mejor champán y un Jugo de naranja— dice orgulloso el sr. Julio

El mesero se va rápidamente

—Papá, eso saldrá muy caro—

—No importa, no todos los días se casa mi hija— Sofía sonríe

Enseguida llega el mesero con el champán y brindamos

Después de comer, vamos a la casa de Sofía  para platicar de los preparativos de la boda.

Cuando llegamos veo el auto de Miriam, la amiga de Dani y me pongo nervioso. No he hablado con Dani desde el fin de semana; le prometí a la Sra. Sara que me alejaría y eso haré

Entramos a la casa y se escucha como alguien solloza mientres se siente un ambiente un tanto pesado, cuando entramos a la sala siento como mi pecho duele

Era ella

—¿Qué pasa?— pregunta la señora Ema y yo suelto rápidamente a Sofía

Dani me mira buscando una respuesta, veo sus ojos llenos de lágrimas, tristeza y decepción.
Quiero decir algo pero las palabras no me salen, me duele verla así.

Dani sale corriendo en un mar de lágrimas, trato de ir tras ella pero Sofía toma mi mano y niega.

Se que debo de ir tras ella pero si voy tras ella sus padres de Sofía podrían sospechar algo y sería un caos .

De repente Miriam sale corriendo tras ella, después salimos todos a la entrada.
Miriam le grita pero Dani no se detiene, a la distancia veo como Dani se empieza a detener, Miriam está cerca de ella y de repente veo como Dani cae al suelo.

Mi corazón empieza a palpitar rápidamente, y sin poder evitarlo, una lágrimas ruedas por mis mejillas

Miriam empieza a gritar y sin darme cuenta empiezo a correr hasta ellas

—¡Dani reacciona, no te duermas!— Miriam la empieza a sacudir y Dani cierra sus ojos

—¡AYUDA POR FAVOR! ¡LLAMEN A UNA AMBULANCIA!— Miriam empieza a gritar desesperada

Coloco a Dani derecha sobre la banqueta y empiezo a hacer RCP

—Miriam, rápido, llama a la ambulancia—

En menos de 15 minutos llega la ambulancia

—¿Qué le paso?— pregunta un paramédico mientras empieza a checar a Dani

—No sé, le empezó a faltar la respiración y de repente cayó inconveniente— dice Miriam

— ¿Hace cuánto está inconsciente?— pregunta mientras le pone una máscara de respiración artificial

—Entre 10 o 15 minutos— digo y veo como la empiezan a subir a la ambulancia

—Un familiar para que nos acompañe— dice otro paramédico

—Yo— digo rápidamente, sin importar lo que piensen los demás

—Bien, suba, necesitamos que llene un formulario para ingresarla al hospital— yo asiento con la cabeza y me subo.

Escucho como Miriam pregunta a qué hospital la van a llevar

—¡VOY ATRÁS DE USTEDES!— grita y  la ambulancia empieza a moverse, y en menos de 20 minutos estamos en el hospital

Cuando llegamos la está esperando el doctor Edwin y otras enfermeras

—¿Qué le pasó?— pregunta y el paramédico le empieza a informar

—Llevenla a urgencias, rápido— ellos asienten y corro hasta él

—¿Estará bien? — pregunto con un nudo en la garganta

—No te puedo asegurar nada pero haré todo lo posible, comunícate con sus papás porque esto es grave y necesitamos su consentimiento para realizarle una cirugía—

Al escucharlo mis ojos se llenan de lágrimas, Edwin sale corriendo para ingresar a urgencias, no puedo evitarlo más y caigo de rodillas llorando

—¡Fue mi culpa, todo esto es mi culpa! — veo hacia la sala de urgencias —Amor no me dejes, ¡¡por favor!!—