Con sigilo, salgo de la habitación de Derek luego de cerciorarme de que no hay nadie. Por alguna extraña razón, no quiero que alguien sepa que pasé la noche con él, lo cual me preocupa. Le dije que lo amaba en un estúpido arrebato, porque en realidad no lo amo. Si lo hiciera, no me acostaría con su padre. Así que ahora estoy como una fugitiva caminando con sumo cuidado, descalza y con una simple camiseta suya porque no sé ni siquiera dónde quedó mi ropa. Solo quiero llegar a la habitación de Lara y fingir para Neal, más que todo, que no pasé la noche junto a su hijo.
¿En qué lío me meto? ¿Por qué me preocupa que Neal sepa lo que estuve o no haciendo con su hijo? No le debo ninguna clase de explicación.
—¿Natalie?
Doy un respingo al escuchar la ronca voz de Chloe.
—Hola —susurro y siento mis mejillas enrojecer.
—¿Qué haces despierta a esta hora? —Se acerca.
¿Viene del baño?
—Eh... —Miro a otro lado.
—Mmm, ya entiendo. Ya decía yo que era extraño que no estuvieras cuando vine a dormir si tú eres quien siempre se rinde primero.
—Eh... —Aliso mi cabello detrás de mi oreja—. ¿Tuviste una buena noche?
—No tanto como tú. Lara seguramente la ha tenido. —Sonríe con tristeza—. Ella no pasó la noche aquí.
Mis ojos se abren.
—Ah, ¿sí?
—Se fue con Nick. —Pone los ojos en blanco—. Menudo apetito sexual tiene. Si los he encontrado haciéndolo en su habitación antes de que se fueran.
—Creo que es algo en el gen Black —aseguro sin pensar.
—Claro, Derek y tú... Entendido. —Asiento, pero en realidad pensé en otra persona cuando afirmé eso—. Entonces ¿por qué estás aquí? ¿No deberíais estar teniendo un buen sexo matutino?
Mordisqueo mi labio, nerviosa, e intento buscar una excusa. La verdad es que ha sido demasiado incómodo tener sexo con él. No dejaba de compararlo con Neal. Aunque Derek en realidad es buenísimo en la cama, por primera vez he tenido que fingir un orgasmo.
—Quiero un vaso de agua —miento cuando veo que ella espera una respuesta.
—¿Podrías traerme uno? No quiero bajar y encontrarme con el señor Black en pijama. ¿Te lo imaginas? Sería incómodo.
Sonríe y pasa junto a mí hasta la habitación del Lara.
Me quedo en el pasillo y me cuestiono mi mentira. Ahora tendré que ir a la cocina y cabe la posibilidad de encontrarlo allí. Sin embargo, apenas son las seis de la mañana, él debería estar acostado ya, ¿no? Tras meditarlo unos minutos, decido que sí y que mi visita a la cocina será más rápida que cualquiera que se haya podido imaginar jamás. Bajo con rapidez las escaleras y entro en ella sin molestarme en encender la luz. Por las rendijas de las ventanas ya entra un poco de la claridad matutina y es suficiente para servir el vaso de agua y subir. No obstante, cuando estoy por tomar un vaso limpio de la encimera, una mano se cierne sobre mi muñeca y otra mano cubre mi boca y me impide que grite. De repente, me encuentro entre la fría encimera y un cuerpo macizo, además de desnudo. La mano que antes sujetaba mi muñeca ahora ha rodeado mi cintura y ha descendido a mi trasero; le da un apretón. Un jadeo queda atrapado entre mis labios y su palma. Puedo sentir su erección en mi vientre. Cuando deja de cubrir mi boca, su nombre sale en una súplica sin que pueda controlarlo. Neal sonríe ante esto y sus ojos son iluminados por un pequeño halo de luz, haciéndolos parecer zafiros entre tinieblas.

ESTÁS LEYENDO
Resistirse a lo prohibido ¡Disponible en Físico!
Ficção Adolescente¿Qué tan indebido es fantasear con el papá de tu novio? Es la pregunta que Natalie James se hace cada vez que debe ver a Neal Black, un hombre que le dobla la edad pero no por eso deja de ser atractivo. Tiene un cuerpo sensual, labios esculpidos y m...