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Aparte de sus rodillas quejándose por el violento roce constante que habían estado sufriendo sobre el cobertor, Yoongi no podía sentir en ese momento nada excepto la llegada de su orgasmo aturdiéndolo sobre el cuerpo de Jimin. 

Había sido consciente de su instinto desesperado por sepultar hasta su alma en él, consciente también que el omega acababa de alcanzar su propio clímax y quizá estaba sobre-estimulado, pero había sido incapaz de detener las bruscas embestidas que lo hicieron correrse como nunca en su vida, dejándolo reteniendo el aliento contra el cuello de Jimin y apretando el edredón negro entre sus dedos hasta que de su garganta finalmente escapó un gemido gutural. 

Durante esos segundos post-orgasmo, solo escucharon sus respiraciones aceleradas impacientes por regularse. Las feromonas de Jimin, junto con su propio aroma, cubriendo todo el raciocinio que en cualquier otro momento podrían tener. 

Se quedaron ahí hasta que se sintieron como mar en calma otra vez. Yoongi besando su cuello con pereza, Jimin apenas moviendo sus dedos en los cabellos de la nuca ajena. El omega ni siquiera parecía estar despierto para ese punto, y el alfa no le reprochaba, considerando que él también estaba por caer rendido.

El aire era pesado con sus aromas, y Yoongi se sentía como si acabara de tocar el cielo. No tenía ningún dolor. No había estrés, ni pesadez en sus hombros, o dolores extraños en su espalda..., a excepción del ligero ardor como resultado de algunos cuantos rasguños. Nada que a su lobo no le pareciera apropiado. 

Dejando un último vistazo en el rostro sonrojado y adormilado de Jimin, Yoongi se alejó con cuidado, a duras penas despierto, y alcanzó lo primero que vio. Se acercó de nuevo al omega y le limpió lo mejor que pudo, devolviendo luego la prenda al suelo. 

Jimin se mordió los labios una vez, mientras Yoongi le ayudaba a quitarse el suéter que salió estropeado y le acomodaba entre las almohadas. Abrió los ojos un par de veces entre cada movimiento, suspirando de gusto cuando se sintió de pronto calentito bajo las sábanas suaves repletas del aroma de Yoongi. Nada más le bastó acurrucarse de costado para dejar de responder. 

Yoongi terminó de arroparlo cuando vio a Jimin esconder la nariz bajo el cobertor con aire contento. Entonces salió de la cama, pasando por sobre la ropa que hace apenas algunos minutos vestían para acercarse a su armario. 

Se acomodó su pantalón de pijama y sacó la primera camiseta que encontró, que terminó siendo una de mangas largas y cuello escotado, demasiado delgada para la temperatura de la noche. Aunque no es como si pudiera sentir mucho más que el cosquilleo de su cuerpo.

Mientras avanzaba por el dormitorio y las escaleras, aprovechó de recoger toda la ropa que encontraba. Las amontonó en un mal revoltijo y, para cuando llegó al primer piso, se metió al cuarto de lavado y dejó todo dentro de la lavadora. 

Cuando tomó el ascensor, Yoongi estaba dormitando de pie, casi flotando entre suspiros complacidos. Suspiros que, cabe mencionar, no pasaron desapercibidos por Janghoon, que en cuanto las puertas del ascensor se abrieron fue lo primero que escuchó.

—Y tú quien eres —preguntó el beta con tono exagerado.

Sabía que si pudiera olfatearlo sólo sentiría olor a sexo. No tenía que ser un alfa para saberlo, se le notaba en la cara. Casi hasta parecía tener un aura alrededor de él soltando brillitos. 

—Maldito suertudo —bromeó. 

Yoongi acomodó la mano en su nuca. —¿Qué sucedió con Mike?

—Llegó la policía y se lo han llevado —respondió, apoyando los antebrazos en el mostrador—. Con las dos chicas que también fueron testigos les explicamos lo que sucedió, pero me parece que tendrás que ir a dejar una declaración también. Con Jimin. Les dije que irán mañana. 

Want you to love me || YM ||  ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora