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—Oye. 

Jimin cerró los ojos y bostezó, con las manos ocultas en medio de sus piernas, sentado a la orilla de la cama con el cabello rubio revuelto por todas partes y las mejillas sonrojadas. Estaba a mitad de lamerse los labios cuando sintió una prenda ser arrojada contra su rostro. 

—¡Hey! —gruñó, agarrando la sudadera negra entre sus manos llenas de hambre por venganza. 

Yoongi le miraba desde el medio de la habitación, con una camiseta de manga corta y su pantalón de pijama. Estaba acuclillado frente a su maleta, acomodando sus últimas cosas sobre el montón de ropa. 

—Te estaba hablando —se excusó el alfa—. Qué pasa. ¿Todavía tienes sueño?

Jimin soltó un quejido, arrojándose otra vez a la cama. —Sí —Se revolcó en su puesto y terminó panza abajo, arrastrándose por el colchón hasta que volvió a enredar las piernas y los brazos alrededor de una almohada—. Me pasé toda la noche pensando en lo mucho que quería quedarme aquí. Estaba triste por tener que despertar y volver a mi triste realidad universitaria.

—¿No extrañas la ciudad?

—Extraño las personas dentro de la ciudad —Jimin se encogió de hombros, con ojos cerrados—, pero no extraño la ciudad. 

—Ya, pues yo sí la extraño. 

—¡No te pregunté!

Yoongi reprimió una sonrisa. —Anda, levántate —Jimin soltó un quejido contra la almohada, chillando cuando el alfa de pronto lo tiró de las piernas de vuelta a la orilla de la cama—. Vas a quedarte dormido, y el avión parte en tres horas —Picó los costados de su cuerpo y recibió un quejido ahogado, seguido de un adorable gruñido que hizo cosquillas en su pecho—. No queremos que termines como Kevin McCallister.

Jimin bufó.

—No te atreverías a abandonarme —comentó, panza abajo y todavía agarrado a la almohada, como si su vida dependiese de ello. 

—Kevin no fue abandonado, lo olvidaron. Fue un accidente. 

—Al pobre muchacho lo perdieron dos veces, alfa. Una vez es accidente, la segunda vez es elección. 

Yoongi tomó su maleta y la dejó a un costado de la puerta, lista para llegar y tomar. La valija de Jimin estaba casi lista también. El omega tuvo todo listo antes de comenzar a deambular semi-despierto en la orilla de la cama. 

—Te esperaré abajo, así que no tardes mucho —le dijo Yoongi por último, retirándose de la habitación—. O desayunarás tostadas quemadas y café helado. 

—Yaaa.

Resultó que para el desayuno hubo mucho más que solo tostadas y café. 

Nani y Rick les sorprendieron con algunos pancakes, huevos revueltos y frutas picadas, solo para ellos. Todos los demás seguían durmiendo, la mayoría aún afectados por el largo día de navidad que como padres tuvieron que sobrellevar, así que ellos, que eran los primeros en irse, fueron mimados a cambio.

Al final, Hyunjin no pasó la noche en casa. Yoongi le contó que lo usual es que no lo hiciera. Siempre iba por el día, y luego volvía a desaparecer, después de dejar sus regalos y pasara un rato con la familia. A Jimin, en realidad, no le sorprendió tanto la noticia. 

Yoongi terminó su café y sus tostadas francesas primero, menos de quince minutos después de comenzar. Jimin seguía soltando risitas por las ocurrencias de Rick y su tazón de leche caliente seguía por la mitad, así que el alfa aprovechó de subir por las maletas y cambiarse de ropa. Jimin, de todas maneras, había bajado ya vestido.

Want you to love me || YM ||  ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora