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Cuando su espalda tocó el colchón, Jimin separó las piernas lo suficiente para aceptar a Yoongi entre ellas. El alfa se amoldó sobre su cuerpo como si tuviera la experiencia de haberlo hecho cada día, con esa mezcla de fuerza bruta y precaución que solo un alfa podía demostrarte. 

Jimin exhaló al sentirle alejarse de sus labios, tranquilo. Yoongi estaba apoyado en sus propias rodillas mientras comenzaba a quitarle la sudadera. Jimin alzó los brazos para ayudar, y soltó una risa cuando lo vio por poco peleando con ella.

—Si la rompes se lo diré a Mina.

Yoongi bufó, como si le hubiese arruinado los planes.

Con la prenda ya apartada de ellos, el alfa no tardó en apoyar las manos de vuelta al colchón y quedar otra vez a la altura de su omega. Jimin le sostuvo el rostro, separando la cabeza de la cama hasta que pudo volver a besarle. Luego volvió a recostarse, con Yoongi presionando la lengua en su boca y sacándole un gemido que se ahogó entre ambos.

Suspirando en medio del beso, Jimin acarició el cabello de su pareja con la más cariñosa parsimonia. Sintió a Yoongi relajarse en seguida, como lo hacía cada vez que Jimin lo apoyaba contra su cuerpo.

Con los ojos cerrados, Yoongi volvió a separarse de sus labios. Sentía sus narices rozarse, y el aliento de Jimin chocaba contra él. 

—Me gusta tu aroma...

Jimin, sin abrir los ojos tampoco, sonrió. —Y a mí el tuyo.

Cuando ambos volvieron a mirarse, se observaron con atención y completa conciencia. Respiraban tranquilos, con excepción del peso y el calor que habían dejado sus caricias. Yoongi, entonces, se acercó para presionar un último beso corto en los adictivos labios rosados y finalmente se inclinó a su cuello. 

Jimin miró el techo de la habitación con ojos entrecerrados, plácido, y deslizando los dedos por la nuca de su alfa con ternura. Suspiró al sentirle comenzar un beso húmedo en su piel, lento, como si quisiera probar el sabor de su aroma y dormirse encima suyo. 

A unos segundos, Yoongi se sintió dejando ir un gruñido grave, muy silencioso. 

Su lobo estaba igual de preparado que él. 

—No tienes... nada que hacer estos días, ¿verdad?

Jimin sonrió. —Puedo quedarme toda la semana contigo, si es necesario. 

Yoongi asintió, con la nariz y los labios sobre las glándulas de olor del omega. Al mantenerse quieto ahí, presionando poco a poco, fue deleitado con un sonido ahogado de expectación. Luego respiró profundo y acarició los costados del omega, por debajo de su corta camiseta blanca. Quería disfrutarle. 

Entonces, tragándose la inseguridad y concentrado más en lo emocionado que se sentía su corazón, Yoongi al fin se encontró a sí mismo destruyendo los límites de su aroma. 

Sabía que era un gran paso que tomar en una relación, pero para él también lo era. A un nivel personal. Permitir que alguien más cargara su aroma podría llegar a ser un completo desastre emocional. ¿Arriesgarse a eso solo por lo que sentía por Jimin? De alguna manera..., tenía sentido. Y valía la pena.

Jimin cerró los ojos cuando la esencia de Yoongi comenzó a llenar la habitación. Alzó el mentón en seguida, permitiendo más espacio. Cuando el dominante aroma comenzó a ser frotado en su cuello, mezclado poco a poco con feromonas, Jimin emitió un gemido pequeño. 

Yoongi presionó la lengua en su piel, frotando su mejilla luego, gruñendo cuando los dedos de Jimin se enterraron en su espalda y tiraron de su camiseta. Emitió un ruido desde su garganta antes de expeler más de su aroma, cada vez con más confianza y cada vez mareándole más. 

Want you to love me || YM ||  ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora