La semana había pasado demasiado rápido y ya era viernes por la tarde, había salido del trabajo y como ya era costumbre Lucas me había traído a casa. Oli me esperaba para una tarde de chicas habitual. El tema de Lucas lo intenté negociar varias veces pero no había manera y no quería que ese fuera tema de discusión de todos los días.
El tema de la prensa parecía haberse calmado y por lo tanto yo también. Me incomodaba bastante estar en primera plana y en boca de muchos. La "relación" con Eric iba bien, intentábamos no mezclarlo con el trabajo aunque no todos los días lo conseguíamos.
—¿Si?—Alcancé de milagro a coger el teléfono.
—Ya pensaba que iba a tener que castigarte por no responder. —Estaba contento, se le notaba relajado y eso me gustaba. —Estoy llegando a tu casa.
—¿Habíamos quedado?
—No, pero puedo ver a mi novia cuando quiera, ¿no?
—¿Novia?
—En cinco minutos estoy ahí.— Varias veces habíamos hablado de las etiquetas. Él necesitaba una etiqueta para nuestra "oportunidad" y yo seguía pensando que era algo pasajero.
—Estoy con Oli.
La llamada se cortó y apareció Oli por el salón con todos los productos suficientes para dejarte como nueva en un par de horas.
—Va a venir Eric.
—¿Ahora? —Asentí. — Alguien está loco por ti. Además me parece bien, quiero saber si retocan demasiado sus fotos de internet o si es tan guapo como parece.
—Estás chalada.
Y exactamente cinco minutos después el timbre de la puerta sonó. No se había cambiado de ropa, tenía la misma que por la mañana. Entró cerrando la puerta y me besó.
—Estás guapísima Gabi.
—Tú tampoco estás nada mal. Ven, te presento a Oli.
—¿Te han invitado a la tarde de chicas a ti también?—Preguntó Oli nada más nos vio entrar por el salón. Las carcajadas que le salieron a Eric hicieron que me colara por él un poco más.
—¿Estoy invitado?—Dijo mirándome. Me encogí de hombros. ¿Qué estás buscando Eric? —Soy Eric Walter.
—Olivia. —Se estrecharon las manos. —Ponte cómodo entonces.
Vi a Eric quitarse la americana y dejarla en el respaldo de una de las sillas del comedor. Se aflojó la corbata y se sentó en el sofá. Lo miré con cautela, esperando pacientemente para saber a lo que había venido porque estaba claro que a una tarde de chicas no. Mi amiga sacó varias cremas y las puso encima de la mesa, Eric miraba todo aquello con interés.
—¿Vas a echarte esas cremas en la cara?—Pregunté curiosa.
—Solo si me las echas tú. —Vale, esto no podía estar pasando.
—No desperdicies la oportunidad, a mi Hugo no me deja hacérselo.
—Eric, ¿podemos hablar?—Lo vi levantarse del sofá y seguirme a la habitación. —¿Por qué has venido?
—Mañana es el cumpleaños de mi hermana. Mi madre ha organizado una fiesta enorme como todos los años y tienes que venir conmigo.
—Ni de broma.
—No te lo estoy pidiendo, lo necesito.
—¿Ya te has olvidado de la última vez que nos vieron en público? Y ahora quieres que vaya al cumpleaños de tu hermana. No es que sea algo muy discreto, ¿no crees?
—La última vez no estábamos juntos, te pilló de sorpresa. —Empezó a decir, no me gustaba nada la idea. — Te recojo a las nueve mañana.
—No te he dicho que vaya a ir. —Me crucé de brazos.
—No te voy a dejar decir que no.
Eric salió de la habitación dejándome con la palabra en la boca, escuché que se despedía de Oli y más tarde el sonido de la puerta.
—¿Todo bien? —Me preguntó.
—Quiere que vaya mañana con él al cumpleaños de la hermana. No quiero salir de nuevo en la prensa y ser la comidilla de todo el mundo, estoy muy a gusto en el anonimato.
—Eso deberías de haberlo pensado mejor antes de salir con un hombre asquerosamente rico y guapo.
La tarde de chicas con Oli se truncó con la visita de Eric, me negaba a ir a esa fiesta. A las ocho de la tarde estaba metida en la cama ya con un libro. Tenía el móvil al lado y me llegó un mensaje. Eric.
Eric Walter
¿Estamos bien?
Yo.
No voy a ir contigo a esa fiesta
Eric Walter.
Sí que vendrás.
Dejé de contestar a los mensajes, este asunto me estaba empezando a cabrear. Sabía que no se iba a dar por vencido cuando escuché el sonido de llamada entrante.
—Gabi.— Escuché nada más descolgué.
—No quiero ir Eric, no lo entiendes...
—No me llevo bien con mi familia Gabriella, solo con mi hermana de dieciséis y es su fiesta de cumpleaños. Necesito que estés ahí para que me calmes. Cuando estás a mi lado estoy relajado. —Su confesión me hizo ablandarme y acceder pidiendo que por favor fuéramos discretos.
Habíamos quedado en que me recogería a las nueve pero a las ocho estaba ahí. Llevaba un par de bolsas en las manos que se le cayeron en cuanto me vio con una toalla puesta.
—Joder Gabi, no puedo tener mis manos alejadas de ti. —Tenía sus manos por todo mi cuerpo, acariciándome.
—A mi tampoco me gusta cuando estamos separados...—¿Eso había salido de mi boca?
—Eres mía.—Dijo atacando mi boca. —Y hoy todos lo sabrán.
—No tenemos tiempo para esto Eric. —Dije cuando supe cuáles eran sus intenciones.
—Ya lo creo que sí.
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Mi equilibrio.
Roman d'amour- Ni te levantes Gabriella. -¿Cuál es el problema? ¿Que haya estado con Jorge? ¿El instagram? ¿Que él me haya hecho la foto? Somos amigos Eric y tener amigos no es incompatible con tener una relación. -¿Tengo que recordarte cómo bailabas con tu "ami...