Cuando llegué a la puerta esperaba ver a alguna vecina que nos hubiese visto entrar y viniera a saludar pero allí estaba Eric, plantado con su traje y corbata como un caballero. Guapo, guapísimo y con cara de no haber roto un plato en toda su vida, me quedé petrificada cuando me sonrió y mi madre hizo lo mismo. Olivia llegó por detrás preguntando quién había llamado y se quedó plantada detrás de mí cuando lo vio allí debajo del marco de la puerta como un niño bueno.
—¿Qué haces Eric?—Mi madre nos miraba como a una bola en un partido de tenis. Y sin entender nada.
—Lo que haga falta.
No podía creer que estuviera allí, en casa de mi madre. No hacía falta preguntar cómo había descubierto dónde vivía mi madre porque ya sabía la respuesta de aquello pero me horrorizó no saber qué era lo que realmente estaba haciendo allí.
—Buenas tardes señora, soy Eric Walter el novio de su hija. —Oli que estaba al lado mío estaba flipando igual o más que yo.
—Pasa hijo, donde comen dos comen tres. —A mi madre le había encantado Eric, estaba claro. —Hija, ¿por qué no me habías dicho que tenías novio?
—Porque no...—Comencé a decir.
—Porque llevamos poco señora.—Eric supo que iba a decir que no éramos nada y se adelantó. Buena jugada Eric, esto no va a quedar así.
—Puedes llamarme Carol, no me hagas sentir más vieja de lo que ya soy.
Vi a Eric pasar por mi lado y adentrarse en el salón de la casa de mi madre hablando tranquilamente. Miré a Olivia que seguía con la boca abierta y bufé empujándola hacia el mismo lugar donde habían desparecido mi madre y mi "novio".
—Tierra trágame. —Solté en un susurro. ¿Novios?
—¿Habéis hecho vuestro noviazgo público y no me he enterado? Ya sé que no leo los periódicos pero estas cosas deberías decirlas, ¿no?
—Olivia, por favor, cállate. La que parece que no se está enterando de nada soy yo. —Cogí a Oli del brazo y fuimos al salón.
—Si os casáis quiero ser la dama de honor. —Me dijo intentando aguantarse una carcajada.
—Cállate, estúpida.
—Hija, enséñale la casa a Eric no te quedes ahí parada. —Mamá, mamá...
—Sería buena idea. —Claro Eric, cómo no.
Salimos por la puerta que da al jardín, iba delante intentando buscar las palabras para no montar una escena delante de mi madre que nos miraba con mucho amor. Sabía que ella estaba esperando aquel momento de llevar a mi novio a casa por años pero nunca había pasado.
—¿Y bien?—Me animé a decir cuando llegamos a las hamacas de la piscina.
—¿Y bien qué?
—¿A qué ha venido todo esto?
—No estoy con Marta ni hay planes de boda de ninguna clase. Además...
—Además lo que hagas con tu vida no es asunto mío. — Le corté.
—Gabi...
—No Gabi nada, Eric. Me pediste una oportunidad y cuando te la di me encuentro que salimos en todos los periódicos y revistas en primera plana. Tu me sueltas que para ti eso es normal, para mi no y no lo busco. Después vienes a mi casa diciéndome que tengo que ir al cumpleaños de tu hermana y voy. Pero no es todo porque allí una tal Marta que supuestamente es tu ex se pone muy cariñosa contigo y tú ahí como si nada. Me voy de la fiesta y al día siguiente veo fotos de vosotros dos hablando de planes de boda. —Paré para poder coger un poco de aire. — ¿En qué momento me he perdido, Eric?
—Entiendo lo que me estás diciendo.
—No he terminado. Hoy vengo a casa de mi madre y te presentas aquí y dices que somos novios. ¿Qué pretendes, Eric? De verdad, dímelo, por favor.
—Pretendo que lo seamos y que confíes en mí cuando te digo que no tengo nada con Marta.
—Entonces, ¿Qué hacía bajando del mercedes en el que Lucas me lleva todos los días?
—Estaba buscándote cuando mi madre me pidió que la acercara a su hotel. Venía a decirte que todo ha sido un montaje de ella, vio nuestras fotos y contrató a un periodista para fotografiarnos mientras ella salía de mi coche y vender la exclusiva de que habíamos vuelto. Hice mal en no apartarme de ella cuando me tocó anoche, lo sé.
—¿Me tengo que creer lo del montaje?—Vi a Eric meter las manos en los bolsillos y sacar su móvil.
—Toma.—Me tendió el móvil y en la pantalla salía una conversación con una factura bancaria del dinero que le habían pagado a Marta por aquella "exclusiva". Devolví el móvil y me quedé mirando.— Tienes que confiar en mí como yo confío en ti.
—Eric yo...— Aprovechó que había bajado la guardia para acercarse. Cogió mi cara con sus dos manos, me besó la frente y pegó mi mejilla en su pecho. Reconfortante.
—Me estoy esforzando Gabi. Todo va a estar bien, sólo te deseo a ti, sólo pienso en ti. —Rodeé su cadera y me aferré más a su cuerpo.
—Lo siento.
—Tengo algo que proponerte. —Me separé para poder mirarlo. —Quiero preguntarte formalmente si quieres ser mi novia.
—Eso deberías haberlo hecho antes de presentarte aquí y decirle a mi madre que ya lo éramos, ¿no? —Me separé completamente de él y dejándole en el sitio me fui al lado contrario de la piscina bajo su atenta mirada. — Entonces mi respuesta a su pregunta señor Walter es, no.
—¿Cómo dices?—Intentó acercarse pero al estar al lado contrario nos íbamos moviendo en círculos. —Quieta Gabriella.
—Digo que no. —Ahora le tocaba a él saber lo que se siente.
—Te quejas de que no te lo he pedido y cuando te lo pido me dices que no. ¿A qué juegas? —Sabía que estaba furioso por el tono de voz que estaba empleando.
—Simplemente ya es tarde. —Me encogí de hombros haciéndome la inocente y me marché en dirección a la casa.
Estaba a punto de entrar en la casa cuando me cogió de las piernas, me puso en su hombro y empezó a andar fuera de la casa.
—Eric, ¡Bájame!—Seguía pataleando y lo que recibí fue una palmada en el culo.
Noté que abrió la puerta de un coche y me bajó al suelo. Sin dejar de sujetarme me metió dentro y abrochó el cinturón, cerró y dio la vuelta para subirse. Puto loco. Me fijé que no era el Mercedes de siempre, punto para ti Eric.
—Eric, no podemos irnos, mi madre está ahí.
—No nos vamos a ir aún, sólo vamos a hablar en un sitio en el que no se pueda correr ni huir. —Intenté desabrocharme el cinturón. —No te quites el cinturón Gabriella. ¿Tanto la estoy cagando?
—¿Te refieres ahora o...?
—Me refiero a todo. ¿Qué tengo que hacer para que me digas que sí a la pregunta que te he hecho?
—No más titulares en la prensa de que te vas a casar con otras mujeres estaría bien. —Asintió. — Y no quiero volver a ver ese Mercedes así que no más chófer.
—¿Entonces eso es un sí?
—Es un puede.
—Gabriella...
—Es un sí.
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Mi equilibrio.
Romance- Ni te levantes Gabriella. -¿Cuál es el problema? ¿Que haya estado con Jorge? ¿El instagram? ¿Que él me haya hecho la foto? Somos amigos Eric y tener amigos no es incompatible con tener una relación. -¿Tengo que recordarte cómo bailabas con tu "ami...