Cap. 22 El deseo
La mañana llegó y con ella el canto de los pájaros, el zumbido de las abejas en busca de miel y los amantes de la noche se despertaban entre las sábanas blancas de la cama en la que habían compartido todos sus anhelos y deseos.
Levi se levantó silencioso, mientras su compañero no perdía detalle de su hermoso culo, para salir a fuera a mear. Eren sentía mariposas en su estómago y una alegría desbordante que inundaba de felicidad cada poro de su piel. No era idiota, sabía que se habían buscado un problema muy gordo y que seguramente les costaría la libertad o la vida si les llegaban a atrapar, pero que demonios, por tener a Levi así, en sus brazos, daría la vida entera.
Cuando Levi volvió a dentro de la casa, Eren ya se había levantado y puesto el pantalón para salir también afuera a realizar sus necesidades. Levi le miró pero no le dijo nada, iba a pasar por su lado sin siquiera hablarle ni mostrarle una pequeña sonrisa. Así era él, seco como la paja en verano. Pero Eren era pasión y lo abrazó con fuerza por detrás cuando justo estaba pasandole y lo atrajo con fuerza.
- Buenos días, amor.
- Déjame, ¿no tuviste bastante ayer?
- Es evidente que no – le dijo mientras le besaba el cuello.
- Basta joder! No me gusta que me soben tanto!- intentó deshacerse de esos brazos, pero por desgracia aún estaba débil de su estancia en la cárcel por lo que no consiguió nada más que moverlo ligeramente.
Eren aprovechó la falta de fuerza para empujarle a la cama y tumbarse encima de él aprisionándolo para que no se pudiera escapar.
- Que mierda haces! – preguntó enfadado.
- Darte los buenos días, como lo hacen los enamorados.
- Apártate – contestó seco girando su cabeza para no mirarlo.
- Que mierda de vida has tenido Levi para no poder aceptar el cariño de los demás.
- Tú qué sabes de mí.
- Poco, pero lo quiero saber todo. Déjame amarte, ríndete y aprende a disfrutar de la vida.
- La vida es una mierda, ya lo sabes, hay titanes fuera esperando comernos!!!
- Lo sé, Levi, por eso cada momento juntos tiene que ser el mejor de nuestras vidas, porque nunca sabremos cuando será el último.
Levi dejó de forcejear, disfrutar de la vida, no recordaba ni que era eso, su vida sólo servía para cumplir órdenes, no para decidir sobre ella, y mucho menos para ser feliz. Si, hubo un tiempo, quizás, con su antigua cuadrilla, pero todos estaban muertos ahora.
- Qué sabrás tú … - logró decir con un hilo de voz.
- Todos hemos perdido, Levi, por eso, cuando ganamos, ha de ser tan importante y aferrarnos a estos momentos maravillosos.
Y otra vez Eren volvió a crecer a sus ojos, y vió un buen hombre, que se preocupaba por atesorar las cosas buenas de la vida y por ello le besó, con dulzura, cerrando los ojos para que no se el empañaran demasiado con las lágrimas que luchaban por salir.
Eren después del beso se levantó de la cama con una sonrisa en el rostro. Su huraño amante cedía, y muy poco a poco, pero él era un luchador y alguien incansable.
- Démonos los buenos días cada mañana con un beso, para celebrar que estamos juntos viendo un nuevo amanecer, Levi, atesoremos y creemos unos bonitos recuerdos.
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Hangi se había reunido con el comandante Nile y no le gustó nada como este reaccionó. Era un militar del sistema que se encontraba muy cómodo en su privilegiada posición como la mayor parte de los militares que no estaban en el cuerpo de exploración. Se sentía frustrada y sola con un peso enorme encima de sus hombros, salvar la vida de su comandante, la persona más importante para ella después de sus queridos titanes. Sólo podía hacer una cosa, buscar a Levi. Él era su complemento perfecto, entre los dos podían superar a Erwin en astucia, inteligencia y perspicacia. Pero, ¿dónde estaba metido?, sabía que Eren y el escuadrón de Levi le habían salvado. Seguramente se lo habían llevado lejos de la ciudad, donde no pueran rastreables. Para ello, habrían necesitado caballos, con el equipo tridimensional fuera de la urbe no habrían llegado muy lejos.
Fue a las caballerizas donde le indicaron que habían robado dos caballos, ‘interesante’, pensó, eso significa que muchos están escondidos por la ciudad. Pero ¿dónde?, si se habían quedado sólo podía significar una cosa, que necesitaban llegar a una tregua, evidentemente en este mundo cerrado no podías huir para siempre, y esconderse en la ciudad subterránea sólo era alargar el momento de tu muerte condenándote a una vida de miseria. No, ningún militar de la legión de reconocimiento escogería un final así.
Hangi se acercó a los barracones donde dormía el escuadrón y empezó a buscar por las pertenencias que estaban desperdigadas por la habitación. La policía militar ya había rebuscado por toda la habitación sin encontrar nada y se había ido dejándolo todo en un completo desorden.
Pero Hangi sabía que la policía no contaba con el gran cerebro de Armin Arlet, alguien cuyo coeficiente intelectual seguro haría sombra a cualquier petimetre de la policía. Y bingo, era tan evidente que no pudo más que estallar de risa, en las paredes en las camas, en las sillas, había palabras en Morse escritas. Cogió papel y lápiz y empezó a apuntarlas y finalmente encontró el siguiente mensaje:
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Hangi búscanos en el puente viejo queremos negociar.
Bien, ya sabía donde se encontraban mas o menos, debería dejarse ver por ahí hasta que la interceptaran. Pensó que el mejor momento sería durante la noche, protegidos por la oscuridad, así que se vistió con ropa de calle y a las 11 de la noche procedió a salir a pasear al lado del puente viejo.
No había pasado ni 2 minutos que rondaba por el puente cuando Connie le lanzó una piedrecita al lado derecho de su cuerpo, instintivamente se giró para ver que la había golpeado y se encontró que por el suelo rodaba una pequeña piedra, la cogió para observarla y al agacharse, Sasha y Jean bajaron del tejado con sus equipos de maniobra tridimensional y la elevaron por el cielo hasta una ventana abierta de una de las casas. Al dejarla en el suelo, Mikasa se abalanzó para bloquearle cualquier movimiento que pudiera hacer y le ató las manos a las espalda.
- Podría gritar y alertar a todo el mundo.
- Hubieras venido con mas soldados si pensaras en delatarnos.
- Entonces, ¿por qué me atáis las manos?
- Medida de precaución, quizás Erwin te ha pedido que mates a alguno de nosotros.
- No es el estilo de Erwing.
- Bueno, sea su estilo o no, no está de mas ser precavida.
- ¿Donde están Levi y Eren?
- A salvo.
- Tampoco está Armin…
- No, pero nos ha dejado instrucciones de cómo proceder y hablar contigo. Sabemos que quieres ayudar tanto a Erwin como a Levi y que harás lo mejor para el equipo de exploración.
- Fuisteis muy idiotas al no permitir que Levi recibiera los azotes.
- Eso ya es pasado – contestó desviando la mirada por primera vez, evidentemente Mikasa estaba pasándolo mal con esa decisión de Eren.
Hangi sopesó las palabras y la pequeña reacción de Mikasa. Bien, ella no acababa de estar de acuerdo, pero, ¿traicionaría a Eren?, no lo creía posible, no de momento.
- Bien Mikasa. Si queréis salir vivos de esta vais a tener que llegar a un pacto con Erwing, él no tiene intenciones de perder esta batalla, su vida está en peligro y la continuidad del cuerpo de exploración también.
- No confiamos en él, pero menos confiamos en el resto de la humanidad. De momento parece ser que tenemos objetivos si no comunes si lo suficientemente cercanos para trabajar conjuntamente. Te daré la dirección donde puedes escribirnos enviando un mensaje con esta paloma mensajera que te entrego.- dijo sacando una jaula con una paloma. - Esperaremos a que nos contactes para saber cómo proceder, hasta entonces, nosotros desapareceremos y no seremos localizados. La paloma sabe como llegar a nuestra ubicación, cuídala porque es la única vía de comunicación que dejaremos abierta.
- Muy bien pensado, Armin es todo un estratega.
- Os enviaré notícias mias, no os preocupeis, sabré como hacer para no ser detectada por la policia militar.
Hangi bajo de la casa y a la señal de Connie que se había mantenido escondido en una esquina para vigilar la calle salió por la puerta de la casa. Entre la negrura de la noche desapareció en sentido opuesto del cuartel para alargar la vuelta por si acaso estaba siendo vigilada. Aprovechó para pasar por casa de un amigo científico suyo para que le cuidara ‘el pájaro que no le permitían tener en el cuartel para sus experimentos’ ya que podía ser portador de virus perjudiciales para las otras aves. Su colega quedó un poco extrañado pero conocía a Hangi y sus locuras por lo que no le dio más importancia y le aseguró que se ocuparía de ese pajarraco hasta que ella volviera.
- Fantástico - pensó – ya hemos hecho contacto. Ahora sólo falta saber qué mierdas quiere hacer Erwing e iniciar el plan de salvar al escuadrón de reconocimiento, y a Levi, y a Erwing, y a la investigación de sus queridos Titanes por supuesto.
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El deseo
FanfictionY si amáramos siempre a quien más nos odia y nos aborrece? Y si todos nos aprovechamos del sentimiento de los demás para conseguir nuestros objetivos? Hasta que punto puede ser justificable? Hasta que punto perdemos parte de nuestro propio ser en es...