Cap. 19. Castigo.

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Erwin se encontraba encima de la tarima donde se procedería a realizar el castigo por latigazos junto al juez que pronunciaría la sentencia y el motivo de la misma. La plaza como siempre que había algún espectáculo macabro como ese estaba llena. El día era soleado y Erwin notaba como transpiraba por sus axilas manchando la camisa y la chaquetilla del uniforme militar.

En las azoteas, estaban dispuestos los policías militares para eliminar cualquier tumulto o rebelión que pudiera darse en la plaza, ya que aunque mucha gente sólo había ido por el espectáculo, durante esa semana se habían requisado pasquines en contra de castigar a Levi, ya que este contaba con muchos fans que lo admiraban por luchar contra los titanes.
Levi llegó andando por el pasillo central que una serie de policías habían hecho. Se veía sucio y demacrado, a Erwin se le encogió el corazón por el estado deplorable en que se encontraba. Sabía que Levi habría intentado mantenerse lo más limpio posible en esa insalubre celda y habría evitado comer en lo posible, incluso dormir. Los latigazos no eran la pena que más le dolería a Levi de aquello, sino los siete días de suciedad extrema que había tenido que soportar.

Mientras veía como su capitán se aproximaba recordó que Eren estaría entre el gentío mirándolo todo. Se podía imaginar cómo se sentiría, ayer, cuando se enteró de todo lo que había ocurrido con su amado Levi en su ausencia montó en cólera, incluso intentó dar un puñetazo a Erwin, suerte que Armin y Mikasa lo detuvieron, no le apetecía meterle también en una celda por insubordinación.

Durante el resto del día no vio al escuadrón de Levi, pero poco le importó ya que las noticias de que habían descubierto a 3 titanes dentro del cuerpo de exploración le había tenido entretenido el resto del tiempo. Además estaba Histoia Reiss, quien diría el importante apellido que llevaba esa chiquilla. Eran noticias muy importantes, por un lado ahora sabían que había un mundo allí fuera, con pueblos y ciudades por lo que parecía habían comentado esos tres y por el otro, empezaba a entender que el mundo de los nobles era más siniestro de lo que imaginaba. Es por eso que, más que nunca, debían averiguar porqué ellos eran diferentes, y para eso, había que recuperar el muro Maria y Shiganshina.

Levi subió los peldaños de la tarima lentamente, miró a Erwin con dureza y este le devolvió la misma mirada mientras sujetaba el látigo de cuero trenzado con el que proporcionaría el castigo.

Los soldados le soltaron las manos para atarlas al poste y le descubrieron la espalda. Una vez atado y de espaldas al público y a Erwin y el juez.

La plaza se quedó en silencio. Entonces como parte de una obra de teatro barata el juez desenrolló el pergamino y procedió a leer la sentencia:

- Aquí en presencia de los ciudadanos libres de la humanidad, con representación del estamento militar, los comerciantes y los nobles, se procederá a cumplir la sentencia decretada por el muy honorable juez Strauss que habiendo oído y visto los daños que el capitán de la legión de reconocimiento Levi hizo a varios hombres del Duque de Nedlay, los cuales, hacían de forma honrada el trabajo que el duque les había solicitado. Se procederá a realizar un castigo por latigazos en un número no menor de 20. El comandante de la legión de reconocimiento, como responsable superior del penado será el ejecutor de dicha sentencia a fin de impartir disciplina a su subordinado y como ejemplo para que futuros soldados de cualquier rango tengan en cuenta que los delitos que cometan serán perseguidos sin importar la naturaleza de los mismos.   

Levi apretó los ojos fuertemente para no maldecir a todos ellos, los muy desgraciados habían dicho que lo que hacía el duque de Nedlay y sus hombres era honrado, los muy desgraciados merecían morir por ello, pero ahora necesitaba que toda aquella pesadilla terminara. Aceptaría los latigazos, esperaba no desmayarse, ya que se encontraba muy débil y apenas había podido llegar por su pie a la tarima. 

Metido en sus pensamientos como estaba notó como le llegó el primer golpe, le dejó sin aire y no cayó al suelo porque tenía las manos atadas. Erwin no sería dulce, se ensañaría con él para que nadie tuviera dudas sobre su lealtad a la corona.

El segundo golpe no llegó. La plaza empezó a gritar y Levi logró distinguir el sonido del cable de un equipo de maniobras y un golpe seco de unos pies saltando a la tarima. Primero fueron unos, pero en seguida se unieron más pisadas de hombres saltando encima de la tarima y a Erwin gritando '¿qué estaban haciendo?' completamente fuera de si.

Unas manos los sujetaron por las axilas mientras un cuchillo cortó las cuerdas que lo mantenían sujeto al poste. Entonces lo vio, Eren había vuelto y lo estaba sacando de allí. Levi sabía que era un error, pero también pensó que era el error más dulce que nadie había hecho por él en su miserable vida.

- Tranquilo voy a sacarte.

- No lo hagas, si no esto no acabará nunca.

- Ni lo pienses que me voy a quedar viendo cómo te hacen esto. Mikasa ayúdame – le gritó a la chica.

Se veía como Mikasa no estaba muy contenta con la situación pero como siempre siguió las órdenes que le dio Eren y lo ayudó a que se lo cargara en la espalda de Eren sujetándolo con unas correas para que no se desestabilizara.

- Hecho – dijo secamente la soldado.

- Cubridme la retirada, nos vemos en la ubicación nº 1 si no os podéis deshacer de la policía militar, seguid con el plan.

- De acuerdo! – gritaron varias voces.

Levi giró la cabeza para comprobar quién estaba allí y se encontró con todo su escuadrón. No pudo ver nada más, se desmayó encima de Eren mientras este los tapaba a ambos con la capa y lanzaba su arpón para emprender la huida.

Eren consiguió gracias a la confusión del momento y la ayuda del resto de soldados de la legión de reconocimiento sacar a Levi de allí.
No había costado mucho convencer a la legión entera de que era un error lo que iban a hacer con el capitán, mucho más después de la terrible noticia de la muerte de tantos buenos soldados en esta última expedición. Por primera vez, Erwin no tenía el poder, sino que indirectamente Levi había movilizado a toda la legión. Es por eso, que no les costó neutralizar a la policía militar, ya que ellos sí que estaban acostumbrados a las batallas y a utilizar eficientemente el equipo de maniobras. 

Salieron todos desperdigándose por entre los edificios con los equipos de maniobras y tapados con las capas nadie supo hacia donde avanzaron Eren y Levi. Salieron de Sina y al cruzar las murallas Armin los estaba esperando con 3 caballos. Al ver cómo se encontraba el capitán, decidieron tomar sólo uno, les retrasaría la huida pero Levi se veía bastante mal y no había despertado aún.

Armin les siguió hasta una pequeña casucha abandonada oculta entre los pocos bosques que quedaban dentro del muro Rose.

Descabalgaron y Eren entró con Levi en brazos hasta la habitación que había al fondo depositándole encima de una cama de paja.

- No me esperaba ver al capitán así – comentó Armin.

- Yo tampoco.

- Está muy desmejorado y sus ropas están muy sucias y rotas.

- Debemos desvestirlo y limpiarlo, odia la suciedad, no sé cómo ha podido soportarlo.

- Nos hemos metido en un gran lio haciendo esto.

- Tranquilo Armin, en cuanto el capitán se reponga  todo se solucionará, la humanidad nos necesita.

- No sé Eren, no entiendo a los nobles. Iban a azotar al Capitán de esa manera....

Eren sintió una rabia enorme recorrer su cuerpo. Había esperado hasta el último momento para actuar, no pensó que Erwin fuera a hacerlo, no a él. Por eso, hasta que no restalló en la espalda de Levi el primer azote no empezó con la maniobra de rescate.

Y no se arrepentiría nunca de haberlo hecho, fueran cuales fueran las consecuencias.

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