Cap. 4. En Trost

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Dirigió sus pasos al despacho de Erwin, este tenía la manía de llamarlo a veces a altas horas de la noche para comentarle asuntos delicados. Erwin era muy precavido, sabía que en su posición la vida le pendía de un hilo y que un paso en falso o una mirada indiscreta podría ponerle en el patíbulo para regocijo de aquellos nobles que se morían de ganas en verlo caer.

Levi entró y cerró la puerta detrás de él, sabía perfectamente de qué iban a hablar, hacía dos días que Eren se había transformado en Titán después de un ataque del Titán Acorazado y el Titán Colosal y había salvado la ciudad en la que ahora ambos se encontraban. Como recompensa, Eren se encontraba encerrado en la mazmorra esperando ser juzgado para determinar si había de ser eliminado o por el contrario podía resultar beneficioso para la humanidad.

- Levi, siéntate por favor, tengo un plan respecto a Eren pero necesito que quede entre nosotros de momento.

Levi tomó asiento al otro lado del escritorio y esperó pacientemente a que el comandante empezara con su disertación.

- Actualmente, eres la única persona que podría ocuparse de Eren si este se convirte en Titán y decide ir en contra de la humanidad, esa es la baza que utilizaré para conseguir que su vida dependa de la legión de exploración. Te convertirás en su sombra y lo mantendrás bajo vigilancia, y ante cualquier atisbo de peligro, tendrás permiso para acabar con su vida. Pero Levi, espero que si llegado el momento decides tomar esa decisión, has de saber que te someterás a un consejo de guerra por parte de la legión y no puedo asegurarte que puedas salir tú también vivo.

Levi chasqueó la lengua, otro regalo envenenado de su comandante, se tendría que hacer cargo de un mocoso que apenas soportaba y, en el caso que lo matara, sería muy difícil que el también saliera con vida.

Erwin lo mantenía siempre al borde del abismo y es que desde que lo capturó en la ciudad subterránea sólo era un esclavo al que mandaba realizar los peores trabajos. Sabía que Erwin confiaba en él, y que si era duro era porque no quedaba otra, que si no, hacía tiempo estarían todos muertos, pero también había un punto de sadismo en sus órdenes, en ver hasta dónde podía estirar la cuerda de su subordinado, sabiendo que este no podía negarse. Pero el capitán era un hombre de recursos, fuerte e inteligente, no por eso era capaz de sobrevivir a las misiones por más bizarras y peligrosas que estas fueran.

- Como el comandante determine así haré. – soltó Levi, si, se ocuparía del mocoso y saldría con vida de ello.

- Habrás visto – dijo Erwin con una mirada juguetona – que no le eres indiferente a Eren, ¿verdad?

- ¿Qué quieres decir? – contestó.

- Eres muy inocente Levi, Eren está loco por ti, te mira como si quisiera devorarte.

- Eso es una estupidez.

- JAJAJA, seguro – rio, como iba a disfrutar de ver a Levi, el soldado más asexual de todo el regimiento siendo devorado por un mocoso de 15 años.

- Desgraciado....

Esta sorna cabreó sobremanera al capitán y por primera vez en mucho tiempo, soltó un insulto delante del comandante, le jodía demasiado que Erwin jugara con él y más en este tipo de situaciones que estaban fuera de su dominio, si se trataba de matar, robar o conspirar él era su hombre, era letal cual víbora, silenciosa pero mortífera, en cambio, para los temas relacionados con el amor y el sexo era un absoluto novato. Sus sentimientos hacia los otros no iban más lejos de la camarería de los momentos que compartía con ellos y de la pena que sentía cuando todos a su alrededor morían. ¿Y con Erwin? ¿Qué pasaba con él? ¿Por qué tenía la necesidad de seguirle al fin del mundo?
Erwin no se esperaba esa pequeña insubordinación de Levi, que lo insultara de forma directa era un atentado a su autoridad y se puso serio de repente encarando la mirada del otro con esos ojos azules tan fríos como el hielo.

- Levi, pasaré por alto este insulto, pero será la última vez que te lo permito. Entiendo que estoy pidiéndote algo que está fuera de tu zona de confort, pero como bien sabes, todos tenemos que poner nuestra vida y nuestra alma para la salvación de la humanidad. Necesito que aquí y ahora me confirmes que harás todo lo que esté en tus manos para que Eren se mantenga bajo nuestro control y sirva para los propósitos que le encomiende.

- No se preocupe comandante así se hará. – Contestó secamente Levi – Si me disculpa quiero retirarme a descansar.

- Bien, no olvide que cuando termine el juicio y lo tengamos bajo nuestra tutela deberá reportarme cada semana sobre todo lo acontecido con él.

- Si comandante.

- Puede retirarse capitán, buenas noches.
Levi abandonó el despacho con un nudo en su garganta y un dolor en su corazón, no estaba dentro de su ser jugar con los sentimientos de las personas, y por desgracia le iba a tocar hacerlo con ese crio, como mínimo hasta que Erwin lo creyera necesario. Pero él no se iba a negar, haría aquello que le habían ordenado como siempre hacía, comportándose como la marioneta que era entre las manos de su superior.

El deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora