Como en el cielo

14. Uniones (parte 2)

Takahiro agradecía que Haruhiko se hubiera hecho cargo de todo lo relacionado con el funeral de Misaki. Fue bastante concurrido entre los conocidos de la facultad y de la editorial.
La gente se había colocado alrededor de la lápida familiar de los Takahashi en un respetuoso silencio, roto por acasionales sollozos. Grandes coronas de flores blancas adornaban el lugar.
Una vez terminó el entierro, Haruhiko señaló que se había preparado una pequeña recepción en la mansión Usami para aquellos que quisieran asistir, dando pie a que los asistentes comenzaran a retirarse.
Kuroda y Takahiro esperaron hasta que no quedó nadie, para que el menor pudiera despedirse de su hermano en intimidad.
Cuando llegaron a la mansión todos se encontraban en el salón principal, conversando en pequeños grupos.

Hiroki y Miyagi hablaban entre ellos sobre lo sucedido mientras Nowaki y Shinobu escuchaban en silencio. El autor del crimen de Misaki era un conocido de ambos profesores y se habían quedado de piedra al saber que el gran escritor Sumi sensei, había estado tan trastornado como para acabar con la vida del joven de forma tan horrible.
Hiroki temblaba sólo pensar que ese hubiera podido ser su destino y agradecía que finalmente todo se hubiera resuelto, antes que otro inocente perdiera la vida.

- Es increíble que ese tipo haya estado paseándose tan tranquilamente en la facultad...pobre Misaki...espero que ahora pueda descansar en paz - comentó Miyagi abrazando a Shinobu por la cintura.

Nowaki asintió mientras hacía lo mismo con Hiroki de forma un tanto posesiva y sorprendentemente, el castaño se acercó más al pediatra en lugar de deshacer el abrazo como solía hacer.
Hiroki no iba a dudar nunca más de lo que tenía con su tifón, viviría sin pensar en las opiniones de los demás, había tenido la suerte de que todo terminara bien para él y pensó que debía a Misaki al menos, el vivir su vida sin peros y sin dudas.
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Akihito y Asami hablaban en voz baja con Mikhail en un rincón apartado. El ruso les estaba contando que había iniciado una relación con su japonés y aunque el ambiente no era el más adecuado, no podía evitar el estar feliz.

- No creo que sea el momento ni el lugar de estar tan sonriente Mikhail... - dijo en un tono de reproche Akihito. Aún podían oírse los tenues llantos de Takahiro y Haruhiko, que se consolaban mutuamente cerca de allí.

- Lo sé, pero no puedo evitarlo. Nunca había estado enamorado...me siento como un adolescente hormonal...

Asami rió bajito ante las palabras de su amigo. Quien le iba a decir que el duro y frío jefe de la Bratva fuera a hablar alguna vez así.

- ¿Y que vas a hacer? Es decir...tu allí...el aquí...¿Una relación a distancia? - Asami trató de pinchar un poco la burbuja de felicidad del rubio.

- No pienso dejarlo aquí, si es necesario lo secuestraré.

Asami asintió de acuerdo con sus palabras. Akihito puso su mano en la frente con un gesto derrotado...que podía esperar de dos jefes de la mafia...aunque no podía lamentar el destino del menor de los Usami, pues conocía al ruso y sabía que Mikhail le haría feliz.

Fuyuhiko estaba sentado en uno de los cómodos sofás mientras trataba de poner atención a lo que le decía Tōdō, pero es que Misaki se lo ponía muy difícil. El joven estaba paseando por la estancia entre los asistentes al refrigerio escuchando lo que la gente hablaba de él. Los verdes ojos de Misaki brillaban felices y emocionados. Seguramente no pensó que las personas le tuvieran tanto afecto.
Lloró por las tiernas palabras de Haruhiko, por los recuerdos que oyó de su hermano, rió ante unas palabras de Mikhail , se sorprendió ante lo que el demonio Kamijou pensaba de él...todas esas emociones y sentimientos se reflejaban en la cara de Misaki, haciéndole ver más hermoso aún a los ojos de Fuyuhiko, que casi se atragantó con el vino que bebía cuando el joven le guiñó un ojo desde lejos.