8. Uniendo Piezas (parte 4)

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Misaki abrió los ojos sorprendido y tremendamente avergonzado. ¿Cómo iba a saber que Fuyuhiko estaba desnudo en su habitación?
Cuando llegaron a casa desde la oficina de Haruhiko, el mayor avisó que iba a darse una ducha, así que cuando el castaño vio la puerta del dormitorio abierta, creyó que ya había terminado.
Fuyuhiko rió ladinamente.

- Misaki, amor...¿Te gusta lo que ves? - preguntó al azorado joven, que se tapó los ojos con las manos.

- Lo siento, lo siento, lo siento...

Pero si, Misaki pensó que le gustaba demasiado lo que veía. Y se imaginó a sí mismo mordiendo esos abdominales, pensamiento que le hizo soltar una risita nerviosa.

- No importa Misaki, al fin y al cabo, si pudiera tocarte créeme que tu estarías también en mi misma situación - le dijo al menor guiñando un ojo.

Misaki gimió apenado mientras miraba entre un pequeño hueco entre sus dedos. Definitivamente odiaba ser un fantasma en ese momento.
De verdad que ese viejo le tenía enamorado, suspiró.
Fuyuhiko se acercó al castaño después de ponerse la ropa interior y un pantalón.

- Misaki, ahora de verdad quiero un beso ¿quieres intentarlo? - preguntó en voz baja y suave. El menor acortó la distancia y concentrándose todo lo que pudo, dejó un breve beso en los labios del mayor, que sonrió feliz.

- Misaki, Misaki, me vuelves loco - dijo cerrando los ojos, intentando sentir la presencia del menor, que cada vez sentía más cálida y real.
El castaño no se alejó de Fuyuhiko, muy al contrario, se acercó aún más, dejando escasos milímetros entre sus cuerpos.

- Yo...yo también te amo Hiko-san...

El azabache rió divertido ante el cariñoso apodo que le dio su precioso niño.

- ¿Hiko-san? - Misaki se alzó de hombros y sonrió con deleite ante la divertida voz de Fuyuhiko - me gusta, Miki-kun...

Ambos rompieron en carcajadas.

- Vamos...tengo hambre, preparemos la cena, aprovecharé que cada vez tienes más control sobre los objetos - dijo Fuyuhiko saliendo de la habitación seguido de Misaki.
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Miyagi Yō abrazó más fuerte a su joven novio, mientras le besaba apasionadamente. Mantenía una relación con Shinobu desde que el joven volvió de estudiar de Australia, y como si fuera un terrorista, le soltó la bomba de que siempre había estado enamorado de él y que debía hacerse responsable.
Al principio le asustó la idea. Shinobu no era solo diecisiete años menor que él, también era su ex cuñado.
Miyagi observó el sonrojado y sudoroso rostro del menor, que jadeaba y se retorcía de placer mientras Yō le penetraba fuertemente.
Con un profundo gemido por parte del menor, llegaron ambos al ansiado orgasmo. Shinobu se aferraba fuertemente de la espalda mientras le clavaba las uñas.

- Mmmgghhhh ¡Yō! - gimió Shinobu acercando su rostro al del mayor y besándolo con ternura - Te amo.

Miyagi se recostó junto a su novio, abrazando posesivamente su cintura y besando su frente amorosamente.

- Yo también te amo.

- Mmm...Yō - llamó el joven haciendo círculos con el dedo  en el pecho del mayor distraidamente.

- ¿Si?

- ¿Le has comentado lo que te dije a Kamijou-sensei? Creo que ese tipo no es trigo limpio...

Miyagi suspiró cansado y acarició de arriba abajo la suave espalda de su amante recorriendo su columna, provocando un jadeo entrecortado en el menor.

- Si...ya le dije...no quiso denunciarlo, aunque se ha estado sintiendo observado....es una locura...

- Yō...¡tienes que hablar con la policía! Debes hacerlo ¿que si ese tipo raro le hace algo?

Como en el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora